El desastre económico obliga a Zapatero a supender sus vacaciones y volver a trabajar a Moncloa

Parece que por fin se ha enterado de que la cosa no está para paseos en la playa, piscina de lujo y cenas románticas a la luz del atardecer.

O se lo ha dicho Alfredo Pérez Rubalcaba a quien este 3 de agosto de 2011 se le ponía -cosa rara en él- la cara colorada, cuando le preguntaban por las vacaciones de Zapatero, justo cuando la prima de riesgo se dipara por encima de los 400 puntos y los expertos afirman que la economía española está al borde del abismo.

Se fue anoche a la residencia del Parque de Doñana donde tiene previsto pasar sus vacaciones de agosto con su familia, pero en la mañana de este miércoles el presidente Zapatero ha hecho un paréntesis forzado en su descanso veraniego. le ha debido costar.

El líder socialista, cuya escasa afición al trabajo es proverbial, ha regresado al filo de las 10.30 horas de este 3 de agosto de 2011 a su despacho en La Moncloa «para continuar vigilante ante la evolución de la prima de riesgo».

En la agenda de actos del día que publica hoy la página web de La Moncloa figura una reunión prioritaria esta tarde con la vicepresidenta primera, Elena Salgado, y el portavoz del Gobierno y titular de Fomento, José Blanco.

Los tres analizarán los movimientos de los mercados financieros, que han amanecido esta mañana volviendo a saltar el listón de los 400 puntos básicos, y con una caída del parqué bursátil, si bien la situación mejora en el transcurso de las horas.

El jefe del Ejecutivo continuará esta mañana con la ronda de llamadas a los portavoces de los grupos parlamentarios con los que no contactó durante la jornada de ayer, señala Moncloa en un comunicado.

Zapatero telefoneó al líder de la oposición Mariano Rajoy, al presidente del PNV Iñigo Urkullu, el líder de CiU, Josep Antoni Durán i Lleida, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso y el propio candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

De acuerdo con la información que trascendió de estas conversaciones telefónicas, el dirigente socialista trasladó a los interlocutores su «preocupación por la delicada situación financiera», si bien también se esforzó en mantener el optimismo porque agosto es un mes propicio para estos «aguijonazos» en la situación financiera.