Otra muestra más de que el auge de la mafia en el sur de Italia no tiene freno. La última víctima de sus peculiares ‘artes violentas’ ha sido un joven de 18 años llamado Giovanni Montani, el centrocampista del equipo juvenil del Bari. ‘Curiosamnete’, sobrino de un capo mafioso local. La Policía ha abierto una investigación, aunque todo apunta a que ha sido un «ajustte de cuentas contra su familia».
El asesinato ocurrió en una calle poco frecuentada del barrio popular baritano de San Paolo, cuando al vehículo conducido por Giovanni Montani se le acercó una motocicleta, desde la que le dispararon. El joven futbolista, herido en el tórax y el glúteo, perdió el control del vehículo, que terminó estrellándose contra unas vallas. Posteriormente, fue llevado al hospital por unos desconocidos que le dejaron abandonado en la puerta pero falleció poco después de su ingreso.
Los investigadores han indicado que no se le conocía relación alguna con el crimen organizado, por lo que consideran que el acto es un ajuste de cuentas contra su familia. Su tío Andrea, que fue en los años 80 uno de los jefes mafiosos de la zona, se encuentra en la cárcel desde hace unos quince años; hace cinco meses fue asesinado su hijo Salvatore, también de dieciocho años, en una disputa con un vendedor de una tienda de animales.
