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El anuncio del recorte de más de un millón de plazas por parte de Ryanair en España ha reconfigurado el mapa de vuelos para la próxima temporada, con un impacto directo en aeropuertos regionales y miles de viajeros. La decisión, motivada por el incremento de las tasas aeroportuarias que aplica Aena, deja a varias provincias con menos opciones y pone sobre la mesa el debate sobre la gestión del transporte aéreo nacional y su influencia en el turismo y la economía local.
A día de hoy, 4 de septiembre de 2025, la aerolínea irlandesa ha comunicado el cierre de bases y la supresión total o parcial de rutas en varios puntos del país, concentrando su operativa en los grandes aeropuertos y redirigiendo parte de su flota a destinos internacionales como Italia, Marruecos, Croacia y otros mercados que ofrecen mejores condiciones económicas para las compañías low cost.
Los grandes damnificados: bases cerradas y vuelos suprimidos
La medida afecta especialmente a cinco aeropuertos españoles que ven cómo desaparecen rutas o se cierran bases operativas. Los peor parados son:
- Santiago de Compostela: Ryanair cierra su base y recorta hasta un 38% sus vuelos, lo que supone una pérdida notable para Galicia y su conectividad internacional.
- Vigo: Desde enero de 2026 dejará de recibir vuelos de Ryanair, quedando fuera del mapa nacional e internacional de la aerolínea.
- Tenerife Norte: La compañía cancela todos sus vuelos hacia este aeropuerto desde el inicio del invierno, afectando gravemente al turismo insular.
- Valladolid: La base permanece inactiva tras su cierre anterior; no hay perspectivas de recuperación a corto plazo.
- Jerez: Igual que Valladolid, continúa sin operaciones regulares por parte de Ryanair.
Estos recortes, sumados a los que ya se realizaron durante el verano –con una reducción total cercana a dos millones de plazas este año–, han dejado a estos aeropuertos con una caída significativa en número de pasajeros y conexiones disponibles. En conjunto, los siete principales afectados han perdido más de 240.000 viajeros solo entre abril y julio, según datos oficiales.
Aeropuertos con reducciones notables
La tijera también se deja sentir en otros puntos relevantes:
- Zaragoza: Reducción del 45% en la oferta de plazas.
- Santander: Caída del 38% respecto al año anterior.
- Asturias: Menos vuelos, con un recorte del 16% en la capacidad total.
- Vitoria: Reducción mínima (2%), pero significativa dentro del contexto general.
- Además, desaparecen hasta 36 rutas entre la España regional y las Islas Canarias, lo que limita aún más las posibilidades para viajeros locales y turistas internacionales.
Estos ajustes se producen mientras Aena mantiene una política tarifaria que Ryanair califica como «excesiva», alegando que los costes han convertido muchas rutas en inviables económicamente. La respuesta institucional no se ha hecho esperar: desde el operador aeroportuario se acusa a Ryanair de “extorsión” y “lloriqueo”, defendiendo que el sistema español es sostenible y competitivo frente a otros países europeos.
Dónde se mantiene intacta o crece la oferta
Pese al duro golpe para las regiones periféricas, Ryanair refuerza sus operaciones en los grandes núcleos urbanos y turísticos:
- En el aeropuerto Alicante-Elche, la compañía incrementa su presencia con 16 aviones basados durante el invierno, ocho nuevas rutas anuales y conexiones con 78 destinos repartidos en 21 países. Solo cancela cuatro conexiones específicas: Billund, Maastricht, Santiago y Tenerife Norte, concentrando el crecimiento en mercados más rentables.
- Se prevé también un aumento progresivo en los aeropuertos principales como Madrid y Barcelona, donde la competitividad permite mantener precios atractivos sin el lastre de las tasas elevadas aplicadas a los aeropuertos menores.
La estrategia de Ryanair apunta a concentrar recursos allí donde la rentabilidad es mayor. El consejero delegado Eddie Wilson ha afirmado públicamente que «Aena ha fallado a las regiones españolas», provocando una caída del turismo local, menos inversión y pérdida directa de empleo. El impacto económico se cifra por parte de la compañía en hasta 28.000 millones de euros aportados al PIB nacional mediante su actividad aérea regular.
Consecuencias para los viajeros: menos opciones y más competencia
Para quienes dependen del transporte aéreo regional, estos cambios se traducen en menos alternativas directas, precios previsiblemente más elevados por menor oferta y mayor presión sobre otras compañías para llenar el hueco dejado por Ryanair. El desvío masivo de plazas hacia mercados extranjeros como Italia o Marruecos subraya una tendencia preocupante: si las tarifas no se ajustan o no hay incentivos claros para atraer tráfico aéreo, España puede perder peso turístico frente a competidores emergentes en Europa y África.
Los propios datos reflejan cómo Asturias, Zaragoza y Vigo han conseguido aumentar ligeramente su número total de pasajeros respecto al año pasado gracias al empuje turístico global, pero ese crecimiento resulta insuficiente para compensar las pérdidas sufridas por el resto del mapa regional español.
El factor político: críticas al Ministerio de Transportes
El enfrentamiento entre Ryanair, Aena y el Gobierno español suma un ingrediente político que no pasa desapercibido. Las declaraciones públicas sobre la «torpeza» del ministro Óscar Puente –acusado por algunos sectores mediáticos de bravuconadas y mala gestión– han amplificado la controversia. El ejecutivo defiende sus políticas tarifarias como necesarias para garantizar la viabilidad financiera del sistema aeroportuario nacional frente a las exigencias comerciales agresivas de las compañías low cost.
Por ahora no parece haber margen para revertir los recortes anunciados ni señales claras sobre posibles incentivos específicos para recuperar conectividad regional. La batalla por las tasas aéreas sigue abierta mientras los viajeros buscan alternativas más allá del tradicional “vuelo barato” que popularizó Ryanair hace dos décadas.
Perspectivas: ¿hacia dónde vuela el futuro?
El panorama inmediato dibuja un escenario desigual: crecimiento concentrado en grandes ciudades turísticas e internacionales; recortes drásticos e incertidumbre para regiones menos competitivas; debate abierto sobre el modelo aeroportuario español.
En este nuevo mapa aéreo nacional, solo quienes sepan adaptarse rápidamente podrán aprovechar oportunidades emergentes fuera del radar tradicional. Mientras tanto, millones de asientos vacíos esperan nuevo destino lejos del cielo español.
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