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El autoritario Pedro Sánchez se encuentra en una peligrosa huida hacia adelante ante su situación de debilidad.
Cada vez más arrinconado por los escándalos de corrupción de su Ejecutivo, de su partido y de su círculo íntimo, se suma el hecho de una Legislatura que comenzó muerta: hipotecando su viabilidad a los vaivenes de sus socios independentistas. Sin embargo, esta edición del Frankenstein 2.0 es más errática y volátil que la de la Legislatura pasada.
Sin embargo, la última prebenda a los cesionistas catalanes, como es el concierto económico para permitir una independencia fiscal a la comunidad autónoma no ha salido como ha pretendido el líder del PSOE. Como no podía ser de otra manera, incluso ha generado la crítica abierta entre sus propios barones que no tienen forma ni manera de justificar antes sus votantes que van a pagar la cuenta del desorden ‘indepe’ mientras el dinero en esos territorios no alcanza.
La medida necesaria para que Salvador Illa fuese investido en Cataluña representaría la voladura del sistema de autonomías. Por si fuera poco, va directamente en detrimento de los territorios más pobres mientras que beneficia únicamente a uno de los que más recursos tienen.
Con este frente abierto, el presidente ha redoblado su amenaza de amordazar a los medios. Al aprobar en Consejo de Ministros el mal llamado ‘Plan de Acción por la Democracia’, Sánchez prosigue su ajuste de cuenta contra los medios libres que han informado sobre los escándalos de si esposa Begoña Gómez y su hermano, David Azagra.
En su escueta descripción de la que hemos bautizado como ‘Ley Begoña’, el líder del PSOE asoma su talante autoritario, repitiendo medidas de otros dictadores como el registro de medios similar al implementado por Franco o el nuevo ‘ministerio de la verdad’ con seis ministros que revisarán las informaciones publicadas por los medios.
Pese a todo esto, Sánchez se encuentra en una posición de extrema debilidad política. Esto hace que aplicar la Ley Begoña sea complicado porque muchas de las medidas tienen que ser aprobadas en el Congreso. Y aunque el presidente afirmó con su clásica chulería que gobernaría con o sin el Poder Legislativo, es fácil decir que hacer.
Con tantos frentes abiertos, incluidos en su partido, el tiempo se le agota a Sánchez.
Este y otros asuntos de actualidad serán tratados por Alfonso Rojo en el ‘24×7’ de este jueves, 19 de septiembre, con la participación especial del empresario Félix Revuelta.
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