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Un gesto cotidiano que esconde rituales y anécdotas sorprendentes

¿Sabes por qué tienes que dejar un vaso de agua junto al fregadero si te vas de vacaciones?

La costumbre tiene raíces en creencias populares y rituales energéticos

Periodista Digital 05 Jul 2025 - 13:40 CET
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Antes de cerrar la puerta y poner rumbo a la playa o la montaña, muchos españoles repasan mentalmente la lista de tareas pre-vacacionales: cerrar el gas, desenchufar electrodomésticos, vaciar la nevera… y, para sorpresa de algunos, dejar un vaso de agua junto al fregadero.

Este gesto, aparentemente trivial, ha cobrado fuerza en los últimos años como parte del folclore doméstico. Pero ¿de dónde surge esta práctica y qué hay detrás de su popularidad?

La costumbre tiene raíces en creencias populares y rituales energéticos.

Según diversas tradiciones, colocar un vaso con agua —a veces acompañado de sal gruesa— junto al fregadero antes de ausentarse ayuda a absorber las malas energías y mantener la armonía en el hogar durante la ausencia. El agua actúa como un «imán» capaz de captar vibraciones negativas que puedan haberse acumulado en el ambiente.

Si además se añade sal gruesa, la mezcla adquiere connotaciones purificadoras aún más marcadas: la sal es considerada desde hace siglos un potente limpiador energético, utilizado tanto en rituales espirituales como en prácticas cotidianas para «renovar» el ambiente doméstico.

Curiosamente, no existe evidencia científica que respalde estos supuestos poderes del vaso de agua y sal. Sin embargo, muchas personas afirman percibir una sensación de calma y bienestar tras aplicar este sencillo truco, lo que demuestra el poder psicológico y simbólico que ejercen las tradiciones sobre nuestro día a día.

El vaso como experimento doméstico: física y química para todos

Más allá del plano espiritual o supersticioso, el vaso de agua puede convertirse en una oportunidad perfecta para explorar principios científicos básicos. Por ejemplo:

Este tipo de experimentos ayudan a comprender conceptos fundamentales como la tensión superficial o las propiedades del agua —ese líquido tan común como misterioso— y pueden ser una fuente inagotable de curiosidades científicas para toda la familia.

Agua, supersticiones… ¡y ciencia ficción cotidiana!

La relación entre los humanos y el agua va mucho más allá del simple consumo. Históricamente, se han atribuido al líquido propiedades mágicas o curativas. En algunas culturas, se deja un vaso de agua bajo la cama para «capturar pesadillas» o en rincones oscuros para atraer prosperidad. El Feng Shui recomienda colocar recipientes con sal o agua en puntos estratégicos del hogar para mejorar el flujo energético.

No obstante, desde un punto de vista científico, lo más útil que puede hacer un vaso de agua durante tus vacaciones es señalar posibles fugas (si al volver observas que ha desaparecido por completo) o ayudarte a comprobar la calidad del ambiente tras varios días cerrado (el agua estancada puede adquirir olores extraños si hay humedad o problemas en las cañerías).

Además:

Anécdotas científicas y curiosidades refrescantes

Para quienes disfrutan mezclando ciencia con historias sorprendentes:

Y una última anécdota: si vuelves tras las vacaciones y descubres que tu vaso está intacto pero cubierto de polvo, puedes estar seguro —al menos— de que nadie ha entrado a tu cocina en tu ausencia. No será ciencia forense avanzada… ¡pero algo ayuda!

En definitiva, dejar un vaso de agua junto al fregadero antes de irse unos días puede ser solo una superstición sin base científica sólida o una simpática excusa para hablar sobre química doméstica. Lo cierto es que convierte un acto cotidiano en una pequeña ceremonia cargada de significado —y quién sabe si algún día descubrirás una nueva ley física solo por observar ese humilde vaso esperando tu regreso.

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