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La historia de Robert Redford y Paul Newman no es solo la de dos grandes estrellas del cine, sino la de una amistad auténtica que desafió los convencionalismos de Hollywood.
Su primer encuentro profesional fue en Dos hombres y un destino (1969), bajo la dirección de George Roy Hill.
En ese rodaje, la química entre ambos fue tan evidente que la película se convirtió en un clásico inmediato, marcando el inicio de una relación especial tanto dentro como fuera del set.
Newman, ya consagrado como actor y once años mayor que Redford, convenció al director para que le diera el papel al joven talento.
Desde ese momento, no solo compartieron escenas memorables sino también vivencias que los unirían para siempre.
El público los quería juntos, y ellos respondieron con una complicidad inusual en una industria marcada por egos y rivalidades.
Dos películas, una amistad eterna
Contrario a lo que muchos creen, solo protagonizaron juntos dos películas: Dos hombres y un destino y El golpe (1973), ambas convertidas en iconos del cine estadounidense. En El golpe, sus papeles de estafadores carismáticos reforzaron esa imagen de dupla perfecta. La cinta no solo les dio éxito, sino que consolidó su relación personal: tras el rodaje, ambos se mudaron a casas cercanas en Connecticut y sus familias se hicieron íntimas.
Redford ha confesado públicamente que trabajar con Newman fue “una de las experiencias más felices” de su vida. Por su parte, Newman valoraba la generosidad y el sentido del humor de Redford, aunque ambos tenían personalidades distintas: mientras uno era más reservado y reflexivo, el otro irradiaba carisma estoico e ironía.
Bromas, coches destrozados y anécdotas
Una parte esencial de su vínculo fueron las bromas y travesuras. Uno de los episodios más célebres fue cuando Newman aplastó el Porsche de Redford como parte de una broma, sin que jamás lo mencionaran directamente. Para ellos, el verdadero código era no reconocer nunca el truco jugado: “La idea era nunca admitir la broma”, recordaba Redford sobre aquella ocasión.
En otra anécdota, mientras cenaban en California, un camarero avisó a Redford que Newman estaba en la sala contigua. Sin perder el tono irónico, respondió: “¿Y qué? ¿No ves que estoy ocupado?”. Las bromas eran constantes; según Redford, Newman contaba “los peores chistes del mundo” pero tenía una capacidad única para hacer reír a todos a su alrededor.
Más allá del cine: valores compartidos
La base sólida de su amistad residía en valores profundos: generosidad, integridad y respeto mutuo. Ambos participaron activamente en causas sociales y filantrópicas. Durante la ceremonia en la que Newman recibió el Kennedy Center Honor en 1992, Redford lo describió como “un hombre generoso que nunca busca recompensa ni reconocimiento”. A su vez, Newman elogió la labor de su amigo con el Sundance Institute por descubrir nuevos talentos.
Pese a intentos posteriores por reunirse en otros proyectos —como Un paseo por el bosque, para el cual Redford adquirió los derechos pensando en su amigo— nunca volvieron a compartir pantalla. Aun así, ese deseo era muestra clara del aprecio incondicional entre ambos.
Rankings y curiosidades
A día de hoy, 17 de septiembre de 2025, la dupla Redford-Newman sigue encabezando listas sobre las mejores parejas cinematográficas:
- Las películas Dos hombres y un destino y El golpe figuran entre las 100 mejores películas estadounidenses según numerosos rankings internacionales.
- Ambos actores están presentes en las listas de los actores más queridos y respetados por sus colegas.
- La suma que ganó Robert Redford por El golpe fue extraordinaria para la época, reflejando el impacto económico del filme.
- Aunque solo actuaron juntos dos veces, muchas encuestas sitúan su amistad como la más emblemática en Hollywood.
Entre otras curiosidades:
- Ambos compartieron casas a menos de dos kilómetros en Connecticut durante años.
- El “efecto Mandela” lleva a muchos fans a creer que rodaron juntos más películas debido a su fuerte presencia pública.
- Durante el rodaje de Dos hombres y un destino, Redford casi pierde el papel por ser considerado demasiado joven e inexperto por algunos ejecutivos; fue Newman quien insistió en mantenerlo.
- La última voluntad profesional de Redford era volver a trabajar junto a Newman.
Legado insuperable
Hoy se recuerda con especial cariño esta relación tras el fallecimiento reciente de Robert Redford, a los 89 años. Los homenajes no dejan lugar a dudas: pocas veces dos leyendas han sabido conjugar talento y afecto con tanta autenticidad. Los recuerdos compartidos entre ambos forman parte ya no solo del imaginario hollywoodiense sino también del patrimonio cultural universal.
La amistad entre Robert Redford y Paul Newman sigue siendo un faro luminoso para quienes creen que detrás del glamour puede haber vínculos reales e indestructibles.
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