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La leyenda de Chris Froome parecía escrita a prueba de sobresaltos, pero el ciclismo nunca deja de recordarnos su cara más cruel.
Este miércoles, el británico fue atropellado mientras entrenaba en las carreteras próximas a Saint-Raphaël, en el sur de Francia, y evacuado de urgencia en helicóptero al hospital de Toulon.
El diagnóstico no deja lugar a dudas sobre la gravedad: neumotórax, cinco costillas rotas y una fractura en la zona lumbar.
El campeón será operado de urgencia y su estado, aunque estable, mantiene en vilo a todo el pelotón internacional.
A día de hoy, 28 de agosto de 2025, el ciclismo asiste con estupor a lo que puede ser el capítulo final de una de las trayectorias más brillantes y accidentadas del deporte moderno.
El equipo Israel-Premier Tech confirmaba que, pese a la violencia del impacto, Froome está consciente y no sufrió daños en la cabeza, algo que no deja de ser un consuelo menor en medio del desastre.
El ciclismo, una vez más, se debate entre la épica y la tragedia.
Y Froome, incansable, vuelve a ser protagonista, aunque sea por razones que nadie desearía.
Chris Froome: palmarés de leyenda y una carrera marcada por la adversidad
Pocos corredores han dejado una huella tan profunda en el ciclismo de ruta como Chris Froome.
Cuatro veces ganador del Tour de Francia (2013, 2015, 2016 y 2017), doble vencedor en la Vuelta a España (2011 y 2017) y campeón del Giro de Italia en 2018, su palmarés se completa con triunfos en pruebas como el Critérium del Dauphiné, Tour de Romandía, Tour de Omán y dos medallas de bronce olímpicas en contrarreloj (Londres 2012, Río 2016).
Sin embargo, su carrera ha estado salpicada de accidentes que pondrían a prueba el temple de cualquier deportista. El 12 de junio de 2019, en el reconocimiento de una contrarreloj del Dauphiné, sufrió un accidente que le provocó fracturas en el fémur, la cadera, el codo y varias costillas. Ocho horas de cirugía y meses de rehabilitación marcaron un antes y un después: desde entonces, Froome no ha vuelto a saborear la victoria.
La temporada 2025 tampoco había comenzado bien. Una caída en el UAE Tour en febrero le dejó una fractura de clavícula y, desde entonces, los resultados han sido discretos, muy lejos de aquel corredor que dominaba las grandes vueltas con una mezcla de potencia, estrategia y regularidad inhumana.
El accidente: ¿mala suerte o riesgos inherentes al ciclismo?
El ciclismo profesional, deporte de épica y riesgo, vuelve a enfrentarse a su gran enemigo: la seguridad en carretera. Esta vez, el infortunio se ha cebado con Froome, arrollado por un vehículo mientras entrenaba. Su caso se suma a la larga lista de corredores víctimas de atropellos, una lacra que ni la fama ni la experiencia parecen poder evitar.
El parte médico es contundente: neumotórax (aire fuera del pulmón), cinco costillas rotas y fractura lumbar, lesiones que requerirán cirugía y una recuperación larga y compleja. Aunque el equipo insiste en que su estado es estable y Froome está animado, lo cierto es que el calendario y su edad (40 años) juegan en contra de una reaparición competitiva a corto plazo.
Pronósticos reservados y un futuro incierto
No hay apuestas claras sobre la recuperación de Froome. Los expertos médicos y deportivos consultados coinciden en que, si bien la vida del corredor no corre peligro, sus opciones de regresar al máximo nivel son escasas. La operación a la que será sometido busca estabilizar las fracturas y evitar complicaciones, pero la rehabilitación será larga y, probablemente, incompatible con la exigencia del ciclismo de élite.
El propio Froome había dejado entrever que 2025 podría ser su última temporada como profesional. Su contrato con Israel-Premier Tech expira a final de año y, tras este nuevo golpe, la retirada parece más cerca que nunca. El pelotón, acostumbrado a su figura combativa y su estilo de escalador implacable, ya especula con un adiós definitivo. Aficionados y compañeros cruzan los dedos, aunque el escepticismo se impone: ni el mejor guionista se atrevería a escribir otro regreso épico de Froome, aunque con el británico nunca se puede descartar nada.
El ciclismo, la cirugía y el eterno retorno del héroe
La cirugía en casos como el de Froome es compleja. La prioridad es estabilizar la columna vertebral y evitar daños neurológicos, además de tratar el neumotórax y las fracturas costales. El proceso de recuperación puede oscilar entre varios meses y más de un año, dependiendo de la evolución y la respuesta del deportista. En un contexto tan competitivo como el ciclismo, donde los jóvenes talentos se imponen y el margen de error es mínimo, el regreso a la élite parece utópico, aunque Froome ha demostrado antes que los milagros existen.
La noticia ha provocado una oleada de mensajes de apoyo en redes sociales y en el mundillo ciclista, donde se reconoce a Froome no solo por sus victorias, sino también por su capacidad de superación. El deporte, en definitiva, se queda huérfano de una de sus figuras más carismáticas, al menos por una larga temporada.
Curiosidades sobre Chris Froome y su carrera
- Froome nació en Kenia y comenzó a competir en África antes de dar el salto al ciclismo europeo.
- Es uno de los pocos corredores en la historia que ha conquistado las tres grandes vueltas por etapas.
- Su estilo de pedaleo, a menudo tildado de «poco ortodoxo», ha generado debates y memes entre aficionados.
- En 2019 ya protagonizó una recuperación milagrosa tras un accidente similar, aunque nunca volvió a su mejor versión.
- Es poliglota: habla inglés, francés y algo de italiano, lo que le ha facilitado la integración en equipos internacionales.
- Su apodo en el pelotón es «el extraterrestre», por su capacidad de mantener ritmos imposibles en la montaña.
- En los últimos años se ha convertido en un referente por su activismo en favor de la seguridad vial de los ciclistas.
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