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En el último Consejo de Ministros...

Declarado Bien de Interés Cultural el Teatro de la Comedia y el Auditorio Nacional de Música de Madrid

Máxima categoría de protección del Patrimonio Histórico Español

Alfonso Abril 26 Dic 2025 - 12:03 CET
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Sin fecha para el estreno del teatro “Audrey”

La palabra “microteatro”

Una buena noticia para cerrar las navidades para los amantes del teatro y la música, el acuerdo que el Consejo de Ministros, del pasado día 23 a propuesta del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, aprobando la declaración como Bienes de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, al Teatro de la Comedia y el edificio del Auditorio Nacional de Música, ambos situados en Madrid. Esto supone la aplicación de categoría de protección, máxima del Patrimonio Histórico Español a ambos organismos y edificios.

El teatro de la Comedia, es la sede actual de la Compañía Nacional de Teatro Clásico del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) al que  se suman la gestión directa de teatros como el  María Guerrero ; el Teatro Valle-Inclán  y el Teatro de la Zarzuela, además del Auditorio Nacional de Música, siendo estos sus principales centros escénicos y musicales.

El Teatro de la Comedia de Madrid es obra del arquitecto Agustín Ortiz de Villajos. Actualmente, alberga la sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dependiente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), organismo autónomo estatal dependiente del Ministerio de Cultura.

Teatro de la Comedia

Las obras se iniciaron en el año 1873 y Tirso García Escudero de la Torre fue su propietario único desde la temporada 1896-97 hasta su fallecimiento en 1950.

El edificio del Teatro de la Comedia, responde al estilo de los teatros decimonónicos, con un diseño sobrio y una fachada de inspiración clásica. Su dependencia más significativa es la sala principal del teatro, con forma de herradura, escenario de madera y techo con pinturas de José Vallejo y Galeazo representando un cielo transparente con trampantojos de arquitecturas árabes en sus pechinas.

Está situado en la calle Príncipe de Madrid, en el Barrio de las Letras. Sus orígenes se encuentran en el coliseo que quiso construir el empresario de salas y fiestas Silverio López Larrainza en el solar de un patio de vecinos de su propiedad, situado en la calle del Príncipe 14 y la calle Núñez de Arce.

El teatro fue inaugurado por Alfonso XII el 18 de septiembre de 1875 con una representación de la obra “El espejo de cuerpo entero”, pieza de un solo acto escrita por  el autor jerezano poco conocido, Diego Luque, y protagonizada por Emilio Mario. La fachada fue, posteriormente reformada en 1897, por el arquitecto Francisco Andrés Octavio.

Desde finales del Siglo XIX y la primera quincena del Siglo XX, fueron muchos los autores que hicieron uso del teatro para sus éxitos y en sus tablas se celebraron los estrenos de los clásicos del Siglo de Oro y de autores del momento como Jacinto Benavente, Benito Pérez Galdós, los hermanos Álvarez Quintero o Leandro Fernández de Moratín. Adolfo Marsillach, Alfonso Paso, Juan José Alonso Millán.

El 23 de marzo de 1914, tuvo lugar una conferencia de José Ortega y Gasset llamada «Vieja y Nueva Política», que sirvió como acto de presentación de la Liga de Educación Política. ​

Un año después, en 1915, un incendio destruyó el interior del teatro y la sala se reconstruyó en pocos meses por los arquitectos Luis Bellido y José López Sallaberry. Desde entonces continuó su actividad, que se vio interrumpida durante la Guerra Civil. (1936/1939).

En el mes de diciembre de 1919, se celebró un congreso de la Confederación Nacional del Trabajo, en el cual se decidió, la adhesión provisional de la organización a la Internacional comunista. El 29 de octubre de 1933 José Antonio Primo de Rivera pronunció el Discurso de la fundación de Falange Española, en cuyo acto, se estableció las bases del pensamiento joseantoniano.

En la época de los 70, España vivía su propia transición hacia la democracia y se representaron en este periodo, actuaciones independientes, de temática social y política, como “Castañuela 70”; “Yerma”; “Sócrates”. También este periodo de transición, nos permitió la sorpresa de presencias los primeros desnudos integrales en escena. El primero fue el 16 de octubre de 1974 con la obra de Antonio Gala, “¿Por qué corres Ulises?”, a cargo de Victoria Vera en el papel de Neuseca y dirigida por Mario Camus.

En el teatro de la Comedia, tuvo lugar un año después, concretamente el 15 de octubre de 1975, en la obra “Equus” (1973), de Peter Sheffer, dirigida por Manuel Collado. el primer desnudo de este teatro a cargo de Margot Cottens, en el escenario con Juan Ribó; Maria Jose Goyanes y Ana Diosdado.

En 1998 el Ministerio de Cultura compró el teatro y adquirió cinco de los pisos del edificio para consolidar el Teatro de la Comedia como sede estable de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Más avanzada la década, y consumada la Transición, la dirección del teatro alternó todo tipo de géneros, llegando a presentar el estreno de la versión española del musical “Cabaret”.

En 2002, tras un montaje de “La dama boba”, se cerró el teatro para realizar mejoras de seguridad en el edificio, que no comenzaron hasta 2009, y realizando su reapertura en la temporada 2015/2016, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y se estrenó, tras 14 años con la obra, “El Alcalde de Zalamea” de Calderón de la Barca, dirigida por Helena Pimenta y protagonizada por Carmelo Gómez. Actualmente la directora del Teatro de la Comedia, es Laila Ripoll, quien asumió el cargo en enero de 2025, sucediendo a Lluís Homar.

El Auditorio Nacional de Música, de interés cultural

los conciertos sinfónicos de la ciudad de Madrid se realizaban en el Teatro Real. En el año 1969 se planteó la rehabilitación del Teatro Real como Teatro de la Ópera para ajustarlo a su funcionalidad original, por lo que se puso en evidencia la necesidad de dotar a la ciudad de una sala de conciertos

A finales de los años 50, Madrid carecía de una sala adecuada para grandes conciertos sinfónicos y música de cámara, similar a las de Europa y era necesario poder dar ámbito a las grandes orquestas y conciertos de cámara. Se creó un proyecto que se enmarcó en el Plan Nacional de Auditorios para mejorar la infraestructura musical del país. Corría el año 1955.

Las obras comenzaron en 1979 y se inauguró oficialmente el 21 de octubre de 1988, con la presencia de los Reyes de España y, desde el momento de su apertura, constituye uno de los principales centros de creación y representación musical del país y dota a España de una infraestructura musical moderna y convertido en la sede principal de la Orquesta y Coro Nacionales de España, además de ser un referente para conciertos clásicos y contemporáneos.

Para la elaboración del proyecto, Garcia de Paredes, contó con el asesoramiento de los ingenieros alemanes Lothar Cremer y Thomas Fütherer, del Instituto de Acústica de Berlín.

El diseño del edificio destaca por su sencillez y la serena implantación urbana de sus edificios. En este caso en la amplia via de Madrid, la calle Príncipe de Vergara, con sus fachadas de ritmos uniformes que se corresponden con las galerías perimetrales que recorren el edificio, tratadas como una superficie plana y continua, tiene cierta imagen al estilo Herreriano.

En el interior, el edificio se organiza en tres cuerpos independientes, separados por juntas estructurales de dilatación. En el extremo norte se sitúa la Sala Sinfónica, en el sur la Sala de Cámara y en el centro el cuerpo de servicios generales. Para aislar las salas del ruido, además de su disposición en el edificio, se emplea un sistema de dobles puertas con profundas exclusas, que se tiene que atravesar antes de ingresar en ellas.  En cuanto a la asistencia de espectadores tiene la Sala Sinfónica de 2.324 butacas y la Sala de Cámara con 692 butacas.

El arquitecto calculó al milímetro la acústica de las salas, siguiendo los fundamentos teóricos de la arquitectura musical, teniendo en cuenta el volumen de aire en el interior de las salas en relación con el número de espectadores y la anchura máxima de las mismas. Su diseño prioriza la calidad sonora, lo que influye en la selección y la ubicación de cada asiento, y se completa con la cubierta de madera de nogal que recorre las dos salas.

El proyecto arrancó en 1983 enmarcado dentro del Plan Nacional de Auditorios, destinado a dotar al país de una infraestructura musical adecuada y coherente con las necesidades de la sociedad del momento.

En la actualidad, el Auditorio Nacional conserva su relevancia en el panorama musical, albergando regularmente representaciones de figuras de talla internacional y del repertorio clásico. Además, alberga la sede de la Orquesta y Coro Nacionales de España, de la Joven Orquesta Nacional de España y del Centro Nacional de Difusión Musical.

El director artístico del Auditorio Nacional de Música, es actualmente un puesto gestionado, aunque se mencionan figuras como Patrick Lange o Gustavo Gimeno como directores invitados de la Orquesta Sinfónica de Madrid. No hay un «director» único y permanente como figura central, sino una dirección técnica a cargo de Luis Martínez desde 2017, y la gestión de temporadas bajo el Centro Nacional de Difusión Musical y Gustavo Gimeno, es el director de la Orquesta Sinfónica de Madrid.

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