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Arturo Pérez-Reverte tiene muy claro cuál es su cinta favorita dentro del género del wéstern.
En su intervención en el pódcast The Wild Project de Jordi Wild, el autor no titubeó al declarar que Río Bravo es la película perfecta, aquella que elegiría sin dudar si tuviera que llevarse solo una a la tumba. No se trata de una recomendación casual ni de una preferencia momentánea.
La pasión con la que Pérez-Reverte se refiere al clásico de Howard Hawks y John Wayne va más allá de lo habitual en la crítica cinematográfica, adentrándose en un terreno donde se siente una admiración casi devota por una obra que, según él, abarca todos los elementos esenciales del género.
Durante su charla con Jordi Wild, la conversación giró en torno a las películas predilectas del autor de Misión en París. Cuando el presentador intentó adivinar si su elección era El hombre que mató a Liberty Valance, el escritor lo corrigió con una precisión que reflejaba años de reflexión sobre el tema.
«No es un wéstern. Es el wéstern», afirmó Pérez-Reverte, estableciendo así una distinción clave: Río Bravo no es solo otra película del género; es la representación misma de lo que debería ser un wéstern. Su argumentación fue convincente y detallada, describiendo los elementos que hacen de esta película algo único e inigualable en la historia del cine.
De acuerdo con el análisis de Pérez-Reverte, Río Bravo cuenta con todos los ingredientes necesarios para ser considerada la película ideal. «Lo tiene todo: la chica, el sheriff, el salón, el borracho, el pistolero joven, los villanos. Es perfecta», explicó el autor con la precisión de quien ha visto esta obra muchas veces y ha meditado profundamente sobre su estructura narrativa. Cada uno de los elementos mencionados representa un pilar fundamental del wéstern clásico, y el hecho de que Río Bravo los incluya todos sin resultar forzado o superficial es lo que le otorga su estatus como obra maestra cinematográfica.
La película, dirigida por Howard Hawks en 1959, narra cómo un sheriff defiende un pueblo con ayuda de personajes dispares: un viejo ayudante alcohólico, un joven pistolero impulsivo y una mujer que llega inesperadamente. Lo que parece ser una trama sencilla se transforma bajo la dirección de Hawks en una profunda exploración sobre amistad, responsabilidad y valentía. Pérez-Reverte reconoce esta complejidad subyacente al comentar cómo la película logra ser tanto entretenimiento puro como reflexión sobre la naturaleza humana.
Una devoción por el wéstern clásico
Pérez-Reverte no oculta su amor por el género del wéstern ni por sus directores clásicos. «Soy muy fan de John Wayne y John Ford, sin lugar a dudas», declaró durante su charla con Jordi Wild. Esta preferencia no es superficial; el escritor ha dedicado años a consumir y estudiar este tipo de cine, lo cual le permite realizar análisis más allá de una simple apreciación estética. Su conocimiento abarca desde los más antiguos clásicos hasta las reinterpretaciones contemporáneas.
Cuando se le preguntó acerca del cine de Sergio Leone y del fenómeno conocido como spaghetti western, Pérez-Reverte fue sincero sobre sus opiniones. No se considera un admirador incondicional de Leone aunque reconoce ciertos méritos en algunos directores surgidos del movimiento. Sin embargo, su entusiasmo renació al hablar sobre Clint Eastwood, especialmente respecto a Sin perdón, esa joya cinematográfica dirigida y protagonizada por él en 1992. «El verdadero Clint Eastwood surge ahí (en el spaghetti western), donde realmente brilla; es ahí donde se manifiesta plenamente en Sin perdón, que es una obra maestra», sentenció con firmeza Pérez-Reverte, mostrando así cómo ha encontrado en esa película una confirmación sólida sobre lo que puede ofrecer el wéstern.
La admiración de John Ford
Una anécdota compartida por Pérez-Reverte durante su conversación añade otra capa fascinante a Río Bravo. Recordó una famosa frase de John Ford, uno de los grandes directores del wéstern clásico. Cuando le preguntaron cuál era su mejor película, respondió sin dudar: «Mi mejor película es Río Bravo». Al corregirlo señalando que esa película era en realidad de Howard Hawks, Ford sonrió y dijo: «Ah, es de Hawks; creía que era mía, pero sigue siendo mi mejor película». Esta anécdota, citada por Pérez-Reverte con evidente placer, ilustra la enorme admiración que Río Bravo ha despertado incluso entre cineastas consagrados del género.
La historia detrás de esta frase refleja algo significativo sobre la cultura cinematográfica de mediados del siglo XX. Aunque Ford y Hawks eran rivales profesionales en cierto sentido, también eran colegas respetuosos. Que Ford considerara Río Bravo como su favorita—aunque no fuese suya—habla mucho sobre la calidad universal de esta obra. No se trata simplemente de una preferencia basada en ego o nacionalismo cinematográfico; es un reconocimiento genuino a la excelencia artística.
Más allá de Río Bravo: El universo cinematográfico según Pérez-Reverte
Aunque Río Bravo ocupa un lugar preeminente entre sus preferencias, el gusto cinematográfico de Pérez-Reverte abarca mucho más. Durante su charla con Jordi Wild, mencionó otras películas imprescindibles para él. Por ejemplo, El hombre que mató a Liberty Valance, también realizada por John Ford, tiene un sitio destacado en su lista personal. Igualmente citó a Centauros del desierto, otra gran obra del director estadounidense como esencial dentro del género.
Más allá del wéstern, reveló su aprecio por clásicos pertenecientes a otros géneros. La cinta Tener y no tener (1944), dirigida por Howard Hawks e interpretada por figuras como Humphrey Bogart y Lauren Bacall, pone de manifiesto su interés por ese periodo dorado del cine estadounidense. Asimismo, mencionó La regla del juego (1939), obra maestra francesa creada por Jean Renoir, evidenciando así cómo sus gustos trascienden fronteras nacionales o límites genéricos específicos. Todas estas películas comparten características similares: son obras narrativamente complejas; presentan personajes profundamente humanos; han resistido al paso del tiempo sin perder ni un ápice de su poder emocional.
La creación psicológica en el wéstern
Lo que distingue a Pérez-Reverte como crítico cinéfilo es su habilidad para analizar no solo las tramas o direcciones sino también cómo están construidos psicológicamente sus personajes. Al referirse a Río Bravo, no se queda en lo superficial; ahonda en cómo logra crear personajes arquetípicos dentro del género pero también seres humanos complejos cuyas motivaciones van más allá del simple enfrentamiento entre «héroes» y «villanos».
Esta sofisticación también emergió cuando discutió otros títulos dentro del género western. Al mencionar a John Wayne en Centauros del desierto, donde interpreta a un personaje moralmente ambiguo, ofreció una interpretación reveladora sobre dicha cinta. Mientras muchos ven al personaje como simplemente «una mala persona», él sostiene otra visión: «No es un villano; es alguien al que las circunstancias han llevado a ese lugar oscuro. Cuando él fue a la guerra no era así». Esta observación demuestra cómo ve el cine no solo como entretenimiento sino como un reflejo profundo acerca de nuestra condición humana.
Curiosidades sobre la filmografía según Pérez-Reverte
El interés mostrado por parte de Pérez-Reverte hacia el cine va más allá del simple disfrute pasivo como espectador; durante su participación en The Wild Project reveló detalles fascinantes acerca de cómo consume y procesa esta cultura cinematográfica. Una confesión sorprendente fue reconocer ser un ávido jugador habitual; ha tenido experiencias con títulos como Silent Hunter, Call of Duty, Age of Empires, God of War y Assassin’s Creed. Cuando Jordi Wild le sugirió probar con Red Dead Redemption 2, lo hizo precisamente porque considera esta historia como una extraordinaria narración sobre vaqueros—algo que resonó profundamente con la pasión por el wéstern propia de Pérez-Reverte.
Esta conexión entre cine y videojuegos no parece casual para él; ambos medios permiten construir mundos inmersivos donde explorar personajes complejos así como reflexionar acerca della moralidad ante situaciones conflictivas. Su defensa hacia los videojuegos como herramientas capaces desarrollar habilidades cognitivas y emocionales demuestra una mentalidad abierta hacia nuevas formas narrativas.
Jerarquías invisibles: Las capas dentro del gusto cinematográfico
Aunque Pérez-Reverte no proporciona listas formales acerca sus películas favoritas durante la conversación con Jordi Wild se puede reconstruir cierta jerarquía implícita entre ellas: Río Bravo está situada en lo más alto—la película ideal para acompañarlo hasta finalizar sus días—y Sin perdón ocupa otro lugar especial porque muestra cómo puede evolucionar este género sin perder su esencia original; mientras tanto títulos como El hombre que mató a Liberty Valance o Centauros del desierto representan la excelencia lograda por John Ford dentro este ámbito específico; finalmente hay clásicos pertenecientes otros géneros tal cual Tener y no tener o La regla del juego demostrando así que buen cine trasciende clasificaciones estrictas.
Lo fascinante respecto está jerarquía radica en su falta criterios simplistas basados únicamente popularidad o éxito comercial; Pérez-Reverte valora aspectos tales cual complejidad narrativa , profundidad psicológica personajes , dirección inteligente junto capacidad resistencia múltiples visionados sin perder fuerza alguna . Estas son características fundamentales elevan Río Bravo hasta alcanzar estatus “película perfecta” dentro cosmología fílmica particular suyo.
El wéstern como espejo humano
Para Pérez-Reverte, el wéstern no representa solamente un mero género aventurero; es principalmente uno capaz ofrecer profundas reflexiones acerca naturaleza humana, moralidad, amistad sacrificios. Y aquí, sin duda, Río Bravo ejemplifica perfectamente dicha idea. Esta cinta no aborda únicamente historia sheriff defendiendo pueblo; sino hombres uniéndose lealtad deber enfrentando miedos incertidumbres juntos encontrando humanidad circunstancias extremas.
Dicha comprensión respecto este tipo narrativa constituye elemento diferenciador crítico; no percibe simplemente filme antiguo perteneciente museo; la observa viva relevante comunicándose generaciones sucesivas debido preocupaciones fundamentales: ¿Cómo actuamos ante llamados valentía? ¿Cómo nos relacionamos aquellos diferentes nosotros? ¿Qué significa realmente lealtad mundo constantemente poniendo prueba?
Recomendación hecha por Pérez-Reverte respecto ver Río Bravo no constituye mera sugerencia recreativa; es invitación experimentar arte cinematográfico capaz encapsular todo potencial presente cuando maestro cual Howard Hawks manipula material interpretado actor magnitud tal cual John Wayne abordando temas eternamente significativos experiencia humana.
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