Por segunda vez el Gobierno ZP cae en las redes de las mafias de piratas y vuelve a plegarse a sus exigencias económicas. Como sucedió el año pasado con el «Playa Bakio», los secuestradores del «Alakrana» se dieron a la fuga sin que las dos fragatas de la Armada española, pudieran interceptar la retirada a tierra de los criminales que durante cuarenta y siete días han mantenido cautivos a los treinta y seis pescadores del atunero español a dos millas de la costa somalí.
UNA FRAGATA NO PUDO CON UN ESQUIFE
Los piratas abandonaron el barco español y dejaron libres a sus rehenes a mediodía después de haber cobrado un rescate que podría ascender a unos cuatro millones de dólares, el más alto pagado hasta la fecha en Somalia por un pesquero.
Por su parte, la Armada lo intentó y no logró detener a los malhechores. Un helicóptero ametralló dos lanchas tripuladas por al menos cinco piratas, provocándoles heridas de consideración, pero no les apresó. Más éxito tuvo un segundo aparato cuando evitó, empleando también fuego de artillería, que otra embarcación de un clan rival abordara el atunero español, aprovechando el despiste, para poder exigir un nuevo botín millonario.
Como dice el editorial de El Mundo titulado «Una humillante derrota de los piratas somalíes»:
- Nos vemos obligados a decir que estamos ante una solución humillante para el Estado, que corrobora la incompetencia de algunos miembros del Gobierno.
En la misma línea va el editorial de ABC, titulado «Otra ve, España paga»:
- En lo sucesivo, el Gobierno no tendrá autoridad moral para no dar a futuros secuestros, sean cometidos por piratas o por otros delincuentes, otra solución que la de ceder al chantaje. Porque, en efecto, cuando se paga al secuestrador, el problema se soluciona. Ningún mérito hay en el Gobierno que dice sí a todas las condiciones de los secuestradores.
- Además de dar una imagen lamentable como Estado, el Gobierno ha desacreditado a nuestras Fuerzas Armadas, enviadas teóricamente a prevenir y combatir actos de piratería, no a ser títeres de una política improvisada y ocurrente.
ERRORES DE GESTIÓN
La realidad es que resulta difícil imaginar una peor gestión de esta situación: falta de medidas preventivas, caos en el gabinete de crisis, disensiones en el Gobierno, mala comunicación con las familias de los tripulantes, errores en decisiones cruciales como traer a los dos secuestradores detenidos, ausencia inexplicada e inexplicable del presidente e incapacidad para formular planes alternativos tanto en el aspecto diplomático como en el militar.
ESPERPÉNTICA DE LA VEGA
La vicepresidenta sí afirmó que la Operación Atalanta obliga a España a perseguir a todos los piratas de la zona. ¿Significa esto que el Gobierno va a seguir intentando capturar a los autores del secuestro? Es lo que nuestro Ejército debería hacer. Así actuó el Gobierno de Sarkozy cuando desembolsó el rescate por un barco secuestrado y luego apresó a los piratas.
En cualquier caso, el Ejecutivo intentó ayer presentar el desenlace de este asunto como un éxito cuando en realidad ha sido un humillante fracaso en el que un país como España se ha tenido que plegar al chantaje de unos bandidos.
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