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LA ESENCIA DEL CANTÁBRICO EN TU MESA

Marmitako: tradición marinera en cada cucharada

Un guiso de pescado con historia, nacido en los barcos del norte y convertido en emblema de la cocina vasca

Periodista Digital 22 Sep 2025 - 23:57 CET
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El Marmitako es uno de esos platos que traen consigo el aroma del mar y la herencia de generaciones de pescadores. Su nombre, que en euskera significa “de la marmita”, hace alusión directa al recipiente donde se cocinaba en alta mar, mientras el Cantábrico marcaba el compás de la vida y las comidas.

En su esencia, se trata de un guiso marinero, elaborado con bonito del norte, patatas, cebolla, pimientos y tomate. Un plato sencillo, pero repleto de sabor, que destaca por el toque inconfundible del pimiento choricero. Hoy en día, forma parte fundamental de la identidad culinaria vasca, cántabra y asturiana. En definitiva, es un homenaje a la costa norte y a sus gentes.

Un origen marinero: la cocina de los arrantzales

La historia del Marmitako está profundamente conectada con los antiguos pescadores, conocidos como arrantzales en el País Vasco, así como con las tripulaciones de traineras cántabras y bogadores asturianos. Durante prolongadas campañas de pesca, estos hombres pasaban semanas en alta mar, dependiendo de lo que podían llevar a bordo: alimentos que resistieran el viaje y les proporcionaran la energía necesaria para su arduo trabajo.

Cocinaban en grandes marmitas, lo que explica el nombre del plato. Utilizaban ingredientes básicos y asequibles, como el pescado recién capturado y las patatas, que empezaron a popularizarse en la región a partir del siglo XVIII tras su llegada desde América. “El guiso de patatas cocidas se convirtió en uno de los platos diarios entre los tripulantes de los barcos pesqueros”, afirman los expertos de Delamar Gourmet.

Variaciones geográficas

Aunque el término Marmitako es el más común, especialmente en el País Vasco, este guiso recibe diferentes nombres según la región:

Cada lugar introduce matices particulares, pero la base siempre permanece: un guiso sencillo y contundente de pescado y patatas.

Evolución del Marmitako: de la marmita a la mesa

En sus inicios, el Marmitako no incluía ni patata ni pimiento; ambos ingredientes se sumaron después del descubrimiento de América y la posterior difusión de estos productos por Europa. La receta fue evolucionando al compás de los intercambios culturales y las necesidades diarias de los pescadores.

Con el paso del tiempo, este plato fue ganando popularidad en tierra firme. Se adaptó a los gustos domésticos y a lo que había disponible. Hoy se encuentra tanto en tabernas tradicionales como en restaurantes contemporáneos; sin embargo, siempre mantiene ese espíritu marinero.

Ingredientes tradicionales

A pesar de las variantes existentes, los ingredientes principales suelen ser:

Como bien señala Karlos Arguiñano, “si no tienes pimientos choriceros, puedes usar ñoras y el resultado será igual de bueno”. El secreto radica en cocinarlo a fuego lento para que los sabores se integren poco a poco.

Marmitako: un plato de temporada y celebración

Curiosamente, aunque suele asociarse con la cocina invernal, el Marmitako se consume mayormente durante el verano. Esto coincide con la temporada alta para capturar bonito en el Cantábrico. En muchas localidades costeras, este guiso se convierte en protagonista durante concursos gastronómicos y festividades populares donde familias y cuadrillas se reúnen para preparar su mejor versión.

Según afirman los expertos de Bigcrafters, “es un plato simple, auténtico y delicioso que refleja la cultura y tradición vasca”. La receta se transmite entre generaciones; cada hogar tiene su propio truco o ingrediente especial.

Consejos para un Marmitako perfecto

Si deseas darle un toque personal, algunos chefs añaden un poco de guindilla para darle picante o incluso un chorrito de vino blanco al sofrito.

Un plato con alma: la vigencia del Marmitako hoy

El Marmitako trasciende lo meramente culinario. Es una evocación a los barcos pesqueros, al esfuerzo constante de quienes faenan en alta mar. Representa también una cocina generosa que sabe aprovechar lo mejor tanto del océano como del campo. Es un claro ejemplo de cómo las tradiciones pueden renovarse y perdurar hasta nuestros días.

Hoy día, ya sea en ciudades como Bilbao, San Sebastián, o Santander, así como en pequeños pueblos costeros, este guiso sigue siendo sinónimo de hospitalidad y buen hacer. Un plato que invita a sentarse alrededor de una mesa para compartir momentos únicos mientras se disfruta del auténtico sabor del norte.

[En palabras sabias de una abuela vasca: “El marmitako se hace sin prisas y se come rodeado de buena compañía”].

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