Zapatero ha inaugurado una prolongada travesía del desierto hasta el 20-N, en la que la parálisis política será absoluta
Es para echarse las manos a la cabeza. Casi a la misma hora en que los teletipos de todos los medios de comunicación echaban humo, anunciando subidas constantes de la prima de riesgo española, que ya está por encima de los 400 puntos básicos, salta la noticia de que el presidente Zapatero se va de vacaciones al Parque de Doñana.
Dicho y hecho. Y eso que hubo unas horas en las que los españoles bien intencionados llegaron a pensar que el presidente, viendo a España al borde del abismo financiero, había recapacitado y llegado a la conclusión de que no podía irse a la playa, porque hace falta un timonel en el puente de mando de la nave.
El caso es que a primera hora de este 2 de agosto de 2011, subimos a portada de Periodista Digital el asunto y casi una hora después, como si hubiera por fin descubierto la magnitud del despropósito zapateril, La Moncloa sacó un comunicado puntualizando que el presidente habia decidido en el último momento «retrasar» su salida a Doñana.
Añadía la nota que el ‘retraso‘ se debía a que quería «seguir más de cerca la evolución de los indicadores económicos«, especialmente de la prima de riesgo, que llegó a alcanzar los 404 puntos básicos y terminó estabilizandose en los 386 puntos, que sigue siendo una cifra espeluznante.
Para curarse en salud, los comunicadores presidenciales subrayaban en su nota que Zapatero «está en permanente contacto con su equipo económico, dirigido por Elena Salgado, para recabar información puntual de la situación económica».
Pues bien, sin caer en la cuenta de que las circunstancias, con cinco millones de parados y España al borde del colapso financiero, aconsejan cualquier cosa, menos que el presidente del Gobierno se tome encima vacaciones, antes de concluir la jornada, Zapatero estaba ya camino del Parque Nacional de Doñana, decidido a pasarse dos semanas de relax y a todo tren, a cuenta del sufrido contribuyente.
Dice La Moncloa que el jefe del Ejecutivo -el mismo que según nosotros negaba la crisis, decía que ibamos a sobrepasar a Francia en PIB y llamaba ‘antipatriotas‘ a los que avisaban del desastre económico que se avecinaba-, estará de regreso en Madrid a más tardar el próximo 19 de agosto para presidir el primer Consejo de Ministros tras el parón vacacional.
UN MILAGRO CON EL PAPA
También aprovechará Zapatero para reunirse ese mismo día con el Papa, que visitará nuestro país con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.
Hay quien comenta ya con sorna, que quiere ver a Benedicto XVI porque lo único que nos puede sacar del hoyo ya es un milagro divino. Y que, superada la fase anticlerical, vuelve a implorar al Altísimo, como hizo hace dos semanas Sonsoles, cuando se fue al Santuario del Rocío.
No sería justo culpar a Zapatero, su Gobierno y el PSOE de todos los males que se ciernen sobre la economía española en estos momentos, pero resulta evidente que poco han hecho para evitar el desastre.
RETRASOS IMPERDONABLES
Que tras el anuncio del adelanto electoral no se relajara la prima de riesgo -sino al revés porque ya ha superado los 400 puntos básicos-, y que la Bolsa viviera este 1 de agosto su día más negro de 2011 y siga bajando, demuestra la gran equivocación de la estrategia de Zapatero.
Porque, lejos de aportar certidumbre, al haber anunciado la fecha con cuatro meses de antelación ha creado un periodo larguísimo de interinidad que multiplica por dos la duración normal de una campaña.
Los mercados necesitan justo lo contrario: estabilidad y un marco político capaz de afrontar con urgencia las imprescindibles reformas que España debe llevar a cabo para salir de la crisis.
Zapatero ha inaugurado sin embargo una prolongada travesía del desierto hasta el 20-N, en la que la parálisis política será absoluta.
REFORMAS POSTPUESTAS
Ya nadie espera que hasta el próximo año -ya con un nuevo Gobierno- se acometan reformas estructurales imprescindibles como la del mercado laboral o la del modelo autonómico.
Y se ha perdido toda esperanza en que se puedan cumplir los objetivos del déficit y de reducción del gasto, algo que se puso aún más de relieve tras el fallido Consejo de Política Fiscal.
España está asfixiada por las dudas políticas, económicas y sociales, y sabido es que el dinero huye de la incertidumbre.
Además, la demagogia se instalará todos estos meses en el debate público. Basta escuchar a Rubalcaba, autoproclamado «líder del partido», que, en un desesperado intento de arañar algunos votos, lanza propuestas tan contraindicadas como la de crear nuevos impuestos para los bancos, un guiño al Movimiento 15-M.
Para evitar este escenario, lo mejor hubiera sido que Zapatero disolviera las Cortes a finales de agosto de 2011 y convocara comicios para octubre, en el menor plazo posible.
No lo ha hecho, sigue sometiendo a España a una tensión adicional, tiene a su partido paralizado con la bicefalia, aunque Pérez Rubalcaba diga que quien manda es él y estimula una gravísima incertidumbre que la economía española ya no se puede permitir.
UN PRESIDENTE QUE HA ESTADO 8 AÑOS DE VACACIONES
Las vacaciones presidenciales de José Luís, Sonsoles, Alba y Laura -como se llaman las ya famosas hijas de ZP- comenzaron en el verano de 2004 en Menorca, alojándose en la finca de Santa Bárbera, un complejo con una casa de más de 300 metros habitables y tres hectáreas de jardines habitadas por pavos reales. Durante aquel verano ya lejano de 2004, la joven pareja presidencial se presentaba ante los medios como un matrimonio extrovertido y amante de los pequeños placeres. Desde entonces es conocida la afición de Zapatero por la pesca, pasión hederada de su padre.
Lanzarote, uno de sus destinos preferidos
A partir del verano siguiente el matrimonio Zapatero-Espinosa decidió probar un destino que se haría habitual durante sus años restantes en el poder, la mansión de La Mareta, un palacio cedido por Husseín de Jordania a los Reyes de España en 1991.
Fue deseo de Juan Carlos I cederlo más tarde a Patrimonio Nacional, que es el actual titular de la residencia. Este palacio está situado en las costas de Teguise, en la isla canaria de Lanzarote, y cuenta con dos piscinas, un embarcadero, un helipuerto, cancha polideportiva y un búnker de seguridad, entre otras comodidades.
La familia del presidente ha pasado allí sus vacaciones de 2005, 2006 y 2009. En 2005 Sonsoles ordenó una serie de reformas y acondicionamientos en el palacio. Al parecer este no es el destino favorito de las hijas de Zapatero, que prefieren acudir al Parque de Doñana.
Ese destino fue el que tomaron en 2007, 2008 y este mismo verano. Allí la familia Zapatero acostumbra a tomar una barcaza que les lleva hasta la que es su residencia habitual dentro del parque. Pero este verano, Sonsoles prefería acudir por última vez a la mansión de La Mareta, sin embargo, las vacaciones de la Familia Real han impedido cumplir este deseo, ya que se encuentra desperdigada por varias residencias del país hasta que todos se reúnan en Mallorca y es posible que alguna de las infantas quiera pasar unos días en La Mareta antes de esta fecha.
Pero si hubo un verano diferente, ese fue el de 2010. El año pasado el Presidente decidió dar ejemplo y pasar unas escasas vacaciones, combinando alguna escapada a León, su tierra natal, y a la finca toledana de Quintos de Mora. La apretada agenda que tuvo el verano pasado el jefe del Ejecutivo, junto con la crisis, abocó a tomar esta austera solución.
Con su partida a Doñana este martes empiezan las últimas vacaciones presidenciales del matrimonio Zapatero-Espinosa, que durante estos ocho años han disfrutado a costa de las arcas públicas. España es el único país Europeo que financia las vacaciones de su líder, llegando a tantearse un gasto en torno a los 100.000 euros cada verano.