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La Guardia Civil ha estado identificando patrones durante años en sus operaciones de control en las carreteras de España. Entre los vehículos que más suelen detener se encuentra el Seat León, especialmente en sus versiones deportivas FR, junto a marcas reconocidas como Audi, BMW y Mercedes. Estos modelos acaparan una cantidad notable de paradas, no porque sean problemáticos, sino por criterios que los agentes aplican de manera habitual durante sus rondas de vigilancia.
El Seat León FR resalta especialmente en las estadísticas no oficiales que comparten los propios guardias civiles. Su popularidad en las paradas no se debe a un solo factor, sino a una mezcla de elementos: desde su diseño deportivo hasta la antigüedad del parque automovilístico, que a menudo presenta modificaciones estéticas o mecánicas que llaman la atención de los agentes. En cuanto a las marcas premium como BMW o Mercedes, son sometidas a un mayor escrutinio debido a la percepción de que pueden ser conducidas por infractores habituales o aquellos que incumplen normativas específicas.
El color: un factor más importante de lo que parece
Más allá del modelo, hay un criterio visual que sorprende a muchos conductores: el color del vehículo. Los agentes de tráfico emplean técnicas rutinarias basadas en sus propios criterios y en lo que observan sobre la carretera. Según han revelado miembros de la Guardia Civil, el color amarillo pollo o amarillo chillón se posiciona como la tonalidad que más atrae la atención durante los controles.
Este color, que alcanzó gran popularidad en los años 90 y sigue presente en modelos como el Seat León, proporciona una visibilidad tal que los agentes lo consideran un posible factor de riesgo. Le siguen los vehículos de color rojo, tradicionalmente vinculados a coches deportivos, y luego el color negro, aunque este último tiene una incidencia mucho menor. La razón detrás de esta selección es que los colores más llamativos suelen pertenecer a conductores que, estadísticamente, tienen mayores probabilidades de cometer infracciones o tener vehículos con problemas mecánicos.
Los criterios de selección
Sin embargo, la realidad es que los agentes no se limitan solo al aspecto del coche. También utilizan criterios basados en el comportamiento del conductor y en indicadores visuales que despiertan sus sospechas. Un conductor con gorra, que no se quita las gafas de sol al hablar con los agentes, muestra signos de nerviosismo o actúa de manera extraña, aumenta considerablemente las probabilidades de ser detenido. Estos signos conductuales, combinados con características del vehículo, conforman el perfil buscado por los agentes.
Durante una reciente campaña de la DGT centrada en distracciones al volante, las cifras reflejaron la magnitud del problema. De 405.000 vehículos controlados, se impusieron más de 8.000 multas a unos 7.900 conductores. Las infracciones más comunes incluyeron el uso del móvil al volante (más de 3.200 sanciones), comer mientras se conduce, buscar objetos dentro del coche o no llevar el cinturón puesto. En particular, usar el teléfono móvil acarrea una multa de 200 euros y la retirada de 6 puntos del carnet.
Las nuevas obligaciones que cambiarán los controles
A partir del 1 de enero de 2026, la Dirección General de Tráfico introducirá un cambio significativo en lo que revisan los agentes durante los controles: será obligatoria la utilización de las luces de emergencia V16. Estos dispositivos luminosos reemplazarán a los tradicionales triángulos de señalización, disminuyendo así el riesgo para aquellos conductores obligados a bajarse del vehículo para colocarlos.
No llevar este dispositivo implicará multas de hasta 80 euros, mientras que no portar el chaleco reflectante será considerado una infracción grave sancionada con 200 euros y la pérdida de 4 puntos del carnet. Esta medida busca un objetivo claro: reducir accidentes mortales en carretera, sobre todo aquellos ocurridos cuando los conductores salen del vehículo para colocar triángulos.
La batalla contra la ITV caducada y otros incumplimientos
Además, la DGT ha intensificado sus operaciones contra vehículos con la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) caducada. En recientes campañas enfocadas en furgonetas, se detectó que el 32,3% de las denuncias correspondía precisamente a vehículos sin ITV vigente. Las multas por este incumplimiento pueden alcanzar hasta 500 euros en casos graves, además del riesgo real sobre la validez del seguro del vehículo.
La Guardia Civil de Tráfico también mantiene una vigilancia constante sobre otros aspectos esenciales para garantizar la seguridad vial. Durante su última campaña sobre distracciones al volante, documentaron cómo algunos conductores han perdido el miedo ante infracciones consideradas graves. La reincidencia es evidente: muchos conductores repiten las mismas infracciones repetidamente, lo cual sugiere una falta efectiva disuasoria o bien una banalización del riesgo entre ciertos sectores.
Qué esperar en los próximos controles
Con la llegada del Black Friday y el aumento del tráfico comercial asociado, la DGT ha puesto en marcha campañas específicas dirigidas a furgonetas y vehículos destinados al reparto. Estos controles se centran principalmente en aspectos como velocidad, distancia adecuada para frenar, estado general de las luces y correcta colocación de cargas. Las furgonetas y camiones representan aproximadamente el 14% del parque nacional, sumando más de cinco millones de vehículos; además registran un alarmante *63%de siniestros en vías urbanas*, lo cual justifica esta intensificación operativa.
La estrategia trazada por la Dirección General de Tráfico es clara: aumentar la visibilidad durante los controles, diversificar criterios más allá simplemente del color o modelo y adoptar nuevas tecnologías como las luces V16 para mejorar así la seguridad vial. Para el conductor medio esto se traduce en que las probabilidades de ser detenido dependerán menos por conducir un llamativo Seat León amarillo, y más por cumplir rigurosamente cada norma vial vigente, mantener toda su documentación al día y evitar distracciones al volante. La lucha por reducir siniestros viales en España continuará fortaleciéndose; así pues, se espera ver unos controles por parte de la Guardia Civil cada vez más sofisticados y selectivos.
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