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La aparición de Mariano Rajoy en El Hormiguero prometía ser un evento destacado.
El expresidente, con su estilo característico, venía a presentar su nuevo libro El arte de gobernar. Secretos y fundamentos humanos de la sabiduría política, y no decepcionó a aquellos que esperaban al Rajoy de siempre: irónico, huidizo y a veces sorprendentemente literal.
Pablo Motos, astuto como siempre, fue directo al grano: «¿Qué dedicatoria le pondría a Pedro Sánchez si estuviera en la firma de su libro?».
Rajoy, fiel a su tono inconfundible, respondió: «Celebro verle aquí y espero que la lectura le sirva para aprender algunas cosas«.
Pero no fue el único político al que se refirió. A Alberto Núñez Feijóo, también le envió un mensaje igualmente peculiar: «Usted ya lo sabe todo, pero no vaya a ser que le quede algo pendiente. Lea el libro y hágame caso«.
Pocos personajes -y políticos en particular- logran mantenerse tan auténticos incluso cuando saben que medio país les está observando.
El gallego se sometió a un juego cuando terminó la ronda de preguntas del presentado y de las hormigas.
El expresidente popular tenía que elegir entre otros políticos con quién realizar determinadas actividades.
Las respuestas no dejan indiferente a nadie: se iría de fiesta con el chavista José Luis Rodríguez Zapatero, haría un atraco con el mentiroso Sánchez y no le dejaría las llaves de su casa al líder de Vox, Santiago Abascal.
Las pullas de Rajoy a Sánchez
La conversación pronto se centró en la política actual. Rajoy, sin andarse por las ramas, lanzó varias reflexiones que no pasaron desapercibidas, en especial porque fueron auténticos dardos al marido de Begoña.
Como cuando defendió al Partido Popular como la única fuerza política que rechaza los populismos, incidiendo en que se mantiene donde siempre ha estado, en el centro-derecha, criticando la crispación reinante impulsada desde Moncloa y Ferraz: «A un extremista no se le puede contestar con otro extremismo. Hay que regresar a fuerzas modestas«.
En cuanto al Gobierno de Sánchez, fue contundente: «No puede gobernar y no gobierna. No hay presupuestos. Estamos normalizando algo que no lo es y es completamente antidemocrático«.
Uno de los momentos más destacados fue su reflexión sobre el poder y el ego: «Cuando te empeñas en aferrarte a un cargo y se genera un ambiente hostil, es mejor irse. Saber cuándo sobras es esencial«.
Destacables fueron las seis pullas que envió directamente al presidente del Gobierno:
- «Me gusta cumplir la ley, aunque ahora no está muy de moda».
- Sobre los más de 900 asesores del Gobierno: «Los asesores que nombraba yo eran más listos, dos podían hacer el trabajo de uno».
- «Tres días antes de la moción de censura, el PNV me había aprobado los presupuestos, porque en esa época se aprobaban todos los años».
- «Es importante saber cuándo sobras».
- «Si careces de capacidad de sufrimiento, no te dediques a la política».
- Durante uno de los juegos: «Para planear un atraco, elegiría al señor Sánchez».
Sus reflexiones sobre ‘algunos’ ministros y Leire Díez
Pero el líder del PSOE no fue el único que se llevó zascas del gallego.
El expresidente del Gobierno también se refirió a los ministros que conforman el gabinete de Sánchez, criticando especialmente las formas de Óscar Puente: «Un ministro no insulta (…) Un energúmeno puede tener más tirón que un premio Nobel y las redes sociales son el paraíso de los energúmenos».
En cuanto a la fontanera de Ferraz, considera que las acciones de Leire Díez son propias de la ‘camorra’. «Esto es una mafia, lo de perseguir a un general de la UCO, y es una expresión muy generosa».
Por último, lanzó una reflexión sobre el valor de la democracia y lo que representa.
«Hay gente que se cree que la democracia es votar y se acabó. No. Son los derechos y libertades de la gente, el pluralismo, respetar la separación de poderes. Hablamos de democracia y sentido común».
El día más complicado, enemigos y aprendizajes personales
Motos aprovechó para preguntar por el episodio más difícil de su carrera.
Rajoy recordó cómo vivió la víspera del artículo 155 en Cataluña como uno de sus peores momentos políticos: «Lo pasé mal, pero hoy puedo decir con orgullo que evitamos ser rescatados y superamos aquella terrible crisis económica«.
También reflexionó sobre el desgaste personal en política: «El enemigo te persigue hasta la tumba«, dejando claro que el coste humano tras años en la Moncloa es más elevado de lo que parece.
Sin embargo, no todo fueron grandes declaraciones o análisis profundos. Rajoy también compartió varias anécdotas con su humor característico.
Recordó que al llegar a La Moncloa, no movió ni un mueble: «No soy bueno para cambiar nada de esas cosas«, confesó entre risas.
También contó cómo fue su experiencia realizando el Camino de Santiago con su hijo pequeño y un hermano: «Se comía muy bien y muy barato«, apuntó con sencillez.
Sobre su vida tras dejar el poder, admitió: «Ahora mi vida es razonablemente feliz«, disfrutando de placeres simples como ir al bar o asistir a partidos de fútbol; actividades imposibles durante su mandato.
Incluso hubo espacio para una pizca de autocrítica: «Todos somos humanos y cometemos errores», comentó al referirse a su participación en un reciente documental de Movistar Plus+ junto a otros expresidentes.
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