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Un hombre negro completamente vestido de negro y encapuchado

Fánatico con cuchillo apuñala a los pasajeros de un tren al noreste de Londres y deja 9 personas al borde de la muerte

Las escenas fueron dantescas: "sangre por todas partes" y pasajeros buscando refugio en los baños o intentando protegerse como podían

Periodista Digital 02 Nov 2025 - 06:45 CET
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La tarde del 1 de noviembre de 2025, lo que debía ser un trayecto habitual en un tren de alta velocidad de LNER entre Doncaster y Londres King’s Cross se tornó en una escena aterradora.

Apenas diez minutos después de salir de la estación de Peterborough, mientras avanzaba por el este de Inglaterra, un hombre armado con un gran cuchillo desató el caos en los vagones.

El tren, repleto de pasajeros, tuvo que detenerse urgentemente en la estación de Huntingdon, Cambridgeshire, tras la activación de la alarma por parte de los propios viajeros.

La rápida respuesta de la policía británica de transporte y agentes armados permitió la captura de dos sospechosos en el andén.

Uno de ellos, descrito por testigos como un hombre negro completamente vestido de negro y encapuchado, fue sometido con una pistola táser antes de ser arrestado.

Hasta ahora, no se han dado a conocer detalles sobre la identidad del segundo detenido ni sobre las posibles razones detrás del ataque.

Balance de víctimas y respuesta sanitaria

El balance inicial del ataque es alarmante: diez personas han sido hospitalizadas, nueve con heridas graves que amenazan sus vidas. Aunque no se han reportado fallecimientos hasta el momento del cierre de esta edición, la situación clínica de varios heridos sigue siendo crítica.

Según los testimonios recogidos dentro del tren, las escenas fueron dantescas: «sangre por todas partes» y pasajeros buscando refugio en los baños o intentando protegerse como podían ante el avance del atacante.

Los servicios médicos reaccionaron rápidamente, enviando ambulancias y equipos a la estación de Huntingdon, donde se estableció un dispositivo improvisado para atender a los heridos. El hospital local recibió a los afectados mientras la policía aseguraba la zona y cerraba la carretera A1307, esencial para acceder al centro urbano.

Reacciones políticas y clima social

El impacto del incidente fue inmediato en el ámbito político británico. El primer ministro, Keir Starmer, expresó su preocupación a través de redes sociales al calificar el ataque como «profundamente inquietante», agradeciendo a su vez la rápida intervención de los servicios médicos. Por su parte, el diputado local Ben Obese-Jecty lo describió como un suceso «espantoso y devastador», mientras que otros representantes hicieron hincapié en mantener cautela y evitar especulaciones sobre las motivaciones; esto ocurre en un contexto donde las autoridades británicas refuerzan las medidas antiterroristas sin etiquetar los hechos con términos como «islamista» o revelar detalles sobre los agresores.

La secretaria de Interior, Shabana Mahmood, pidió a la ciudadanía que evite difundir rumores y permita trabajar a los investigadores. En cuanto a LNER, anunciaron la suspensión total del servicio en la línea afectada e instaron a los viajeros a informarse sobre la situación antes de planificar sus desplazamientos.

Perfil y modus operandi del atacante

Aunque las fuerzas del orden aún no han proporcionado el perfil completo del principal sospechoso, las descripciones ofrecidas por testigos coinciden en señalar a un hombre negro vestido con sudadera y pantalones negros, capucha incluida. Este individuo comenzó a atacar indiscriminadamente a los pasajeros portando un cuchillo grande. Lo que más sorprende es la aparente premeditación del ataque: eligió un tramo del trayecto donde el tren circulaba a gran velocidad y era complicado recibir ayuda inmediata desde fuera. La rápida acción de algunos pasajeros al activar la alarma fue crucial para frenar el ataque y permitir que llegara la policía.

El segundo sospechoso fue también arrestado en la estación; sin embargo, aún no hay claridad sobre si tuvo participación activa en el apuñalamiento o si su implicación es menor.

Contexto: violencia con armas blancas en Reino Unido

Este ataque se inscribe dentro de una tendencia alarmante: desde 2011, ha habido un aumento constante en los delitos con armas blancas en Inglaterra y Gales. A pesar de que Reino Unido cuenta con una legislación muy estricta respecto a armas, el número de apuñalamientos ha crecido considerablemente. De hecho, Keir Starmer lo ha calificado como una «crisis nacional». En la última década se han confiscado o entregado cerca de 60.000 cuchillos; portar uno puede acarrear penas que alcanzan hasta cuatro años tras las rejas.

El gobierno laborista que asumió el poder en julio de 2024 ha intentado endurecer las respuestas policiales y judiciales frente a estos delitos; según datos oficiales, durante el último año se ha registrado una disminución del 18% en homicidios por arma blanca. Sin embargo, persiste entre la ciudadanía una sensación palpable de miedo ante posibles actos violentos en espacios públicos y medios de transporte.

Testimonios y escenas de pánico

Los relatos recogidos entre los pasajeros muestran el terror vivido durante el ataque. Un viajero describía lo ocurrido como «una escena terrible, realmente violenta. Era como algo sacado directamente de una película. No parecía real y generó pánico entre todos nosotros.» Otros comentaban cómo muchos buscaron refugio en los baños mientras el atacante atravesaba los vagones. La confusión reinó hasta que llegó finalmente la policía, actuando con rapidez para evitar que todo terminara aún peor.

Medidas de seguridad y consecuencias inmediatas

Este trágico suceso ha provocado una notable presencia policial tanto en Huntingdon como en las estaciones ferroviarias del este inglés. Las autoridades han solicitado colaboración ciudadana para identificar posibles testigos y reconstruir los acontecimientos detalladamente. Por ahora, permanece sin esclarecerse cuál fue el motivo detrás del ataque; no se descartan hipótesis mientras se intensifican las medidas antiterroristas.

La suspensión del servicio LNER ha afectado a miles de viajeros; recuperar la normalidad dependerá del cierre completo investigativo así como también del proceso necesario para limpiar tanto el tren como la estación afectada. Este acontecimiento vuelve a abrir el debate sobre cuán seguros están realmente nuestros transportes públicos ante ataques inesperados.

Anécdotas y curiosidades

El caso continúa abierto mientras una sociedad británica consternada aguarda respuestas claras ante esta situación tan alarmante; al mismo tiempo que se intensifican las medidas preventivas en trenes y estaciones alrededor del país.

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