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Hay viajes que se miden en kilómetros y otros que se miden en sabores. Los días 25 y 26 de septiembre de 2025, La Palma será el epicentro de una revolución tranquila, la que propone cambiar la forma en que entendemos el turismo. No se trata de ver mucho, sino de sentir más. Las III Jornadas de Destinos Enogastronómicos Slow Taste, organizadas por Saborea España y la Secretaría de Estado de Turismo, no son un evento más: son una declaración de intenciones.
El escenario no podía ser más inspirador. La isla bonita, con sus viñedos volcánicos, sus quesos ahumados y su miel de palma, lleva años trabajando en silencio para convertirse en un referente del turismo consciente. «Aquí no vendemos postales, vendemos emociones», resume Miriam Perestelo Rodríguez, consejera de Promoción Económica de La Palma, durante la presentación en la Casa de Canarias en Madrid. Entre bocados de mojo picón y sorbos de vino de la D.O. La Palma, los asistentes —periodistas, chefs, gestores turísticos— comparten una certeza: el futuro del sector pasa por lo slow.
El slow no es lento, es inteligente
«Slow Taste no es solo comer despacio. Es conectar con las manos que cultivan, con los paisajes que saben a algo», explica Susi Díaz, presidenta de Saborea España y chef del restaurante La Finca. Su discurso, alejado de tecnicismos, engancha porque habla de personas: «El viajero ya no quiere ser un espectador. Quiere pisar el viñedo, amasar el pan, entender por qué este queso sabe a humo y a tradición».
La filosofía slow no es nueva, pero ahora tiene un aliado clave: los fondos Next Generation EU. Ana Muñoz Llabrés, directora general de Políticas Turísticas, detalla cómo se han invertido 72,6 millones de euros en proyectos que vinculan gastronomía y desarrollo territorial. «No hablamos de subvenciones, sino de herramientas para que los pueblos vivan del turismo sin dejar de ser pueblos». Ejemplos concretos: rutas de olivos milenarios en Córdoba, experiencias de pesca artesanal en Galicia, o aquí, en La Palma, la recuperación de cultivos como la batata o el vinagre de plátano.
La Palma, laboratorio de saberes (y sabores)
Raquel Rebollo, consejera de Turismo del Cabildo palmero, no esconde su orgullo: «Tenemos un museo al aire libre: desde los almendros en flor de Puntagorda hasta los lagares de Fuencaliente. Cada plato cuenta una historia geológica». La isla lleva años diversificando su oferta más allá del sol y playa. El Programa Saborea La Palma ha formado a hosteleros en técnicas de storytelling gastronómico, y hoy hasta un café servido en una bodega lleva detrás un relato sobre el volcán, la tierra y los cultivos de altura.
Blanca Jiménez, de la Asociación de Destinos Gastronómicos, lo tiene claro: «El lujo ya no es un caviar importado. Es un tomate cherne de El Hierro, un queso majorero con Denominación de Origen, un vino elaborado junto al mar». El dato lo respalda: el 68% de los turistas internacionales que visitan España eligen el país por su gastronomía (según datos de Turespaña).
El menú de las jornadas: más allá de los fogones
El programa en La Palma incluye talleres con productores, catas maridajes con paisaje y mesas redondas donde se compartirán casos de éxito. Emilio Gallego, de Hostelería de España, adelanta uno: «En Cullera (Valencia), un arroz se sirve con gafas de realidad virtual para explicar el Parque Natural de la Albufera. Eso es innovación con raíces».
Pero el plato fuerte será la presentación de la Guía Slow Taste, un manual de buenas prácticas para destinos. «No es un recetario, es un mapa para no perderse en la prisa», apunta Susi Díaz. Incluye desde cómo diseñar menús con kilómetro cero hasta cómo formar a guías turísticos en narrativa emocional.
Por qué esto importa (incluso si no eres foodie)
Detrás de cada proyecto hay empleo local. La Palma, tras el volcán de 2021, necesita alternativas económicas. «Un turista slow gasta un 40% más que uno tradicional y se queda el doble de días», destaca Muñoz Llabrés. Además, fija población: en El Hierro, la ruta del vino garafiano ha logrado que jóvenes agricultores recuperen viñas abandonadas.
El programa completo de las jornadas estará disponible a partir de julio en www.saboreaespana.es. Las inscripciones, limitadas, incluyen experiencias como un recorrido por los viñedos de Teneguía o una cena con productos recuperados de la isla bonita.
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