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La industria aeronáutica global se enfrenta a una crisis que, aunque silenciosa, podría tener consecuencias serias.
A finales de noviembre, Airbus emitió una alerta que hizo sonar las alarmas en aerolíneas de todo el mundo: la intensa radiación solar puede afectar datos cruciales en los sistemas de control de vuelo de sus aviones más populares, la familia A320.
Lo que antes parecía un escenario sacado de una película de ciencia ficción se ha convertido en una realidad operativa que ha llevado a que cientos de aeronaves permanezcan en tierra mientras se llevan a cabo actualizaciones urgentes para garantizar la seguridad.
Este hallazgo se produjo tras el análisis de un reciente evento operativo donde la radiación solar logró corromper información vital procesada por las computadoras a bordo.
No nos referimos a daños físicos visibles en la estructura del avión; se trata más bien de errores digitales que podrían poner en riesgo las decisiones automáticas del sistema de navegación y control.
En una industria donde cada cálculo debe ser preciso al milisegundo, incluso la más mínima distorsión obliga a revisar todos los protocolos de seguridad.
Airbus identificó un número significativo de aeronaves en servicio susceptibles a esta anomalía, lo que llevó a emitir una Transmisión de Alerta a los Operadores (AOT), un documento técnico que especifica los procedimientos que las aerolíneas deben seguir sin demora.
El fenómeno invisible que amenaza los cielos
La radiación que afecta a los aviones no proviene de una sola fuente.
A altitudes de crucero, entre 9.000 y 12.000 metros, las aeronaves están expuestas a niveles mucho más altos de partículas energéticas provenientes tanto de eventos fuera del sistema solar, como los rayos cósmicos galácticos, como de la actividad solar, especialmente durante las erupciones solares. Aunque nuestra atmósfera protege la superficie terrestre, a esas alturas la defensa es considerablemente menor, creando así una ventana vulnerable que los ingenieros aeronáuticos han tenido que aprender a gestionar.
El riesgo específico que preocupa a las autoridades se conoce como Evento de Partícula Única (SEU). Este fenómeno ocurre cuando un neutrón altamente energético impacta directamente sobre el silicio de un microchip dentro del sistema avionico, liberando suficiente energía para alterar el estado lógico de un bit de memoria—cambiando un cero por un uno o viceversa. Si esto afecta datos cruciales para la navegación o el control de vuelo almacenados en la memoria RAM o registros del procesador, puede provocar fallos temporales que pongan en jaque la integridad del sistema.
Tanto la EASA (Agencia Europea de Seguridad Aérea) como la FAA han reconocido estos SEU como posibles causantes de errores en el software crítico para el control del vuelo, aunque los sistemas esenciales suelen contar con múltiples capas protectoras para evitar consecuencias operativas desastrosas.
Capas de protección y redundancia
A lo largo de varias décadas, la industria aeronáutica ha desarrollado un sólido conjunto de medidas para mitigar estos riesgos y garantizar así la seguridad operacional. Los sistemas esenciales, como las computadoras encargadas del control del vuelo, operan con arquitecturas conocidas como redundancia modular triple (TMR), donde tres procesadores idénticos realizan simultáneamente la misma tarea. Si uno resulta afectado por un SEU, el sistema adopta el resultado mayoritario y descarta automáticamente cualquier valor erróneo.
Además, se utilizan códigos para corrección de errores (ECC) en la memoria con el fin de detectar y corregir automáticamente cualquier bit alterado antes que afecte al software. Estas estrategias han permitido que el sector aéreo sea extraordinariamente seguro durante años; sin embargo, la reciente alerta emitida por Airbus sugiere que algunas aeronaves no contaban con estas protecciones actualizadas o que las últimas versiones del software no estaban completamente implementadas.
La EASA regula este riesgo mediante el Certification Memorandum CM-AS-004, que exige a los fabricantes demostrar que sus sistemas electrónicos críticos son capaces de tolerar los efectos derivados de la radiación. No obstante, el descubrimiento realizado por Airbus reveló vulnerabilidades en ciertas unidades pertenecientes a la familia A320, lo cual llevó a emitir una Directiva de Aeronavegabilidad Emergente, obligando así a llevar a cabo tareas críticas de mantenimiento antes que estas aeronaves puedan reanudar sus operaciones comerciales.
El caos operativo global
Las repercusiones derivadas de esta alerta han sido inmediatas y dramáticas. Avianca, una destacada aerolínea latinoamericana, informó que más del 70% de su flota permanecería inactiva mientras se implementaban mejoras necesarias en su software. En México, aerolíneas como Volaris y Viva Aerobus, con 44 y 54 aeronaves respectivamente pertenecientes a esta familia A320, también se vieron obligadas a revisar sus flotas. En Europa, compañías como Iberia, Lufthansa y Air France, altamente dependientes del uso estos aviones, enfrentaron cancelaciones y retrasos significativos. Desde Airbus reconocieron que estas recomendaciones provocarían «interrupciones operativas para pasajeros y clientes», aunque aseguraron colaborar estrechamente con los operadores para minimizar las molestias.
El impacto sobre los viajeros ha sido notable: cancelaciones sucesivas y retrasos prolongados han marcado las últimas semanas del mes pasado en numerosos aeropuertos alrededor del mundo. A pesar del caos generado, la industria ha enfatizado repetidamente su compromiso con anteponer siempre la seguridad por encima del resto y ha insistido en que estas interrupciones son imprescindibles para proteger la integridad operativa.
El contexto solar: máximo de actividad
Este aviso coincide con un periodo caracterizado por una mayor actividad solar. Actualmente estamos atravesando lo que los científicos llaman el máximo solar, un ciclo aproximadamente cada once años cuando el campo magnético del Sol se vuelve especialmente activo e intrincado. Durante estos momentos se incrementa notablemente el número tanto erupciones solares como manchas solares—fenómenos capaces lanzar partículas energéticas hacia el espacio—lo cual eleva considerablemente el riesgo para equipos electrónicos tanto en órbita como a altitudes elevadas durante vuelos comerciales regulares. Según observaciones recientes realizadas por científicos este año 2025 podría marcar un récord histórico con 163 manchas solares detectadas solo en junio; cifra superior al registro más elevado desde septiembre del año 2002.
Las tormentas solares no son algo nuevo; durante estas erupciones solares nuestro astro libera enormes cantidades destructivas mediante radiación electromagnética y rayos X junto con radiación ultravioleta además luz visible—todo ello propagándose por el espacio alcanzando nuestro planeta alrededor ocho minutos después desde su origen—sin embargo nuestra atmósfera actúa como escudo contra muchos daños directos pero esa protección disminuye considerablemente al alcanzar altitudes elevadas donde las tormentas solares compuestas por electrones y protones acelerados representan riesgos particulares tanto para satélites orbitantes como aeronaves comerciales.
Anécdotas y curiosidades del fenómeno
La historia detrás del descubrimiento sobre cómo nuestro Sol puede infligir estragos sobre nuestro planeta es realmente fascinante. El 1°de septiembre1859 ,el astrónomo inglés Richard Carrington observaba manchas solares desde su telescopio privado cuando repentinamente fueron visibles dos manchas intensamente brillantes; lo ocurrido fue uno d ellos mayores fenómenos geomagnéticos jamás registrados conocido como Evento Carrington .Una eyección masiva cruzó rápidamente 145 millones kilómetros entre Sol-tierra en sólo17 horas,y desató fuerzas sobre Tierra cuya intensidad sería esperado tardar varios días más .
Los efectos resultantes fueron devastadores para esa época: oleadas tras oleadas partículas ionizaron atmósfera superior interrumpiendo comunicación radiales globales .Si hoy sucediera un evento similar ,los daños causados infraestructuras eléctricas ,redes comunicación,sistemas satelitales serían inconmensurables .Ciertamente ,científicos estiman pérdidas económicas billonarias si ocurriese tormenta solar comparable Evento Carrington .
Curiosamente ,efectos tormentas solares no solo limitan humanos ;durante episodios magnéticos muchas especies animales dependientes campo magnético terrestre orientación enfrentan problemas serios .Ballenas pueden extraviarse océano,tortugas marinas desorientar rutas migratorias aves guiándose dicho campo pueden perderse completamente .En reino animal donde todo opera bajo orden natural milenario nadie sabe consecuencias derivadas perturbaciones magnéticas masivas .
La estratosfera también juega rol fascinante dentro narrativa .A esas altitudes donde apenas hay turbulencias aire extremadamente fino,radiación solar incide intensidad imposible soportar Tierra.Por dichas condiciones extremas estratosfera ideal simular espacio exterior ;científicos agencias como NASA CNES francesa utilizan globos gran altitud capaces ascender más30 kilómetros permanecer semanas recopilando datos sobre radiación cósmica composición atmosférica.Algunos expertos incluso sugieren estratosfera podría servir entorno pruebas proyectos geoingeniería es decir evaluar técnicas intenten enfriar planeta mediante recubrimientos especiales experimentados empresas europeas .
El hallazgo realizado por Airbus nos recuerda constantemente vivimos un planeta dinámico bajo bombardeo continuo radiaciones cósmicas solares;tecnología moderna requiere vigilancia constante adaptación .La próxima vez subas avión ten presente ingenieros trabajan arduamente no solo asegurarse llegues destino sino protegerte amenazas invisibles poderosas procedentes espacio exterior .
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