Más información
Viajar a Dubái es sumergirse en un universo donde el lujo y las normas estrictas conviven en cada rincón.
La ciudad fascina por su arquitectura futurista, centros comerciales gigantescos y playas doradas, pero también exige una adaptación rápida a costumbres, leyes y sensibilidades culturales muy diferentes a las europeas.
La experiencia de Ohan, un joven francés retenido por entrar en un baño femenino debido a una urgencia intestinal, lo ilustra: no basta con admirar el skyline o buscar restaurantes de moda; hay que conocer las reglas del juego para evitar que unas vacaciones idílicas se transformen en una pesadilla legal.
Un apretón, una denuncia y un aviso para viajeros
La historia de Ohan comenzó como tantas otras: unas vacaciones en Dubái. Tras sufrir un problema intestinal y encontrar el baño masculino cerrado, se vio obligado a entrar al femenino.
El móvil cayó al suelo justo cuando una mujer ocupaba la cabina contigua. Ella pensó que intentaba grabarla. Gritó. En cuestión de minutos, la confusión escaló hasta convertirse en una acusación de voyeurismo, delito grave bajo las estrictas leyes locales, aunque no exista una norma que prohíba expresamente a los hombres entrar en baños femeninos.
El resultado: Ohan lleva más de un mes atrapado en el país, sin poder regresar a Francia, sometido a procedimientos judiciales que han puesto a prueba tanto su economía como la paciencia de su familia. Las autoridades aplican sin titubeos las normas sociales e islámicas sobre conducta pública y separación de espacios por género. El caso advierte sobre la importancia de informarse bien antes de viajar a lugares donde lo cotidiano puede ser malinterpretado y castigado con severidad.
Costumbres, normas y precauciones imprescindibles
En Dubái, la ley islámica (Sharia) influye en muchos aspectos cotidianos. No solo regula asuntos religiosos: determina cómo vestir, cómo comportarse en público o incluso qué hacer ante emergencias aparentemente inocentes como la vivida por Ohan. Las muestras públicas de afecto pueden acarrear multas; el consumo de alcohol solo está permitido en locales autorizados; y los delitos relacionados con drogas se castigan con penas muy duras, incluso si son cantidades mínimas.
Respetar las costumbres locales es esencial:
- Usa ropa discreta fuera de las zonas turísticas.
- Evita manifestaciones afectivas en público.
- Infórmate sobre el Ramadán: durante este mes sagrado se intensifican las restricciones sociales.
- Lleva siempre contigo copia del pasaporte y visado.
- Contrata un seguro médico internacional; los costes sanitarios son muy altos.
Cómo llegar desde España
La conexión aérea entre España y Dubái es excelente. Emirates opera vuelos directos diarios desde Madrid y Barcelona, con trayectos que rondan las 7 horas. También hay alternativas con escalas vía otras capitales europeas.
Al aterrizar en el aeropuerto internacional de Dubái —uno de los más transitados del mundo— el traslado al centro es rápido:
- Metro: moderno, rápido y económico.
- Taxis oficiales: seguros, aunque algo más caros.
- Traslados privados o servicios tipo Uber/Careem.
Documentación necesaria
Para ciudadanos españoles:
- Pasaporte con validez mínima de seis meses.
- Visado gratuito al llegar para estancias turísticas de hasta 90 días.
- Seguro médico recomendado.
Las autoridades pueden solicitar reserva de hotel o prueba de fondos económicos suficientes para toda la estancia.
Medios de transporte dentro de Dubái
Moverse por la ciudad es sencillo gracias a:
- Metro automático: conecta zonas clave como el Burj Khalifa o Dubai Mall.
- Autobuses urbanos: cubren áreas menos turísticas.
- Taxis: abundantes, limpios y asequibles (siempre oficiales).
- Barco (abra): ideal para cruzar el Dubai Creek y conocer el casco antiguo.
El alquiler de coche es posible pero no recomendable para quienes no estén habituados al tráfico intenso y peculiaridades locales al volante.
Coste estimado para dos personas
Dubái ofrece opciones para todos los bolsillos, aunque predomina el lujo:
| Gasto principal | Precio aproximado (2 personas/semana) |
|---|---|
| Vuelo España-Dubái ida/vuelta | 900–1.200 € |
| Hotel 4* céntrico | 1.000–1.500 € |
| Comidas (restaurantes variados) | 500–900 € |
| Transporte local | 100–200 € |
| Entradas/actividades | 400–700 € |
Total estimado: entre 2.900 € y 4.500 € para una semana intensa sin lujos extremos.
Mejor época del año para visitar
El clima desértico marca la agenda:
- Octubre a abril: temperaturas agradables (18–30°C), ideales para turismo urbano y playa.
- Mayo a septiembre: calor extremo (hasta 45°C), menos recomendable salvo que busques ofertas hoteleras con aire acondicionado permanente.
Evita el Ramadán si prefieres disfrutar sin restricciones horarias ni limitaciones en restaurantes o actividades diurnas.
Restaurantes imprescindibles
Comer en Dubái es viajar por sabores del mundo:
- Al Fanar: cocina emiratí tradicional en ambiente nostálgico.
- Zuma: referencia japonesa contemporánea entre rascacielos.
- Pierchic: mariscos frescos sobre el mar con vistas panorámicas.
- Ravi’s: mítico local paquistaní popular entre expatriados.
Para presupuestos ajustados, los food courts de centros comerciales ofrecen variedad internacional a buen precio.
Moneda y pagos
La moneda oficial es el dirham emiratí (AED). Un euro equivale aproximadamente a 4 AED (revisa cambios actualizados antes del viaje). Se acepta tarjeta bancaria prácticamente en todo tipo de establecimientos; aun así, conviene llevar algo de efectivo para taxis o mercados tradicionales (souks).
Claves y trucos para exprimir Dubái
- Compra entradas online para atracciones como Burj Khalifa o Aquaventure Waterpark; ahorrarás tiempo y dinero.
- Usa apps locales tipo Careem/Uber para moverte rápido sin regateos.
- No dudes en regatear precios en zocos tradicionales.
- Recuerda que beber agua embotellada es lo más recomendable.
- Si visitas mezquitas abiertas al turismo como Jumeirah Mosque, sigue escrupulosamente el código de vestimenta.
Curiosidades y anécdotas del destino
Dubái no deja indiferente ni por sus contrastes ni por sus historias insólitas:
- Aquí se encuentra el edificio más alto del mundo, Burj Khalifa, pero también barrios históricos como Al Fahidi, donde descubrir cómo era la ciudad antes del petróleo.
- El oro se vende casi como si fuera pan: los souks brillan literalmente bajo toneladas del metal precioso expuestas tras vitrinas blindadas.
- La policía patrulla con coches deportivos —Ferrari, Lamborghini— símbolo del poder adquisitivo local.
- Aunque resulte paradójico, puedes esquiar bajo techo mientras fuera superan los 40°C gracias a Ski Dubai.
Y sí: casos como el del turista francés demuestran que Dubái puede ser tan glamurosa como implacable con quienes ignoran sus códigos sociales o legales.
Viajar a Dubái invita a dejarse asombrar por rascacielos imposibles, playas artificiales e islas creadas por la mano humana; pero exige adaptarse rápidamente a reglas que pueden parecer insólitas al visitante europeo. Informarse bien antes del viaje —y durante— permite disfrutar al máximo sin sobresaltos inesperados.
Más en Viajes
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home