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El panorama migratorio entre Estados Unidos y México ha experimentado un cambio sorprendente. Las detenciones de migrantes que cruzan ilegalmente la frontera sur han llegado a su nivel más bajo anual en más de cincuenta años. De acuerdo con datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la Patrulla Fronteriza reportó aproximadamente 238.000 detenciones de migrantes entre octubre de 2024 y septiembre de 2025, lo que representa una disminución del 90% en comparación con los 2,2 millones de detenciones registradas en 2022.
Este descenso no es fruto del azar. Se debe principalmente a la ofensiva migratoria impulsada por la administración de Donald Trump, quien asumió el cargo nuevamente en enero de 2025 y adoptó rápidamente políticas más severas para el control fronterizo. Las nuevas medidas incluyen:
- Militarización de la frontera con el despliegue de tropas y recursos federales.
- Suspensión del derecho de asilo mediante poderes excepcionales.
- Eliminación de programas humanitarios y protección temporal.
- Deportaciones masivas en ciudades clave como Chicago y Los Ángeles.
- Ampliación de contratos para el muro fronterizo y refuerzo en las labores de vigilancia.
El efecto es evidente en las estadísticas mensuales. En julio de 2025, se registraron solo 4.600 detenciones, el número más bajo desde que existen registros modernos. En meses anteriores, las cifras fluctuaron entre 6.300 y 8.400, muy alejadas de los picos diarios superiores a 8.000 que se dieron durante la administración anterior.
¿Qué ha provocado la disminución en los cruces ilegales?
La tendencia a la baja es consecuencia de una mezcla de factores políticos y operativos:
- Refuerzo disuasivo: La posibilidad real de deportación inmediata o traslado a centros fuera del territorio continental, como Guantánamo o El Salvador, ha desalentado los intentos de cruce, según analistas especializados en políticas migratorias.
- Colaboración internacional: Acuerdos con gobiernos extranjeros, especialmente con México, han limitado el flujo migratorio por rutas clave.
- Cambios en las condiciones regionales: Aspectos económicos y sociales en América Latina también juegan un papel importante, aunque el principal factor detrás del descenso son las nuevas políticas estadounidenses.
Tabla comparativa: Detenciones fronterizas durante las administraciones Biden y Trump
| Año Fiscal | Detenciones (aprox.) | Medidas destacadas |
|---|---|---|
| 2022 (Biden) | 2.200.000 | Programas humanitarios, asilo activo |
| 2024 (Biden) | 1.800.000 | Restricciones parciales, acuerdos con México |
| 2025 (Trump) | 238.000 | Militarización, cierre del asilo, deportaciones masivas |
La controversia: derechos humanos y protestas
Las políticas implementadas por Donald Trump han suscitado una ola de críticas y acciones legales. Organizaciones como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) las consideran “draconianas” y “violatorias del derecho al asilo”. Las redadas migratorias y deportaciones masivas han generado protestas en ciudades como Chicago y Los Ángeles, donde líderes demócratas han denunciado una represión indiscriminada. En ciertos estados, jueces federales han bloqueado temporalmente el despliegue de tropas federales tras incidentes con manifestantes.
Efectos locales: testimonios y cifras sobre el terreno
En lugares que históricamente han sido críticos como El Paso, Texas, la situación ha cambiado notablemente. “Simplemente no estamos viendo a la gente”, señala John Martin, director de una red de albergues. Durante los picos migratorios bajo Biden, atendía a cientos cada día; hoy, esa cifra es casi inexistente.
En comunidades fronterizas como Eagle Pass, Texas, el descenso es palpable. El alcalde Rolando Salinas asegura que las aprehensiones son prácticamente nulas, un fenómeno inédito después de años marcados por crisis migratorias.
Impacto sobre grupos específicos y proyección futura
- Los migrantes cubanos han visto reducidos drásticamente sus intentos por cruzar: solo se registraron 116 en julio de 2025, frente a más de 6.000 en enero del mismo año.
- Durante el primer semestre de 2025, ICE arrestó a más de 300.000 inmigrantes indocumentados; casi el 70% contaba con antecedentes penales o cargos pendientes.
Expertos advierten que este patrón podría cambiar rápidamente debido a fluctuaciones económicas en América Latina y el Caribe o ante modificaciones en las políticas de países emisores. Aunque parece que esta tendencia se estabiliza alrededor de las cifras actuales, el futuro dependerá tanto del clima político como del impacto judicial sobre las normativas más restrictivas.
El debate político y social que se abre
La Casa Blanca celebra estos resultados como un éxito para la seguridad nacional. “Los estadounidenses están más seguros: inmigrantes ilegales delincuentes y drogas peligrosas ya no cruzan nuestra frontera sin control”, afirmó la portavoz Abigail Jackson.
Sin embargo, este debate está lejos de cerrarse por completo. La polarización política respecto a la migración y los derechos humanos continúa creciendo. Las demandas judiciales junto con las protestas podrían influir significativamente en la continuidad de estas políticas actuales. La frontera sur, durante décadas epicentro del flujo migratorio hemisférico, se ha transformado ahora en uno de los mayores laboratorios para experimentar control fronterizo.
Esta nueva realidad plantea desafíos tanto para los migrantes como para las autoridades; una lucha constante entre seguridad y derechos fundamentales se desarrolla ante nuestros ojos. El próximo ciclo electoral junto a cómo evolucionen las crisis regionales definirán el rumbo hacia este fenómeno histórico que sigue reconfigurando el futuro de la movilidad humana en América.
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