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Tradición Navideña con Mayúsculas

La Merienda de Reyes del InterContinental Madrid: Un Cuento de Hadas Familiar en un Hotel Legendario

Bajo su icónica cúpula y frente a la Castellana, el InterContinental Madrid ofrece una experiencia única para vivir la ilusión de la Cabalgata y la mejor repostería artesana en la tarde más mágica del año

Ana Rojo 22 Dic 2025 - 09:53 CET
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Hay un lugar en Madrid donde la tarde del 5 de enero no solo se ve, se vive con los cinco sentidos. Donde el aire huele a chocolate caliente, azúcar glas y la ilusión palpable de los más pequeños. Donde el sonido es una sinfonía de risas, música de piano en vivo y el murmullo expectante de las familias. Ese lugar está en el número 49 del Paseo de la Castellana, bajo la majestuosa cúpula del Hotel InterContinental Madrid. No se trata simplemente de asistir a una merienda; se trata de entrar en el escenario principal de la Navidad madrileña.

Porque el InterContinental Madrid no es un hotel cualquiera. Es un pedazo de la historia de la ciudad. Inaugurado en 1953 como el primer gran hotel internacional de España, sus paredes han visto pasar la dolce vita del Hollywood español, desde Ava Gardner hasta Frank Sinatra. Y cada enero, este testigo de la elegante vida social abre sus puertas para protagonizar uno de los actos más entrañables y tradicionales: la Merienda de Reyes. Una cita que convierte a los invitados, por unas horas, en parte de su leyenda.

La magia comienza en el momento mismo de cruzar la puerta. El imponente hall, con su cúpula central, se transforma en un salón de invierno lleno de calidez. La decoración navideña, discreta y elegante, enmarca un espectáculo de alegría familiar. Las mesas se llenan de niños con sus mejores galas, mirando a su alrededor con ojos como platos, y de adultos que, por un instante, recuperan esa chispa infantil. Aquí, la espera de Sus Majestades de Oriente se hace amena, rodeada de un confort que solo un establecimiento de esta categoría sabe ofrecer.

La Tradición en el Plato

El chef Miguel de la Fuente es el arquitecto de esta fiesta gastronómica. Su propuesta, presentada en un generoso formato de buffet, es un inteligente equilibrio entre el capricho para los paladares más exigentes y la diversión para los niños. Es un recorrido que homenajea la cocina española y la alta repostería.

Para empezar, una selección de salados que son auténticos iconos de la casa. Es imposible no probar, y repetir, sus famosas croquetas melosas de jamón ibérico. O dejarse tentar por el contraste del foie con maracuyá o el sofisticado bikini de mortadela trufada. Son pequeñas obras maestras que elevan la merienda a otro nivel.

Pero, sin duda, el reino es el de lo dulce. Y en ese reino, manda el Roscón de Reyes. El hotel ofrece la elección perfecta: el clásico, esponjoso y relleno de nata, o el más intenso, con trufa. Cada rebanada es un ritual. La emoción de encontrar la figurita o el haba se multiplica en este entorno. Junto a él, una colección de dulces artesanales que son un festín para la vista: la icónica tarta milhoja InterContinental, pasteles minuciosamente decorados y un surtido de delicias que invitan a probarlo todo.

Para los más pequeños, el hotel ha pensado en un rincón especial. Lejos de ofrecer lo habitual, apuesta por versiones gourmet de sus platos favoritos: burgers de wagyu, hot dogs de calidad o pollo crujiente con salsa BBQ. Un detalle que permite que toda la familia disfrute a su manera, compartiendo mesa pero con propuestas a medida. La merienda incluye, además, cava, café, infusiones y refrescos, haciendo de ella una celebración completa. Por 70 euros para adultos y 50 para niños, se accede a esta experiencia que va mucho más allá de una simple comida.

El Mejor Palco para la Cabalgata

Si la merienda es el preludio, el acto principal tiene lugar justo enfrente. La ubicación del InterContinental Madrid es, en la tarde del 5 de enero, un lujo incomparable. Su fachada principal es primera línea de la Cabalgata de los Reyes Magos de Madrid. Esto no es un detalle menor; es la clave que transforma un plan bonito en una experiencia inolvidable.

Muchas familias convierten la tarde en una jornada completa reservando una habitación o suite. La secuencia es mágica: se disfruta de la merienda en un ambiente caliente y festivo, y después, cuando el cielo de Madrid se oscurece y el frío aprieta, solo hay que subir al ascensor. En la intimidad de la habitación, con las mantas del hotel y la calefacción puesta, la familia se asoma al balcón o a las grandes ventanas. Y desde allí, como si de un palco privado se tratara, ve desfilar la caravana de luz, música y color de la Cabalgata, sin aglomeraciones, sin empujones, sin frío.

Es un privilegio que convierte el espectáculo en algo íntimo y cómodo. Los niños pueden ver a los pajes repartiendo caramelos desde una altura privilegiada, y los adultos pueden saborear el momento con una tranquilidad absoluta. Es, posiblemente, la forma más elegante y confortable de vivir una tradición que suele ser caótica. Para quienes quieran alargar la magia, el hotel también ofrece un Brunch de Reyes el 6 de enero, el broche de oro perfecto para el ciclo navideño.

Donde la Historia se Respira

Vivir este día en el InterContinental es también pisar un suelo cargado de anécdotas. El edificio, obra del arquitecto Luis Martínez-Feduchi, se alza sobre los cimientos del antiguo Palacio del Duque de Aliaga. Su diseño conserva joyas como la chimenea de mármol del Salón Toledo y la «placita» interior, que era la entrada de carruajes del palacio.

En los años 50 y 60, se convirtió en la residencia no oficial de las estrellas de Hollywood que venían a rodar a España. La mencionada Ava Gardner vivió aquí largas temporadas (hoy una suite lleva su nombre), al igual que Elizabeth TaylorSofia Loren o Charlton Heston. Su mítico Bar 49 fue testigo de tertulias, encuentros y la vibrante vida social de la época. Hay incluso una leyenda urbana sobre un supuesto túnel que lo conectaba con la Embajada de Estados Unidos, situada justo al lado.

Esta capa de historia y glamour impregna cada rincón. Cuando una familia celebra aquí la llegada de los Reyes, no lo hace en un hotel anónimo, sino en un icono. En un lugar que ha visto nacer y evolucionar la propia tradición turística de Madrid. La fuente art déco del jardín interior, obra del escultor Ángel Ferrant, parece custodiar con su silencio de piedra todas estas historias.

Un Recuerdo que Perdura más Allá de Enero

La Merienda de Reyes en el InterContinental Madrid no es un producto turístico más. Es la materialización de un deseo: el de cerrar las fiestas con una experiencia familiar extraordinaria, donde la tradición se viste de gala y la comodidad permite centrarse en lo esencial.

Es la garantía de crear un recuerdo imborrable para los niños. El día en que no solo vieron a los Reyes Magos pasar, sino que lo hicieron desde un castillo en plena Castellana, después de una merienda de cuento. Para los adultos, es la oportunidad de regalar algo más que juguetes: regalar una vivencia, un pedazo de la magia de Madrid en su escenario más emblemático.

Toda la información y reservas están disponibles en la web del hotel, www.madrid.intercontinental.com, o en el teléfono 91 700 73 00. Con más de setenta años de experiencia, su equipo conoce el arte de la hospitalidad y se asegura de que cada detalle contribuya a escribir, para cada familia, su propio cuento de Reyes.

Una historia que, sin duda, comenzará con «Érase una vez, en el InterContinental Madrid…».

Hotel InterContinental Madrid
Paseo de la Castellana 49
Madrid

Ana Rojo

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