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La noticia ha golpeado con fuerza el corazón de la música española: Miguel Morales Barreto, guitarrista, compositor y voz en la última etapa de Los Brincos, ha fallecido a los 75 años en Madrid.
Su marcha deja huérfana a una generación que creció con los sonidos de una banda pionera y con la calidez de una familia que supo unir talento y carisma en escenarios y hogares.
El artista murió en la capital tras una larga enfermedad que llevó con una admirable discreción, arropado por los suyos y por el cariño incondicional de quienes compartieron su vida profesional y personal.
Sus restos se instalaron en el Tanatorio Norte de Madrid, donde familiares, amigos y compañeros del gremio se reunieron para rendirle homenaje en un ambiente sereno y emotivo.
La ceremonia principal se celebró el sábado a las dos de la tarde, tal como adelantaron fuentes cercanas a la familia.
Un legado familiar ligado al pop
Nacido en Filipinas en 1950, Miguel Morales fue el menor de una saga musical que marcó el ritmo del pop nacional. Hermano de Antonio Morales «Junior», conocido por su matrimonio con la mítica cantante Rocío Dúrcal, y de Ricky Morales, Miguel encontró en Madrid el escenario ideal para desplegar su talento. Sus padres intentaron apartarle del mundo musical enviándolo a estudiar a Canarias, pero finalmente se impuso la vocación artística, siguiendo la estela familiar.
Más allá del vínculo sanguíneo, Miguel fue tío de Shaila Dúrcal y Carmen Morales, ambas figuras reconocidas en el panorama cultural español. Junto a sus hermanos, impulsó proyectos que acabaron por definir buena parte del sonido pop-rock español entre los años sesenta y setenta.
El último impulso de Los Brincos
Su primera experiencia importante fue con Los Pekenikes, banda fundacional del pop español. En 1968 dio el salto definitivo al incorporarse a Los Brincos, ocupando el puesto de Vicente Ramírez en un grupo ya mítico para varias generaciones. Aunque su hermano Junior había abandonado la formación años antes para crear el dúo Juan y Junior junto a Juan Pardo, Miguel logró mantener viva la esencia del grupo durante sus últimos años.
Con su guitarra y voz, contribuyó decisivamente a los discos y actuaciones finales de Los Brincos, ayudando a cerrar con dignidad la trayectoria de un conjunto que alcanzó ventas récords con temas como Borracho, Flamenco, Mejor, Lola y Un sorbito de champagne. La banda llegó a ser conocida como «los Beatles españoles» por su capacidad para fusionar influencias británicas con elementos propios de la cultura local.
Durante la reunión del grupo entre 2000 y 2003 —interrumpida por el fallecimiento de Fernando Arbex— Morales asumió el liderazgo e impulsó nuevos conciertos con miembros renovados, manteniéndose activo en la escena musical hasta hace pocos años.
Compositor versátil y creador para el cine
La trayectoria artística de Miguel Morales se extendió más allá del pop-rock. Fue miembro también de Barrabás, grupo liderado por Fernando Arbex que fusionaba ritmos latinos, funk y rock. Además, desarrolló una sólida carrera como compositor para películas emblemáticas: entre sus trabajos destacan las partituras para Entre tinieblas (Pedro Almodóvar), Escarabajos asesinos (Steven-Charles Jaffe) y Hay que deshacer la casa (José Luis J. Sánchez).
Esa capacidad para adaptarse y crear nuevas atmósferas musicales le granjeó el respeto tanto dentro como fuera del ámbito discográfico. Compañeros como Manuel González —bajista histórico de Los Brincos— han recordado estos días “la generosidad creativa” de Morales y su “humildad ante cada nuevo proyecto”.
Recuerdos íntimos y despedida
Miguel fue siempre muy unido a su familia. La última vez que se dejó ver públicamente fue en 2021, cuando acudió junto a su esposa Fedra Lorente —actriz famosa por su personaje “La Bombi” en Un, dos, tres…— al cumpleaños número 42 de su sobrina Shaila Dúrcal. Con Lorente tuvo una hija, Alejandra. Este círculo íntimo lo acompañó hasta sus últimos días.
La comunidad artística ha manifestado su pesar por la pérdida. “Miguel era ese tipo de músico que sabía escuchar antes que hablar”, afirmó uno de sus colegas recientes. “Nunca buscó protagonismo fuera del escenario; prefería dejar que fueran las canciones quienes hablasen por él”.
Entre los asistentes al tanatorio no faltaron representantes históricos del pop español ni rostros conocidos del cine —testimonio palpable del cruce generacional que supo construir Morales durante décadas.
Impacto cultural e influencia
El legado musical e intelectual de Miguel Morales es difícilmente cuantificable. Su capacidad para reinventar sonidos sin perder raíz le valió reconocimientos entre críticos y público. Ayudó a consolidar el pop español como fenómeno transversal y supo tender puentes entre diferentes estilos musicales.
El fallecimiento ha sido recogido con pesar por medios nacionales e internacionales; se destaca especialmente el papel vertebrador que desempeñó entre diferentes etapas generacionales dentro del pop español. Sus composiciones para cine permanecen como testimonio vivo del diálogo entre música e imagen.
Obra y datos biográficos esenciales
- Fecha y lugar de nacimiento: 1950, Filipinas.
- Educación: Estudios iniciales en Canarias; formación musical autodidacta consolidada en Madrid.
- Hitos importantes:
- Miembro destacado en Los Pekenikes.
- Integrante fundamental en la última etapa de Los Brincos (1968–1971).
- Colaborador habitual con Barrabás.
- Compositor para películas premiadas nacional e internacionalmente.
- Impulsor de reuniones históricas: reunión Los Brincos (2000–2003).
- Obras más reconocidas:
- Álbumes finales con Los Brincos.
- Bandas sonoras originales (Entre tinieblas, Escarabajos asesinos, Hay que deshacer la casa).
- Premios y reconocimientos:
- Referente habitual en listas nacionales durante los años sesenta-setenta.
- Reconocido por compañeros como “puente generacional” dentro del pop español.
- Información familiar:
- Hermano menor de Junior (Antonio Morales) y Ricky Morales.
- Tío directo de Carmen Morales (actriz) y Shaila Dúrcal (cantante).
- Casado con Fedra Lorente; padre de Alejandra Morales.
A día de hoy, 20 de septiembre de 2025, quienes amaron su música pueden encontrar consuelo en esas melodías que siguen resonando desde los vinilos antiguos hasta las plataformas digitales actuales. La última nota queda suspendida en el aire; es memoria viva para todos aquellos que alguna vez bailaron al compás inconfundible del último Brinco.
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