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El descubrimiento de los cuerpos de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez en una casa de Florencio Varela ha impactado profundamente a la sociedad argentina. Estas tres jóvenes —Brenda y Morena, primas de 20 años, junto a Lara, su amiga de 15— desaparecieron tras asistir juntas a lo que se suponía sería una celebración.
La policía halló sus cuerpos cinco días después, enterrados en el jardín de una vivienda a las afueras de Buenos Aires, con evidencias de brutalidad extrema.
Este terrible suceso ha generado una ola de indignación y ha puesto en evidencia la ferocidad del narcotráfico, el aumento de los feminicidios y la vulnerabilidad de las comunidades empobrecidas frente al crimen organizado.
¿Quiénes eran Brenda, Morena y Lara?
Brenda del Castillo y Morena Verdi eran primas que residían en el barrio de La Tablada, en la provincia de Buenos Aires. Ambas llevaban una vida sencilla, centrada en la familia y el cuidado mutuo. Brenda, madre reciente de un bebé que apenas cuenta con un año, era conocida por su dedicación a su hijo y su familia. Por su parte, Morena era más reservada; se encontraba estudiando y participaba activamente en actividades comunitarias. Lara Gutiérrez, la más pequeña, tenía 15 años y mantenía una cercana amistad con ambas. Aunque había dejado los estudios el año anterior, Lara disfrutaba de una relación muy íntima con su hermana y su abuela, quienes vivían cerca.
Las tres chicas compartían rutinas diarias en un entorno marcado por la precariedad y el riesgo constante que representan las bandas narco, que han ido expandiéndose notablemente en los últimos años. En la noche del viernes decidieron salir juntas; subieron a una camioneta que, según indica la investigación, se convertiría en una trampa mortal.
¿Cómo ocurrió el triple crimen?
Esa noche del viernes, Brenda, Morena y Lara aceptaron ir a una fiesta sin saber que estaban siendo llevadas hacia una emboscada. La camioneta donde viajaron tenía la matrícula alterada para evadir a las autoridades. Las investigaciones revelan que los teléfonos móviles de las jóvenes dejaron de funcionar al día siguiente. Localizar estos dispositivos fue crucial para rastrear su última ubicación y finalmente encontrar sus cuerpos cinco días más tarde en Florencio Varela.
Los pormenores del caso muestran un nivel de violencia aterrador: las jóvenes fueron asesinadas, descuartizadas y enterradas en el jardín utilizando cal para dificultar su identificación. Se sospecha que el asesinato pudo haber sido transmitido en directo por redes sociales privadas como advertencia interna dentro del entramado narco. La hipótesis principal apunta a una venganza relacionada con disputas dentro del narcotráfico local; sin embargo, los motivos exactos siguen bajo investigación.
¿Quiénes son los presuntos responsables?
La policía ha detenido a cuatro personas —dos hombres y dos mujeres— estrechamente relacionadas con la vivienda donde se encontraron los cuerpos sin vida. Entre los sospechosos destaca “Pequeño Jota”, supuesto líder de la banda narco, quien sigue prófugo. El ministro de Seguridad de Buenos Aires, Javier Alonso, ha afirmado que este triple feminicidio fue premeditado y ejecutado como un mensaje dentro del ámbito delincuencial local.
Los detenidos enfrentan cargos por homicidio agravado y han sido trasladados al penal de Melchor Romero. Mientras tanto, la familia de las víctimas —en especial la madre de Brenda y la abuela de Lara— clama justicia y protección tras haber recibido amenazas; incluso su hogar ha sido tiroteado desde el crimen, lo que refleja el clima generalizado de impunidad e inseguridad que reina en esta región.
¿Qué reacciones ha provocado el caso?
La respuesta social no se ha hecho esperar. Vecinos, familiares y organizaciones feministas como “Ni Una Menos” han convocado manifestaciones en Buenos Aires y otras ciudades para exigir justicia. La consigna es clara: “Justicia por Brenda, Morena y Lara. Que paguen todos los responsables”. Los allegados destacan las cualidades humanas de las víctimas mientras denuncian la falta de protección estatal para quienes viven en barrios vulnerables.
En lo que va del año, Argentina registra un feminicidio cada 35 horas; esta alarmante cifra ha vuelto a situar este triple crimen bajo el foco público. Las marchas no solo exigen claridad sobre este caso específico sino también políticas efectivas contra la violencia hacia las mujeres y el crimen organizado.
Perfil y curiosidades sobre las víctimas
- Brenda del Castillo: joven madre que trabajaba ocasionalmente haciendo tareas domésticas. Su principal preocupación era asegurar el bienestar de su pequeño hijo, quien ahora queda al cuidado de su abuela materna. Era conocida por ser reservada pero solidaria.
- Morena Verdi: estudiante apasionada por la música y el baile. Era leal amiga y participaba activamente en actividades comunitarias; su carácter tranquilo contrasta dolorosamente con la violencia con que terminó su vida.
- Lara Gutiérrez: siendo la más joven del grupo había abandonado sus estudios un año antes. Muy cercana a su hermana Agostina y a su abuela; era reconocida entre sus vecinos por su simpatía e interés por las redes sociales. Su familia ha recibido amenazas tras lo ocurrido.
Anécdotas y detalles
- Tanto Brenda como Morena solían colaborar con comedores comunitarios durante los fines de semana.
- Días antes de desaparecer, Lara publicó una foto junto a sus amigas; esa imagen se ha viralizado como símbolo del doloroso acontecimiento.
- Se reportó que la camioneta utilizada para cometer el crimen fue vista varias veces cerca del barrio semanas previas al ataque sin levantar sospechas entre los vecinos.
- Tras el hallazgo trágico, la comunidad organizó una vigilia nocturna donde encendieron velas como muestra solidaria hacia las familias afectadas.
- Los funerales para Brenda y Morena tuvieron lugar en el cementerio Las Praderas; mientras que Lara fue despedida en Parque Campo Santo; ambos actos fueron acompañados por multitudes expresando su dolor colectivo.
La historia trágica de Brenda, Morena y Lara pone al descubierto el sufrimiento cotidiano al que están expuestos miles de jóvenes atrapados entre precariedad e inseguridad provocada por el crimen organizado. Además exige respuestas urgentes tanto desde el Estado como desde la sociedad civil ante esta situación desgarradora.
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