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En el epicentro de la cristiandad, la elección de León XIV ha supuesto un giro tan inesperado como simbólico.
Por primera vez, un estadounidense –el hasta ahora cardenal Robert Francis Prevost, nacido en Chicago y nacionalizado peruano– se convierte en líder de la Iglesia católica.
A sus 69 años, su perfil internacional y su vínculo con América Latina han generado entusiasmo y expectativas sobre el rumbo que tomará su pontificado.
En sus primeras horas como papa, León XIV dejó claro que su prioridad es la paz.
En su discurso inaugural desde la Basílica de San Pedro, lanzó un mensaje que resonó en todo el planeta: «Quisiera que este saludo de paz entrara en vuestros corazones, llegara a vuestras familias y a todas las personas, dondequiera que estén; y a todos los pueblos, y a toda la tierra: La paz esté con vosotros».
Líderes mundiales como Emmanuel Macron, Keir Starmer o Pedro Sánchez han celebrado ese tono conciliador y el deseo de tender puentes en un mundo marcado por conflictos e incertidumbre.
Primeros gestos: continuidad, modernidad y cercanía
La agenda del nuevo Papa no ha dado respiro. Apenas elegido, celebró una misa privada con los cardenales en la Capilla Sixtina, seguida de reuniones con altos cargos eclesiásticos para preparar los primeros días del pontificado. Este viernes 9 de mayo presidió el rezo del Regina Caeli desde el balcón central de San Pedro, marcando así su primer gran encuentro con los fieles congregados en la plaza.
Entre los planes inmediatos figuran:
- Reunión con medios de comunicación internacionales para establecer una relación directa con la prensa.
- Celebración del Angelus y oración mariana Regina Coeli desde el Palacio Apostólico.
- Inicio del proceso para renovar o ratificar altos cargos en la Curia Romana.
- Audiencias privadas con mandatarios y colectivos sociales.
Con estos gestos iniciales busca combinar tradición (mantenida en ceremonias clave) con una voluntad de diálogo moderno y apertura social.
Un nombre con mensaje: León XIV mira al pasado para afrontar el futuro
La elección del nombre León no es casual. Remite a figuras históricas como León XIII, conocido por su defensa del trabajo digno y los derechos sociales, así como por haber impulsado las bases de la Doctrina Social de la Iglesia. En palabras del propio Papa: «Estamos dentro de una nueva revolución. En tiempos de León XIII era industrial; ahora es digital». Así, León XIV asume el reto de guiar a la Iglesia en plena era tecnológica, donde la inteligencia artificial y los cambios laborales ocupan un lugar central en sus preocupaciones.
El cardenal serbio Ladislav Nemet resumió el sentir general: «Su nombre es su programa», anticipando una etapa donde cuestiones como justicia social, migración y digitalización estarán muy presentes.
La vida sorprendente tras las vestiduras blancas: datos locos y curiosidades
El nuevo Papa acumula anécdotas que rompen moldes:
- Es el primer Papa estadounidense y también el primero con doble nacionalidad (EEUU-Perú).
- Antes de llegar a Roma fue misionero en Chiclayo (Perú), donde desayunaba cada mañana con sus compañeros sacerdotes tras rezar. Allí es recordado por su buen humor, sencillez y alegría contagiosa.
- Sus antiguos feligreses en Lima celebraron su elección haciendo repicar las campanas de la catedral al grito popular de “¡Queremos visita papal!”.
- Su sentido del humor no pasa desapercibido: según compañeros peruanos, siempre encuentra tiempo para bromas incluso entre las obligaciones más solemnes.
- En redes sociales estallaron memes sobre pizza estilo Chicago en Roma o guiños al famoso programa The Bear, todo un símbolo del orgullo local estadounidense ante este hito.
Más allá del protocolo: León XIV rompe esquemas
En vez de limitarse al protocolo vaticano, el Papa ha mostrado ya detalles poco habituales:
- Ofreció sus primeras palabras públicas alternando español e italiano –un gesto dirigido tanto a América Latina como a Europa–.
- Se espera que incorpore actos personales a su agenda inicial, abriendo la puerta a encuentros informales o visitas sorpresa fuera del Vaticano.
- Su elección fue resultado de cinco rondas de votación durante un cónclave especialmente seguido por medios globales; todo un récord reciente para la rapidez del proceso.
Un comienzo cargado de simbolismo
La llegada al trono pontificio no solo marca un cambio generacional sino también cultural. El propio alcalde de Chicago celebró en redes: “¡Todo lo bueno, incluido el Papa, viene de Chicago!”. Mientras tanto, comunidades católicas peruanas esperan ansiosas que visite pronto su antigua diócesis.
El reto ahora será convertir esos primeros gestos simbólicos en líneas claras de acción. Con una agenda cargada desde el minuto uno –incluyendo renovación interna del Vaticano, contacto directo con fieles y atención a desafíos globales–, todo apunta a que los próximos días serán decisivos para entender si León XIV logra dejar huella propia o si opta por una transición tranquila bajo la sombra aún reciente del Papa Francisco.
Lo que está claro es que este pontificado arranca entre expectativas renovadas, anécdotas inesperadas y una voluntad manifiesta de conectar tradición y modernidad.
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