Contundente.
Alfonso Serrano, diputado del PP en la Asamblea de Madrid, dejó bien claro que la citación de Begoña Gómez en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid para conocer si tuvo algún trato de favor en la Universidad Complutense estaba más que justificada.
Así se expresó de clarividente en el programa ‘24×7‘ de Periodista Digital:
Hombre, es que donde ha ocurrido un caso que está en los juzgados, y además hemos conocido que sigue avanzando la instrucción, el juez Peinado hoy ha pedido las cuentas bancarias y los movimientos de las cuentas bancarias de la señora Begoña Gómez. Vamos a decir, no estamos hablando de un bulo, de la fachosfera, como dice el Partido Socialista. Lo que hace unos meses decían que es bulo, es un caso que se está instruyendo en un juzgado de instrucción de Madrid avalado por la Audiencia Provincial. Por lo tanto, ya estamos hablando de algo serio, que afecta a la gestión de unas cátedras en una universidad pública que se sostiene con fondos públicos. Y por lo tanto, ¿quién mejor que la Asamblea de Madrid para investigar las posibles consecuencias y responsabilidades políticas desde el punto de vista de la institución, que lo que nosotros queremos hacer es preservar y seguir prestigiando?
Para Serrano, aunque los silencios de la mujer de Pedro Sánchez fueron decepcionantes, también tuvieron su parte esclarecedora:
A partir de ahí, lo que ocurrió el otro día en la comisión de la Asamblea, en parte clarificador y en parte decepcionante. Decepcionante porque le dimos una oportunidad a la presidenta, a la mujer del presidente de dar explicaciones. ¿Qué más? ¿Qué fue lo que dijo Pedro Sánchez? Dijo, oiga, si nos llaman a mí o a mi mujer, daremos todas las explicaciones. Le llamó el juez, hizo mutis por el foro. La llamamos a la comisión, hizo mutis por el foro. Nos soltó la soflama de que estos son bulos y que todo se sabrá.
Y lo que vamos sabiendo es que, ya digo, a día de hoy nadie puede negar una serie de hechos. Uno, que no tenía la categoría para dirigir una cátedra. Hay 50 cátedras extraordinarias en la Complutense y solo la suya la dirige alguien que no está ni cualificado ni es personal de la Complutense. Dos, que esa falta de cualificación la impediría hasta ser alumna de la propia cátedra que ella dirige. Tres, que evidentemente consiguió con grandes empresas del IBEX que le financiaran un software y una plataforma tecnológica que existe porque la promocionaba, porque hay correos que demuestran, que estaba tratando de presentarla, que nadie tiene acceso. No conozco a ningún director de cátedra extraordinaria de la Complutense que pueda coger el teléfono y decir, oiga, ¿está el presidente de Telefónica? Que se ponga. O que diga, oiga, venga usted a mi casa que quiero hacernos aquí. Y al final esa cátedra, ese software, que tendría que ser propiedad de la Complutense, resulta que lo registra a su nombre de una empresa que tiene el mismo nombre que la cátedra. Todo eso hay que investigarlo y yo creo que es importante.
Y soltó una frase para el mármol:
Habló un minuto y no lo hizo. Habló un minuto y mintió una vez. Porque dijo que por esa cátedra no se habían recibido de emolumentos y hay pruebas documentadas de que había partidas presupuestarias destinadas a pagar la dirección de la cátedra. Por lo tanto, si habló un minuto y mintió, imagínese si habla los 25 minutos a la oportunidad. Por lo tanto, yo creo que, supongo que bien recomendada por un abogado que, encima sabemos que recibe dinero y contratos de instituciones gobernadas por el Partido Socialista, yo creo que hizo bien en no hablar, porque a lo mejor si hubiera hablado más de la cuenta se hubiera metido en algún otro lío.