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Pintan bastos para el marido de Begoña.
La política en España se encuentra en un punto de inflexión donde los sondeos no solo indican tendencias, sino que también esbozan un nuevo panorama de poder.
Alberto Núñez Feijóo se posiciona como el gran favorito para asumir la presidencia del Gobierno si las elecciones generales se celebraran hoy.
Según el último estudio de SocioMétrica, el líder del PP conseguiría 147 diputados y el 34% de los votos, superando por 42 escaños a Pedro Sánchez, quien se quedaría en 105.
Este dato no es solo una cifra: representa el mayor distanciamiento entre ambos partidos desde 2011 y coloca al PP en una situación sin precedentes desde la época de Aznar.
Sin embargo, lo más significativo no es solo la ventaja del PP sobre el PSOE, sino el desplome del bloque izquierdista.
Sumar, liderada por la inane Yolanda Díaz y el sectario Ernest Urtasun, pasaría de los 31 escaños alcanzados en julio de 2023 a apenas 8, un hundimiento histórico que deja a la ultraizquierda al borde de la irrelevancia parlamentaria.
El PSOE, aunque mantiene su estatus como gran partido, ya no puede soñar con repetir el actual Gobierno Frankenstein: la suma de socialistas y sumaristas apenas alcanzaría los 113 diputados, muy lejos de la mayoría absoluta (176) e incluso por debajo del actual bloque de investidura.
La nueva aritmética parlamentaria: derecha sólida, izquierda debilitada
El tablero político español ha experimentado cambios significativos en tan solo dos años.
El bloque de centroderecha —PP, Vox, UPN y Coalición Canaria— sumaría hoy 204 escaños, una mayoría absoluta holgada que supera en más de 30 los necesarios para gobernar.
VOX, con 55 diputados (frente a los 33 logrados en 2023), se consolida como la tercera fuerza política y un socio vital para cualquier operación de investidura desde la derecha.
En teoría, Feijóo no necesitaría su apoyo activo; le bastaría con que los diputados de Abascal se abstuvieran para ser investido presidente, pero no pintan las cosas tan sencillas, porque lo lógico, lo razonable y lo esperable es que VOX apriete duro y exige entrar en el Gobierno o lo condicione con su agenda.
Este escenario evoca para algunos la etapa de Mariano Rajoy tras las elecciones de 2016, cuando el PP gobernó en minoría gracias a la abstención del PSOE.
Ahora las tornas han cambiado: es Sánchez quien se queda sin aliados para repetir mandato y Feijóo quien tendría la posibilidad de formar un Gobierno, negociando acuerdos con otras fuerzas políticas.
La transferencia del voto muestra que el PP conserva más del 70% de sus electores y atrae a un notable 7,5% de votantes socialistas.
VOX exhibe una lealtad considerable (un 85% repite voto) y arrebata un 4% al PP.
El colapso de Sumar y la crisis de la izquierda alternativa
El descenso dramático de Sumar es uno de los fenómenos más impactantes del momento. De haber sido una fuerza emergente capaz de aglutinar a gran parte del electorado progresista desilusionado con el PSOE, ha pasado a convertirse en un partido casi residual.
Solo el 40% de sus votantes volverían a elegirlo; el resto se reparte entre Podemos (26%), el PSOE y aquellos que optan por no votar. Podemos continúa por debajo del umbral del 4%, lo que podría dejarle fuera del Congreso en diversas circunscripciones.
Este colapso tiene repercusiones estratégicas importantes. El PSOE ya no puede contar con Sumar como socio estable para intentar reeditar su actual Gobierno. La fragmentación y debilidad del bloque progresista obliga a Sánchez a buscar apoyos inciertos entre nacionalistas y regionalistas, una tarea casi titánica en este clima político.
Vox: clave en la investidura
VOX ha sido protagonista del crecimiento más notable del último año: pasa de tener 33 a alcanzar los 55 diputados, superando incluso sus mejores resultados históricos (52 escaños en noviembre de 2019).
Este crecimiento no erosiona gravemente al PP; pero muerde en su derecha.
Y lo más relevante es que refuerza el bloque proespañol.
Abascal ha decidido marcar distancias con Feijóo —como negarse a compartir tribuna con el corrupto Sánchez durante actos oficiales— y su partido sigue siendo el aliado estratégico clave, para cualquier maniobra parlamentaria proveniente desde la derecha.
El discurso contundente sobre inmigración y seguridad posiciona a VOX entre los votantes más jóvenes: al menos un 45% de los chavales que votarán por primera vez optarán por esta formación según los últimos sondeos.
Aun así, su techo electoral todavía está bajo para los de Abascal: no logra de momento superar el listón del 20% ni amenazar seriamente al PP como primera fuerza.
El ligero repunte socialista: insuficiente para cambiar el rumbo
El PSOE ha conseguido recuperarse ligeramente desde sus momentos más críticos en julio, cuando Santos Cerdán fue encarcelado y Sánchez compareció ante los medios con semblante sombrío.
En estos tres meses han recuperado casi dos puntos porcentuales y seis escaños respecto al mínimo histórico alcanzado durante el verano.
Sin embargo, este repunte resulta insuficiente para alterar significativamente el panorama general: mientras Sánchez viaja estos días a Egipto para participar en la firma del plan de paz en Gaza impulsado por Donald Trump, su agenda internacional no parece traducirse en beneficios electorales locales.
La gestión postpandemia sumada a escándalos internos y una pérdida notable entre los votantes jóvenes afectan al partido.
A pesar de ello, el PSOE sigue siendo una máquina electoral eficaz: retiene al 72% de sus votantes tradicionales y atrae parte del electorado desencantado con Sumar y Podemos.
¿Y ahora qué? Posibles escenarios tras las encuestas
- Gobierno popular en minoría: Feijóo podría ser investido presidente contando con la abstención o apoyo puntual de Vox sin necesidad de establecer un pacto programático ni entrar en negociaciones complejas.
- Bloqueo parlamentario: Si Vox decidiera abstenerse pero condicionar su apoyo a medidas concretas (como leyes estrictas contra inmigración o recentralización), Feijóo tendría margen para negociar sin ceder demasiado.
- Crisis definitiva del bloque progresista: La izquierda alternativa —Sumar y Podemos— podría desaparecer como fuerza relevante si no logra recomponerse antes de las próximas elecciones.
- Reconfiguración del centro: Partidos como Ciudadanos prácticamente han desaparecido; ahora son UPN y Coalición Canaria quienes aportan ese puñado clave de escaños necesarios para alcanzar mayorías absolutas.
Curiosidades y datos sobre el caso
- Feijóo sería el primer presidente popular que gobierna sin mayoría absoluta desde Rajoy (2016-2018), pero contaría con un margen mucho más amplio para negociar.
- Sánchez perdería casi tantos diputados como Rajoy tras su moción censura, lo que supondría una caída histórica para un presidente en funciones.
- Sumar pasaría en apenas dos añosde ser fundamental para investir a Sánchez a convertirse en testimonial.
- Vox alcanza su mejor resultado histórico, aunque aún está lejos del peso específico que poseen otros partidos ultraderechistas europeos.
- El PP crece especialmente entre antiguos votantes centristas (Ciudadanos) así como entre aquellos que solían abstenerse; también atrae parte del voto socialista descontento.
- El PSOE resiste mejor entre sus bases tradicionales, aunque pierde fuerza entre los jóvenes e indecisos.
- La gestión autonómica no siempre recompensa ni castiga: En Castilla y León, Mañueco amplía ventaja pese al descontento ciudadano generado por su gestión tras los incendios forestales.
La política española nunca descansa; hoy tampoco ofrece certezas absolutas.
Sin embargo, lo que parecen indicar las encuestas recientes es que el péndulo ha girado hacia la derecha con una fuerza inusitada… aunque aún queda por ver si este viento soplará lo suficientemente fuerte como para llevar definitivamente a Feijóo hasta La Moncloa.
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