Más información
El verano en Madrid tiene un sabor distinto cuando se descansa en la terraza de KultO, con el murmullo del bulevar de la calle Ibiza y la sombra de El Retiro al fondo. Aquí, el chef José Fuentes ha tejido una carta que huele a salitre y fruta fresca, donde lo gaditano se mezcla con guiños viajeros. No es solo un restaurante: es un refugio donde el tapeo se vuelve sofisticado y los platos de temporada saben a brisa marina.
Desde que abrió en 2015, KultO ha sido fiel a una máxima: «El producto manda, pero la técnica lo hace memorable». Por eso, aunque su Pepito de vaca rubia o los Callos a la madrileña sigan conquistando a los habituales, este verano la carta se llena de novedades que son pura frescura. «
Queremos que se note la temporada sin perder nuestra identidad». Y vaya si lo consigue.
Sabores que enfrían el paladar
El Salpicón de pez limón y fruta de la pasión es uno de esos platos que resumen el espíritu del lugar: ligero, vibrante y con un toque inesperado. La acidez de la fruta corta la untuosidad del pescado, creando un juego de contrastes que pide otro tinto de verano. Cerca, la Coliflor a la brasa con gamba roja demuestra que las verduras pueden ser protagonistas: ahumada, con ese punto justo de crujiente, y la gamba como un lujo minimalista.
Pero si hay un plato que evoca el sur en cada bocado, es el Arroz seco de chipirón y butifarra blanca. No es una paella, ni falta que le hace: aquí el caldo se absorbe hasta dejar los granos sueltos, el chipirón está en su punto justo de brasa, y la butifarra añade un toque terroso. «Es nuestro homenaje a los arroces de Cádiz, pero con personalidad propia».
Para quienes prefieren lo clásico, el Saam de tortillitas de camarones sigue siendo una obra maestra en miniatura. Inspirado en los bánh mì vietnamitas, combina la tortillita crujiente con salsa agridulce, lechuga y cebolla encurtida. Un caos de texturas que funciona.
El arte de elegir dónde sentarse
KultO es un restaurante de dos pisos y mil vibraciones. Abajo, la barra conecta con la cocina abierta, donde es fácil terminar pidiendo «otra media de callos» mientras se ve trabajar a los chefs. Las mesas altas invitan al tapeo rápido, pero si lo que buscas es una cena tranquila, la planta superior – con sus paredes cálidas y luz tenue – es el lugar.
Aunque el verdadero imán en julio y agosto es la terraza. Pequeña pero perfecta, mira al bulevar arbolado de Ibiza. Por las noches, cuando el calor afloja, es difícil encontrar sitio sin reserva.
«La gente viene por el ambiente: puedes estar horas con una copa y unos boquerones en vinagre»
Postres que no son un afterthought
Aquí los dulces no son un trámite. El Café Turco en 7 texturas es un viaje para los sentidos: helado, bizcocho, crema… todo en un bocado. Y el Lemon Pie, con su merengue tostado y base crujiente, es de esos postres que se piden «para compartir» y acaban en duelo de tenedores.
Más que un restaurante
KultO no sería lo mismo sin su bodega – con más de cien vinos, muchos de ellos gaditanos – o sus cócteles. El Adonis de KultO (jerez, vermú y cítricos) es ya un clásico local. Pero lo que realmente enamora es cómo mezcla la elegancia con lo informal. Puedes llegar en chanclas después de un paseo por El Retiro o celebrar un cumpleaños en la sala de arriba.
«No queremos ser un sitio de paso, sino donde la gente vuelva porque se siente como en casa», resume Fuentes. Y viendo cómo llenan cada verano, algo están haciendo bien.
KultO
Calle Ibiza, 4. Madrid
ð kulto.es
ð¸ @kultomadrid
Horario de verano (julio y agosto):
Martes a jueves: 13:00 – 01:00 h
Viernes y sábados: 13:00 – 02:00 h
Domingos y lunes: cerrado
Precio Medio:
Barra: 30-35 € • Sala: 50-60 €
Home