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El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, protagonizó el pasado 16 de abril de 2025 una de las declaraciones judiciales más tensas que se recuerdan de un alto cargo del Gobierno.
Durante casi tres horas, Bolaños compareció como testigo ante el juez Juan Carlos Peinado, quien instruye el caso sobre Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, en relación con la contratación de Cristina Álvarez como asesora en La Moncloa.
Lo que debía ser un trámite procesal se convirtió en un duelo dialéctico donde el ministro recurrió hasta en 20 ocasiones a la expresión «no recuerdo» y utilizó el término «desconozco» al menos 10 veces, según ha podido constatarse en los audios y vídeos de la declaración a los que han tenido acceso diversos medios de comunicación.
Un interrogatorio plagado de evasivas
La declaración, que tuvo lugar en uno de los despachos de Presidencia del Gobierno, estuvo marcada por las continuas reprimendas del juez Peinado ante lo que consideró respuestas evasivas por parte del ministro. «No me conteste con evasivas, la pregunta es muy concreta», le espetó el magistrado en uno de los momentos más tensos del interrogatorio.
Bolaños, visiblemente incómodo, intentó justificar su desconocimiento sobre las funciones de Cristina Álvarez, asesora de Begoña Gómez, con frases como: «No sé las funciones diarias que hacía la señora Álvarez» o «Desconozco por completo el puesto y el número de despacho, claro». Cuando se le preguntó sobre el despacho de Álvarez, el ministro respondió inicialmente: «No, no lo conozco», para luego matizar: «Sé el edificio en el que estaba, pero no, yo no he estado en su despacho».
Esta actitud provocó que el juez Peinado le recordara que «una cosa son las creencias y otra cosa son los testimonios que tienen que prestar los testigos. Los testimonios que tienen que prestar los testigos son aquello que conozcan, no sus creencias». Una advertencia que llegó después de que Bolaños respondiera con un ambiguo «creo que se ajusta a la realidad lo que he escuchado» tras ver el vídeo de la declaración del ex vicesecretario general Alfredo González.
La sonrisa que colmó la paciencia del juez
Uno de los momentos más llamativos se produjo cuando Bolaños esbozó una sonrisa durante el interrogatorio, gesto que no pasó desapercibido para el juez Peinado, quien le reprochó: «No sé a qué obedece que esboce usted una sonrisa». Este incidente elevó aún más la tensión en la sala, con un Bolaños que intentó justificarse alegando no estar habituado a declaraciones judiciales.
La paciencia del magistrado llegó a su límite cuando preguntó directamente: «¿Quién es la persona responsable de doña Cristina Álvarez?». Ante la respuesta de Bolaños («Desconozco quién era el responsable directo porque yo no estaba en la tarea que hacía la señora Álvarez, porque no era mi competencia»), el juez decidió suspender temporalmente la declaración: «Vamos a hacer una cosa, vamos a suspender la declaración y como estamos en la sede donde se dispone de todos los archivos necesarios para constatar quién es la persona, le voy a pedir que salga de la sala».
El ministro y la asesora: encuentros fugaces
Respecto a su relación con Cristina Álvarez, Bolaños mostró una notable imprecisión: «Igual dos (veces). No lo sé, dos o tres. Algo así. Yo he tenido muy poca relación, muy poco contacto con la señora Álvarez». Cuando el juez le pidió especificar en qué tipo de actos coincidieron, el ministro volvió a los términos dubitativos: «Eran… Recuerdo alguno que era un acto político de presentación de candidatura del presidente del Gobierno y creo recordar algún otro acto, de algún evento que se celebró».
Y añadió: «Pero sinceramente, es que han sido tan pocas veces las que yo coincido con la señora Álvarez, que tampoco tengo un recuerdo exacto de exactamente dónde fue». Una respuesta que no satisfizo al magistrado, quien insistió en obtener información más precisa sobre la contratación y funciones de la asesora de Begoña Gómez.
La amenaza del careo judicial
Durante el interrogatorio, el juez Peinado llegó incluso a advertir a Bolaños que podría verse «obligado» a acordar un careo para contrastar sus respuestas con las de otros testigos. Esta amenaza llegó después de que el magistrado considerara que el ministro estaba «contestando de una manera que no es como se admite un testimonio en sede judicial».
«Creo, señoría, que no estoy contestando con evasivas en ningún caso», se defendió Bolaños, a lo que el juez respondió: «No es en ningún caso de creencias, es una cuestión de constatación del conocimiento». Este intercambio evidenció la frustración del magistrado ante lo que consideraba una falta de colaboración por parte del testigo.
El dato que faltaba: Raúl Díaz Silva
Tras la suspensión temporal de la declaración, Bolaños regresó a la sala con el dato que el juez le había solicitado: «He hablado con el gabinete de la Presidencia del Gobierno y con la Secretaría General y me han dicho que hay una persona que es el responsable de la coordinación del personal de Presidencia, es Raúl Díaz Silva».
Este episodio resultó especialmente llamativo, ya que Bolaños, como exsecretario general de la Presidencia y actual ministro de Presidencia, debería haber conocido esta información sin necesidad de consultar, lo que reforzó la percepción del juez de que el ministro estaba evitando proporcionar datos relevantes para la investigación.
Las consecuencias políticas y judiciales
La declaración de Bolaños ha generado un importante revuelo político. Desde la oposición, se ha criticado duramente la actitud del ministro, considerando que su falta de colaboración con la justicia resulta especialmente grave viniendo de quien ostenta precisamente la cartera de Justicia.
Por su parte, fuentes del Gobierno han defendido la actuación de Bolaños, alegando que el juez Peinado mantuvo un «tono agresivo» durante todo el interrogatorio, según calificaron fuentes presentes en la sala. Esta versión contrasta con lo que se desprende de los audios y vídeos de la declaración, donde se aprecia claramente la frustración del magistrado ante las respuestas imprecisas del ministro.
La tensión entre el poder judicial y el ejecutivo, que ya venía siendo notable en los últimos meses, se ha incrementado tras este episodio. El caso Begoña Gómez, que investiga posibles irregularidades en la contratación de Cristina Álvarez como asesora de la esposa del presidente, sigue su curso mientras la opinión pública asiste atónita a este inusual enfrentamiento entre un ministro y un juez.
Como dato curioso, esta es la segunda vez que el juez Peinado acude al complejo presidencial para tomar declaración a altos cargos del Gobierno, tras hacerlo el año pasado para recibir el testimonio del propio Pedro Sánchez en relación con otro caso. La coincidencia ha llevado a algunos analistas a hablar de un patrón de comportamiento por parte del Ejecutivo ante las investigaciones judiciales que afectan a su entorno más cercano.
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