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Miguel, Rafael y Gabriel son tres arcángeles que trascienden las fronteras de las religiones. Estos mensajeros celestiales aparecen en los textos sagrados del judaísmo, el cristianismo y el islam. Sus relatos ponen de manifiesto un origen compartido en la tradición abrahámica. Cada uno desempeña un papel específico: Miguel es el defensor, Gabriel el anunciador, y Rafael el sanador.
En el judaísmo, estos tres forman parte de la categoría de los ángeles mayores. Miguel lidera a las huestes celestiales y protege al pueblo de Israel. Su nombre significa ¿Quién como Dios?, un grito en respuesta a la rebelión de Lucifer. Por su parte, Gabriel, cuyo nombre significa Fuerza de Dios, se encarga de explicar las visiones a Daniel sobre el futuro del Mesías. En tanto, Rafael, conocido como Medicina de Dios, hace una visita a Abraham en Mamre junto a Miguel y Gabriel, según relata el Talmud babilónico. En esta escena, Miguel se sitúa en el centro, Gabriel a la derecha y Rafael a la izquierda, cada uno con una misión asignada.
El cristianismo los conmemora juntos cada 29 de septiembre. Miguel lucha contra el mal y pesa las almas en el juicio final. Es quien dirige a los ángeles leales contra Satanás. En cuanto a Gabriel, él es quien anuncia la Encarnación a María en Nazaret: Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José. También tiene un papel interpretativo en las profecías contenidas en Daniel.
Rafael, por su parte, guía a Tobías en su travesía y se revela como uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen acceso a la gloria del Señor. Se le atribuye la cura de enfermedades y la enseñanza de obras de misericordia, como enterrar a los muertos. En Lourdes, una puerta del santuario muestra a los tres: Gabriel anuncia la llegada de Cristo, Rafael acompaña a los peregrinos y Miguel protege del mal.
Roles en el islam
En el islam, estos arcángeles tienen nombres adaptados y cumplen funciones fundamentales. Gabriel, conocido como Jibril, es el mensajero principal que transmite el Corán a Mahoma durante un periodo de 23 años. Recita revelaciones y aparece en hadices durante momentos cruciales en la vida del profeta.
Por otro lado, Miguel, llamado Mikail, proporciona sustento y lluvia. Participa en batallas espirituales junto a Jibril. En cuanto a Rafael, está asociado con Israfil, el ángel encargado de tocar la trompeta que anunciará el Día del Juicio. Algunas tradiciones lo describen como aquel que medía entre Dios y otros arcángeles, cantando en lenguas divinas.
- Miguel (Mikail): Provee alimento y protege toda creación.
- Gabriel (Jibril): Revela el Corán y guía a profetas.
- Rafael (Israfil): Será quien sople la trompeta al final de los tiempos.
Orígenes compartidos de los mensajeros divinos
Estos arcángeles tienen sus raíces en antiguos textos hebreos. El Libro de Daniel menciona tanto a Miguel como a Gabriel, mientras que Tobías introduce al personaje de Rafael. El Libro de Enoc también los menciona como guardianes del espíritu humano.
En la Cábala judía, se asocia a Gabriel con la Luna y con conceptos relacionados con la justicia. Por su parte, se dice que Rafael equilibra bondad y juicio; está vinculado al aire y al planeta Mercurio. Finalmente, se considera que Miguel representa la omnipotencia divina.
El cristianismo incorpora estas figuras dentro del marco salvador: mientras que Miguel derrota al dragón en Apocalipsis, Gabriel inicia la redención al anunciarlo a María, y Rafael simboliza la providencia durante los viajes.
El islam hereda estas figuras adaptándolas al contexto coránico; así es como se establece un vínculo entre profetas como Moisés o Jesús con Mahoma mediante la figura de Jibril. Esto pone de manifiesto un tronco común: ángeles que actúan como intermediarios entre Dios y los seres humanos, siempre obedientes e imbuidos de inteligencia espiritual.
El Papa Francisco comentó en 2017: Hoy celebramos el día de tres arcángeles porque han tenido un papel crucial en la historia de salvación. Gregorio Magno explicó que Dios revela sus nombres para ser invocados cuando se necesita su ayuda específica.
Simbolismo y devoción actual
Los tres arcángeles representan poder, misericordia y obediencia divina. A través del tiempo, se ha pedido intercesión a Miguel, quien inspira valor frente al mal; también se reza al patrono de mensajeros y comunicadores, como es el caso de Gabriel, quien evoca esperanza ante anuncios divinos; mientras que todos buscan la protección del sanador viajero que es Rafael.
En diversas tradiciones ortodoxas se considera que son siete arcángeles ante Dios; incluso dentro de La Iglesia Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tienen un papel relevante durante la restauración del evangelio.
Sus historias están profundamente interconectadas:
| Arcángel | Judaísmo | Cristianismo | Islam |
|---|---|---|---|
| Miguel | Protector del pueblo israelita; líder celestial | Derrota a Satanás; juez final | Conocido como Mikail; proporciona lluvia |
| Gabriel | Explica visiones proféticas | Anuncia nacimiento divino | Llamado Jibril; revelador del Corán |
| Rafael | Visita a Abraham; sanador | Guía espiritual para Tobías | Conocido como Israfil; soplará trompeta |
Esta tabla ilustra cómo un núcleo compartido ha evolucionado dentro de cada fe particular. Pone en evidencia que estos mensajeros divinos emergen desde una visión monoteísta: seres espirituales encargados de ejecutar la voluntad única del único Dios.
Dentro del pensamiento patrístico actúan movidos por una obediencia perfecta; no son meros seres etéreos sino personalidades dotadas con misiones concretas. Su amor hacia Dios impulsa todas sus acciones: mientras Miguel defiende su gloria divina, Gabriel transmite secretos celestiales y Rafael intercede con las oraciones humanas.
Hoy día, muchos devotos les invocan tanto en santuarios como Lourdes o durante sus oraciones cotidianas. El Catecismo católico reitera: Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Superan incluso las criaturas visibles en perfección espiritual.
Estas figuras trascienden doctrinas específicas e ilustran cómo las religiones abrahámicas dialogan entre sí gracias a estos mensajeros comunes. Sus relatos nos invitan no solo a reflexionar sobre cómo lo divino interviene en lo humano sino también sobre cómo desde épicas batallas cósmicas hasta curaciones cotidianas siguen guiando fieles hacia lo eterno: Miguel, Rafael y Gabriel permanecen vigentes para quienes creen.
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