Más información
El cacharrazo ha sido monumental.
Dentro y fuera de España.
Porque han terminado tomándole la medida.
Pedro Sánchez se jacta de tener una economía que destaca en Europa.
Anuncia revisiones al alza del PIB para 2025, superando el 2,6%. Expone un panorama de consumo interno robusto, empleo sin precedentes e inversión extranjera.
En 2024, España creció un 3,2%, el doble que Alemania o Francia.
Aspira a ser reconocida como «la mejor economía del mundo», según The Economist.
Sin embargo, las grandes cifras ocultan, tapan a medias y no disimulan del todo la cruda realidad cotidiana de los españoles, con precios disparados, un paro agobiante y la vivienda por la nubes.
Y en Europa la figura del marido de Begoña se diluye.
De Pedro el Guapo, el líder carismático, ha pasado a ser conocido como Tricky Peter, un personaje astuto pero impredecible.
El Gobierno resalta que hay 22 millones de afiliados a la Seguridad Social.
Las exportaciones han aumentado un 70% en la última década. El superávit exterior se sitúa en un 3,4%. Sánchez defiende su modelo en foros como Spain Investors Day.
La AIReF eleva las previsiones al 3,1% para 2024 y al 2,5% para 2025. Por su parte, el BCE proyecta un crecimiento de la eurozona del 1,2%. Todo parece perfecto. Sin embargo, el poder adquisitivo ha caído en 1.600 euros en los últimos siete años. El salario medio no compensa esta pérdida.
En respuesta, Sánchez insta a las empresas a aumentar los salarios y amenaza con impuestos a bancos y energéticas.
En el ámbito internacional, la situación es muy diferente. Pedro Sánchez se evapora.
Europa lleva a cabo negociaciones sobre Ucrania sin su participación. Donald Trump impulsa un acuerdo transaccional: paz a cambio de territorios.
Envía a Steve Witkoff y Jared Kushner, hombres de negocios más que diplomáticos. Ofrecen a Ucrania «prosperidad» si cede entre 30 y 50 kilómetros a Rusia. Marco Rubio lo promueve como una oportunidad para que el PIB ucraniano supere al ruso. Empresas estadounidenses ingresan al sector de tierras raras y reconstrucción mientras Rusia comienza a salir del aislamiento con 300.000 millones congelados.
España queda rezagada.
El Gobierno levanta la voz respecto a Gaza y critica a Netanyahu, pidiendo coherencia deportiva similar a la exigida con Rusia. Pero respecto a Ucrania, reina el silencio absoluto. Ni una palabra hacia Trump, quien exige más gasto militar de los aliados europeos. José Manuel Albares, por su parte, solo aparece en RTVE para hablar de cómo España es una potencia mundial comparándola con Felipe II y afirmando que lideramos crecimiento y empleo; todo mientras ignora las tensiones globales. Europa desconfía ante posibles traiciones por parte de Estados Unidos: Emmanuel Macron y Friedrich Merz advierten a Zelenski sobre posibles engaños: «Juegan con vosotros y nosotros», afirma Merz.
El marido de Begoña: golpeado en 2025
Jared Kushner, yerno de Trump, toma las riendas en Ucrania y sale magullado del año. Negocia junto a Kirill Dmitriev, representante ruso, para atraer inversiones estadounidenses hacia Rusia. Witkoff, por su parte, califica a Ucrania como un «país falso», repitiendo la narrativa moscovita. Putin recibe emisarios en secreto mientras España permanece ausente del juego diplomático. Sánchez rechaza los ultimátums de Trump sobre gasto militar e insiste en una UE cohesionada; no obstante, su influencia es nula.
- Trump prioriza intereses comerciales: aranceles elevados, armas costeadas por Europa y prosperidad tras la guerra.
- Europa asume los gastos: munición para Kiev llega principalmente desde allí.
- España observa desde la distancia: fuerte en turismo y exportaciones digitales, pero débil en geopolítica.
En materia migratoria también reina el silencio; aunque el Gobierno clama por Gaza, calla ante las fronteras europeas. Albares se jacta de ser España felipina, afirmando que somos cuartos en reducir deuda pública sin mencionar los escándalos recientes que rodean al PSOE; incluso la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, ha sido citada por jueces debido a acusaciones graves que atraviesan al partido socialista mientras se acerca el cierre del año electoral.
Antecedentes: de estrella a sombra
Durante los años 2023-2024, Sánchez había brillado con un crecimiento del PIB del 2,7% y del 3,5%. Se posicionaba como líder indiscutible dentro de la UE; L’Espresso lo nombró persona del año. Su perfil ideológico abogaba por derechos humanos, transición ecológica y rechazo absoluto hacia Trump. Pero rápidamente todo cambió en 2025 cuando la guerra comercial con Estados Unidos impactó negativamente en la eurozona. Trump plantea negociaciones pacíficas bajo condiciones contractuales: veinte puntos donde los derechos humanos brillan por su ausencia; Rubio afirma que «la estabilidad con Rusia es clave para reconstruir Ucrania».
España puede presumir de cifras macroeconómicas favorables pero carece de influencia real sobre los acontecimientos internacionales. Albares compara nuestra situación con un imperio glorioso: «España crece más rápido y crea más empleo». Sin embargo, Europa avanza sin nuestra participación activa; Macron teme cesiones territoriales mientras Merz advierte cautela ante Zelenski frente al nuevo enfoque agresivo de Trump que ha llevado altos niveles de violencia al conflicto Israel-Hamas.
Datos clave del año:
| Indicador | España 2025 | Eurozona |
|---|---|---|
| Crecimiento PIB | >2,6% | 1,2% |
| Empleo nuevo | 480.000 | – |
| Deuda pública | Baja al 100% PIB para 2027 | – |
| Exportaciones | +70% década | – |
Consciente de esta situación desafiante, Sánchez establece un Comité de Inversiones Estratégicas con miras a posicionar al país entre las diez economías más relevantes globalmente; planea aumentar el gasto en inteligencia artificial un 50% e impulsar el hidrógeno verde hacia una posición líder mundialmente. No obstante, la geopolítica pesa sobre sus decisiones; desde 2018 ha recaudado un notable aumento del 70% en impuestos alcanzando este año los 325.000 millones.
¿Cómo evoluciona?
De cara al año siguiente (2026), los Presupuestos presentan incertidumbres considerables con techos aún pendientes sobre gasto público; el crecimiento dependerá fundamentalmente del consumo interno mientras Trump redefine alianzas económicas colocando a Rusia como socio estratégico frente una Europa dividida que observa atenta desde las gradas políticas internacionales.
España podría liderar iniciativas verdes y digitales si logra regular adecuadamente sin asfixiar los sectores emergentes; pero sin voz ni voto ni presencia activa ni siquiera sobre temas migratorios o conflictos internacionales queda atrapada bajo la etiqueta Tricky Peter: astuto dentro del país pero invisible fuera.
A pesar de todo ello, Albares continúa insistiendo ante RTVE sobre cómo España debería ser vista como un faro internacional mientras la realidad muestra una ausencia palpable en cumbres decisivas: fuerte frente al conflicto Gaza pero silenciosa ante Ucrania mientras Trump saca ventaja incluso entre sus propios asesores como Kushner quien también enfrenta roces internos.
Zelenski resiste firme ante presiones externas asegurando que «no complaceremos al agresor». La economía española sigue creciendo gracias al impulso empresarial así como el esfuerzo individual de trabajadores comprometidos; no obstante Europa necesita líderes fuertes dispuestos a tomar decisiones arriesgadas e integradoras para enfrentar estos retos globales.
Por ahora Sánchez puede presumir cifras alentadoras sobre PIB mientras las negociaciones internacionales avanzan sin él; el estruendo provocado por las excavadoras bajo mando estadounidense ahoga cualquier eco español que intente hacerse escuchar.
Más en Mundo
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home