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“Una noche en un hotel dije: no quiero seguir, ya no con el baloncesto, con la vida”

Ricky Rubio: la confesión más dura de una estrella del baloncesto español sacude la conciencia deportiva

El baloncestista conmueve a España con su testimonio sobre depresión, tragedias familiares y salud mental en el deporte de élite

Periodista Digital 07 Jul 2025 - 00:41 CET
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Hoy, 6 de julio de 2025, Ricky Rubio ha vuelto a ser noticia.

Pero esta vez no es por una asistencia mágica o una defensa de manual, sino por una confesión estremecedora.

“Una noche en un hotel dije: no quiero seguir, ya no con el baloncesto, con la vida”.

La frase resuena como un eco incómodo en la sociedad española y en el mundo del deporte, que durante años ha aplaudido al genio de El Masnou sin adivinar las sombras que lo acompañaban.

El testimonio llega en el marco de una entrevista con Jordi Évole, promocionada como “la entrevista final” del internacional español. No se trata de un adiós al baloncesto —ese ya lo había dado hace meses— sino de un punto y aparte en su exposición pública. Ricky ha decidido hablar sin filtros sobre las dos tragedias que han marcado su vida y sobre la necesidad de priorizar la salud mental, derribando muros invisibles que aún persisten en el deporte profesional.

Dos tragedias personales que cambiaron su destino

La primera gran herida en la vida de Rubio llegó en 2016 con el fallecimiento de su madre, Tona Vives, víctima de un cáncer de pulmón. “Cuando alguien que amas muere, es como si una niebla te envolviera”, relataba el propio jugador tiempo después. Su rendimiento en la cancha cayó en picado y él mismo reconoció haber atravesado un proceso depresivo: “Culpaba a los que tenía alrededor por cómo me sentía y pasé por una depresión”.

A esa pérdida se sumó más tarde el desgaste implacable de la presión mediática y la autoexigencia desmesurada. Ricky debutó en la ACB con solo 14 años, fue campeón europeo antes de los 20 y conquistó la NBA durante doce temporadas. Pero bajo esa armadura, se gestaba una tormenta: “Ganar era haberlo hecho todo bien y perder era haberlo hecho todo mal. Nunca era suficiente”. El baloncesto le dio gloria, pero también le robó parte de su adolescencia y le obligó a esconder debilidades humanas para sobrevivir entre gigantes.

Salud mental: el enemigo invisible

El 5 de agosto de 2023, a pocos días del Mundial, Rubio abandonó por sorpresa la concentración de la selección española. El comunicado oficial hablaba de cuidar su salud mental. En privado, Ricky batallaba contra pensamientos oscuros que ningún triple podía disipar. Lo confesó sin rodeos: “Una noche en un hotel pensé que no quería seguir. No con el baloncesto, sino con la vida”. Su caso expone las grietas del sistema: ¿cuántos deportistas viven bajo una presión insoportable hasta romperse?

La reacción pública fue instantánea y mayoritariamente comprensiva. Compañeros como Pau Gasol y técnicos como Sergio Scariolo alabaron su valentía al poner freno antes de caer al abismo. Pero también hubo voces críticas y comentarios destructivos —el famoso ‘ruido de la masa’— que suelen acompañar los fracasos deportivos en España. La historia reciente muestra que ni los campeones olímpicos ni las estrellas internacionales son inmunes al estrés ni a la depresión.

Un año lejos del parqué: familia, pareja y nuevos horizontes

Desde entonces, Ricky Rubio lleva más de un año apartado del baloncesto profesional. Su breve regreso al FC Barcelona fue anecdótico; tras unos partidos volvió a desaparecer del radar mediático. Solo se le ha visto jugando torneos amateurs con amigos o compartiendo momentos junto a su pareja Sara y su hijo pequeño. La paternidad le ha dado otra perspectiva: “Ahora gestionaría las cosas diferentes”, reconocía recientemente.

En lo personal, Sara ha sido un pilar fundamental durante este periodo difícil. Juntos han intentado reconstruir una normalidad lejos del foco mediático e incluso han colaborado activamente en campañas sobre salud mental para visibilizar lo invisible.

Pronóstico vitalista (y algo escéptico) para el futuro

¿Volverá Ricky Rubio al baloncesto profesional? A día de hoy, parece improbable. Él mismo admite que nunca estará satisfecho con lo logrado porque siempre quiso más —una paradoja cruel para quien lo ganó casi todo—. Los pronósticos apuntan a un futuro vinculado a proyectos sociales o formativos antes que a los banquillos o despachos deportivos.

Las casas de apuestas ya han retirado cualquier cuota sobre su posible fichaje por clubes europeos o estadounidenses. No obstante, nadie descarta que pueda sorprendernos desde otra faceta: como activista, mentor o referente para futuras generaciones.

«La frase ‘los hombres no lloran’ ha hecho mucho daño», recuerda uno de los psicólogos consultados sobre salud mental en el deporte español. Quizá lo más valioso que haya dejado Ricky Rubio sea precisamente eso: haber llorado públicamente para abrir camino a los demás.


Curiosidades sobre Ricky Rubio y su historia reciente

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