La Policía Nacional revela el truco infalible para desenmascarar a estafadores que se hacen pasar por tus familiares

En los últimos meses, la Policía Nacional ha intensificado sus avisos ante el auge de estafas digitales en las que los delincuentes se hacen pasar por un hijo, pareja o familiar cercano.

El objetivo es claro: lograr que la víctima, movida por la urgencia y la confianza, entregue datos personales o transfiera dinero creyendo que ayuda a un ser querido en apuros.

Estos fraudes suelen empezar con un mensaje aparentemente inofensivo, muchas veces recibido a través de WhatsApp o SMS, en el que el supuesto familiar explica que ha perdido el móvil y necesita ayuda urgente para solventar un problema cotidiano, como pagar un taxi o recuperar una tarjeta bancaria.

La estrategia de los ciberdelincuentes se basa en explotar la emocionalidad y la inmediatez, factores que pueden hacer bajar la guardia incluso a personas prevenidas.

Según datos recientes, España experimentó en 2023 más de 350.000 denuncias relacionadas con ciberestafas, lo que supone un incremento del 18,9% respecto al año anterior. Las cifras confirman que los métodos de engaño evolucionan y se perfeccionan constantemente.

El truco infalible de la Policía Nacional: una clave secreta familiar

Ante este panorama, la Policía Nacional ha lanzado una recomendación directa y práctica: establecer una clave secreta familiar para verificar la identidad real de quien solicita ayuda. La propuesta es tan sencilla como eficaz. Consiste en acordar previamente con familiares cercanos una palabra o frase que solo ellos conozcan. Si algún día recibes una petición sospechosa o desde un número desconocido, basta con pedirle al supuesto familiar que te diga esa clave. Si no puede responder correctamente, sabrás con casi total seguridad que estás ante un intento de estafa.

Los agentes insisten en que este truco no requiere tecnología ni conocimientos avanzados; tan solo requiere previsión y comunicación dentro del entorno familiar. Además, recomiendan complementar esta medida formulando preguntas personales cuya respuesta solo conocería el verdadero allegado: «¿Dónde nos conocimos?», «¿Cómo se llamaba nuestro primer perro?» o cualquier otro detalle íntimo pueden ser filtros eficaces para detectar impostores.

¿Cómo actúan los estafadores? El “timo del favor” y otras variantes

El llamado timo del favor es una de las modalidades más extendidas. El mensaje suele llegar desde un número desconocido (aunque puede aparecer bajo el nombre habitual del contacto si han clonado su cuenta) y describe una situación urgente: móvil roto, acceso bloqueado a la banca online o pérdida de documentos importantes. Los mensajes están redactados con tono impersonal y cierta prisa, buscando evitar preguntas o comprobaciones adicionales por parte de la víctima.

En otros casos, los delincuentes aprovechan filtraciones masivas de datos personales o el acceso ilegal a cuentas comprometidas para construir mensajes aún más creíbles e individualizados. Además, existen variantes en las que se suplanta la identidad de empleados bancarios o funcionarios para obtener información sensible, como credenciales bancarias o códigos de verificación.

Recomendaciones clave para evitar caer en la trampa

La Policía Nacional reitera varias pautas fundamentales para protegerse:

• Nunca responder a mensajes urgentes sin comprobar primero la identidad.
• Pedir siempre la clave secreta familiar u otra información personal previamente acordada.
• Desconfiar de cualquier petición económica inesperada, incluso si proviene de números conocidos.
• No facilitar datos personales ni bancarios a través de mensajes o llamadas no verificadas.
• Contactar directamente con el familiar supuestamente afectado usando otro canal (llamada telefónica directa o mensaje por otra aplicación).
• Denunciar cualquier intento de estafa ante las autoridades.

Estas recomendaciones resultan especialmente importantes para personas mayores y colectivos menos habituados al uso crítico de tecnologías digitales.

Perfil del estafador digital: organización y anonimato

Detrás de estos fraudes no suele haber individuos aislados sino redes organizadas con roles bien definidos: unos obtienen bases de datos, otros elaboran mensajes personalizados y algunos se encargan de gestionar las cuentas donde reciben el dinero sustraído. Se estima que estas organizaciones pueden llegar a robar miles de euros en pocas horas si no se actúa con rapidez. La sofisticación aumenta conforme avanza la tecnología; por eso resulta esencial estar siempre alerta y actualizados sobre las nuevas formas de engaño.

Anécdotas y curiosidades recientes

• En Madrid y Barcelona, hace apenas unos meses, la policía desarticuló una red dedicada a suplantar bancos mediante SMS falsos; llegaron a causar perjuicios económicos superiores a 120.000 euros antes de ser detenidos.
• El estudio realizado por Statista revela que cada año crece el número total de víctimas registradas en España; solo en 2023 hubo casi 355.000 denuncias relacionadas con ciberestafas.
• Una pregunta tan simple como “¿Dónde nos conocimos?” se ha convertido en tendencia tras viralizarse vídeos policiales explicando su eficacia como filtro inmediato frente a suplantadores.
• Hay casos documentados donde los estafadores lograron clonar números y fotos reales desde aplicaciones como WhatsApp; esto ha obligado a muchos usuarios a extremar precauciones incluso con contactos familiares habituales.

El papel activo de la ciudadanía

La lucha contra este tipo de delitos requiere tanto medidas policiales como responsabilidad individual. Establecer rutinas familiares para compartir claves secretas puede marcar la diferencia entre ser víctima o evitar el fraude. Los agentes recalcan: la mejor defensa es siempre la prevención. Por ello, mantener un diálogo abierto sobre estos riesgos y compartir información actualizada es tan importante como denunciar cualquier intento sospechoso.

La clave está en adelantarse al engaño: crear barreras sencillas pero efectivas dentro del entorno cercano impide que los ciberdelincuentes sigan aumentando sus víctimas.