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EL SONDEO DE TARGET POINT DA AL CENTRODERECHA UNA SUMA POR ENCIMA DE LOS 190 ESCAÑOS

Encuesta: El PSOE se hunde, VOX se dispara, PP aguanta y todo apunta a elecciones generales en la primavera de 2026

El sanchismo y la izquierda sectaria se desploman en intención de voto y escaños

Periodista Digital 24 Nov 2025 - 07:47 CET
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Un Abascal ‘atómico’ se vuelca en Extremadura, convencido de que VOX será decisivo en la región y eso marcara todas las elecciones posteriores

La sensación que ya nadie disimula en los pasillos del Congreso: habrá elecciones en primavera de 2026. Y si se celebraran hoy, la derrota de Pedro Sánchez sería de las que pasan a la historia.

Hace dos años, el marido de Begoña lograba lo que parecía imposible: remontar una legislatura muerta y ganar unas elecciones generales por los pelos, juntando los votos de todos los zarrapastrosos y antiespañoles, en una aciaga noche de julio.

Hoy, el sanchismo se desangra y el centroderecha está a las puertas de La Moncloa.

La última encuesta de Target Point para El Debate —una de las más precisas del último ciclo— dibuja un panorama que quita el aliento a cualquier socialista con memoria.

Si mañana abrieran los colegios, el bloque de la derecha rozaría los 195 escaños, una cifra que supera incluso la mayoría histórica de Mariano Rajoy en 2011 (186).

No es solo que el PP volvería a ganar: es que lo haría con una izquierda en ruinas.

El Partido Popular, con un 31,6 %, se quedaría en 136-137 escaños.

No alcanza la mayoría absoluta, pero ya no la necesita.

A su lado, VOX sube hasta el 17,2 % y 57-59 escaños, consolidándose como tercera fuerza y socio imprescindible. Juntos, PP y Vox sumarían entre 193 y 196 diputados. Traducido: podrían gobernar sin mirar al PNV, sin mendigar a Junts y sin tener que tragarse otra humillación de ERC o Bildu.

Enfrente, el PSOE se hunde al 27 % y apenas 110-112 escaños, su peor resultado desde 2016. No es solo una cifra: es el reflejo de un electorado sectario y chavista desmoralizado, harto de casos de corrupción que salpican al Gobierno semana tras semana y de una coalición que ya no ilusiona a nadie.

Yolanda Díaz, la que iba a ser la gran renovadora, se estrella con Sumar en un triste 7,4 % y 11-12 escaños.

Podemos, fuera del Gobierno y con la marca hecha trizas, no llega ni al 4,1 % (4-5 escaños). La izquierda alternativa, que en 2023 sumaba 31 diputados bajo una sola marca, hoy apenas reúne 15-17. Dividida, enfadada y sin líder claro.

Incluso sumando todos los apoyos nacionalistas e independentistas habituales —ERC, Bildu, PNV, Junts, BNG—, el bloque de Sánchez no llegaría a los 176 escaños. Por primera vez en democracia reciente, la derecha podría gobernar en solitario con un solo aliado, sin depender de nadie más.

En Ferraz intentan agarrarse a un clavo ardiendo: «Queda mucho hasta 2027».

Pero ya nadie se lo cree. La sensación mayoritaria, desde los despachos del PP hasta los bares de la Carrera de San Jerónimo, es que la legislatura no llega a las navidades de 2026.

Y cuando caiga —por una moción, por una crisis de gobierno o por puro agotamiento—, Pedro Sánchez se enfrentará al mayor revolcón de su vida.

Porque no es solo que la derecha gane. Es que la izquierda, la que hace dos años llenaba las plazas gritando, hoy está rota, cansada y sin ganas de salir a defender lo indefendible.

Y eso, en política, no hay campaña que lo arregle.

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