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El presidente imita a Milei y recorta el Estado

Noboa saca la ‘motosierra’ en Ecuador: seis ministerios menos y 5.000 despidos, sin tocar servicios esenciales

El presidente Daniel Noboa reduce ministerios y despide a miles de funcionarios para equilibrar cuentas y cumplir con el FMI

Periodista Digital 25 Jul 2025 - 11:35 CET
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Hoy, 25 de julio de 2025, Ecuador amanece con un Estado más pequeño.

La decisión del presidente Daniel Noboa de eliminar seis ministerios y prescindir de 5.000 empleados públicos marca un giro drástico en la gestión estatal.

El ajuste, presentado como una medida para aumentar la eficiencia y responder a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), impacta de lleno en la estructura del poder ejecutivo.

El Gobierno asegura que quedan fuera del recorte los sectores clave: “Los despidos no incluyen a médicos, profesores, policías, militares ni personas de grupos vulnerables”, según subrayó la portavoz oficial, Carolina Jaramillo.

Un ajuste sin precedentes: contexto y alcance

La decisión se anunció este jueves tras la firma del decreto correspondiente por parte de Noboa. El número de ministerios cae de 20 a 14 —una reducción del 41%— y las secretarías pasan de nueve a tres.

El proceso afectará principalmente a personal administrativo y funcionarios del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), evitando cualquier impacto directo sobre servicios esenciales para la ciudadanía.

Las fusiones no son solo una cuestión numérica. Por ejemplo:

La lista completa muestra un intento deliberado por reducir burocracia, agilizar procesos y concentrar recursos en áreas estratégicas.

Motivos económicos: déficit fiscal y presión internacional

Este movimiento responde directamente a las necesidades fiscales apremiantes. Ecuador arrastra desde hace años un déficit estructural agravado por una economía débil, menor recaudación tributaria y mayores exigencias sociales. La administración Noboa tiene entre ceja y ceja cumplir con las condiciones impuestas por el acuerdo crediticio firmado con el FMI por 5.000 millones de dólares.

“Nos hemos planteado como meta tener un Estado eficiente, que brinde servicios públicos para los ciudadanos, de calidad”, aseguró Jaramillo al justificar la medida como una “evaluación permanente” orientada a la excelencia administrativa. La lógica es clara: menos gasto corriente para liberar recursos que permitan afrontar compromisos financieros sin sacrificar inversión social prioritaria.

Exclusión de sectores sensibles: quiénes quedan fuera

Un aspecto clave es la exclusión explícita en los despidos de colectivos tradicionalmente protegidos:

Esto responde tanto a razones políticas —evitar protestas masivas— como funcionales: recortar en estos sectores podría desestabilizar aún más un país marcado por la inseguridad, los retos sanitarios y las carencias educativas. Los afectados serán principalmente trabajadores administrativos o considerados “no esenciales” dentro del aparato estatal.

Reacciones sociales y políticas

Aunque el Gobierno insiste en que no hay criterios políticos detrás del recorte, el debate es intenso:

Por ahora, no se han registrado protestas masivas, pero los sindicatos del sector público preparan movilizaciones para exigir transparencia en los procesos de evaluación y garantías para los derechos laborales.

Antecedentes recientes: ¿ruptura o continuidad?

El ajuste no surge en el vacío. Ecuador ha vivido varios intentos fallidos de reducción estatal desde 2019 bajo distintos gobiernos. Sin embargo, nunca se había planteado una reestructuración tan profunda ni tan rápida. La presión internacional —especialmente del FMI— es ahora mucho mayor debido al deterioro macroeconómico pospandemia.

El contexto regional también influye. Países vecinos han experimentado crisis similares donde ajustes fiscales desembocaron en tensiones sociales o incluso estallidos políticos (como sucedió recientemente en Perú o Argentina). El Gobierno ecuatoriano busca diferenciarse blindando servicios básicos ante cualquier recorte.

Retos inmediatos: implementación y riesgos

La clave ahora estará en cómo se ejecute la medida:

  1. Cada ministerio debe presentar su cronograma concreto para los despidos.
  2. Se exige que las desvinculaciones sigan procedimientos legales estrictos para evitar demandas judiciales.
  3. Se abre un proceso paralelo para atraer jóvenes profesionales bajo criterios de eficiencia y transparencia.

Los principales riesgos son:

Perspectivas futuras: ¿nuevo modelo estatal?

Queda por ver si este recorte marca solo un ajuste coyuntural o el inicio real de una transformación estructural hacia un Estado más pequeño pero funcional. Noboa apuesta por lo segundo; sus críticos temen que sea solo otra vuelta al ciclo habitual: austeridad forzada seguida por gasto expansivo ante presiones sociales.

Lo cierto es que Ecuador necesita resultados tangibles pronto:

En este contexto, la reestructuración anunciada ayer puede ser recordada como un punto de inflexión… o como otro capítulo más en la larga historia ecuatoriana de reformas incompletas.

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