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La prensa en papel atraviesa su peor momento histórico en España. Los últimos datos de la Asociación de Medios de Información (AMI) revelan una realidad alarmante: en 2024 se produjo una difusión de apenas 764.000 ejemplares de media diaria, sumando todas las cabeceras adscritas a esta patronal. Esta cifra representa un retroceso del 7,4% respecto al año anterior, con los diarios de información general registrando 635.000 ejemplares.
El hundimiento del sector es dramático si observamos la evolución en la última década. Los datos reflejan una caída de 1,9 millones de ejemplares comparados con la media de 2,7 millones de copias del año 2014. Y el desplome es aún más pronunciado si miramos dos décadas atrás: 3,5 millones menos frente a los 4,3 millones que se registraron en 2004, momento de mayor auge de la lectura de diarios en papel.
El ocaso de un modelo
Este deterioro paulatino confirma que el interés de los consumidores españoles por el formato impreso es cada vez menor. La crisis ha generado un terremoto económico en el sector, con numerosos expedientes de regulación de empleo y fuertes recortes de gastos que han forzado una digitalización acelerada. Las redacciones tradicionales se han reconvertido en generadores de contenidos para sus ediciones online mientras luchan por sobrevivir.
El fenómeno no es exclusivo de España. En todo el mundo, los diarios impresos que durante décadas fueron la principal fuente de información para millones de personas están enfrentando su ocaso. En Estados Unidos, importantes cadenas de periódicos como McClatchy han llegado a declararse en bancarrota, mientras la circulación ha descendido a los niveles más bajos desde 1940. En Europa, medios como The Guardian en el Reino Unido y Le Monde en Francia también han sufrido caídas drásticas en sus ventas.
La migración digital y el nuevo modelo de suscripciones
Los lectores han abandonado masivamente la prensa en papel para volcarse primero en los diarios digitales y posteriormente en las redes sociales. Mientras tanto, el consumo de televisión y radio se mantiene en niveles similares a los de hace una década.
Algunos medios han encontrado en las suscripciones digitales una tabla de salvación. El caso más destacado es El País, que acaba de superar los 400.000 suscriptores, una cifra alcanzada en solo cuatro años y medio desde el lanzamiento de su modelo de suscripción en mayo de 2020. De ese total, casi 392.000 son suscriptores digitales, 29.000 están abonados a la edición impresa, y cerca de 5.000 pagan por la versión en PDF.
Pepa Bueno, directora de El País, destaca el valor simbólico de esta cifra: «Hoy hay tantos ciudadanos que confían en EL PAÍS como en los mejores tiempos de difusión de este periódico en la época analógica en nuestra edición de papel. Y eso después de todos los avatares y crisis que la prensa ha tenido que sortear en este comienzo de siglo».
El ranking de la prensa española
En el panorama actual de los medios impresos españoles, El País se mantiene como el periódico de mayor difusión, excluyendo al gratuito 20 Minutos. Según los datos más recientes, El País supera en aproximadamente 2.700 ejemplares a La Vanguardia, que ocupa la segunda posición con una difusión de alrededor de 49.270 ejemplares.
Los datos del Estudio General de Medios del segundo trimestre de 2024 indican que El País alcanzó 758.000 lectores diarios en su edición impresa, con una tirada de 52.024 ejemplares. Su edición digital se posiciona como el quinto periódico digital en español más consultado del mundo, alcanzando 14.506.583 lectores únicos en septiembre de 2024.
El apoyo gubernamental a un sector en crisis
Ante esta situación crítica, el Gobierno español ha aprobado un salvavidas de 65 millones de euros para la prensa en papel, lo que representa poco más de la mitad de las ayudas que recibirán todos los medios de comunicación en el marco del plan para la regeneración democrática.
Paralelamente, el propio Gobierno destina más de 900.000 euros anuales a la compra de suscripciones de periódicos y revistas en formato físico y digital. El Ministerio de Presidencia es el que más invierte, con un desembolso anual de 280.000 euros para distribuir periódicos entre las diferentes oficinas de La Moncloa. Entre las suscripciones adquiridas por Presidencia, destaca El País con 11.581 ejemplares.
Las tendencias que marcarán el futuro
Según un estudio reciente de KPMG sobre las tendencias que guiarán el futuro de los medios de información en 2025, la mayoría de los directivos encuestados apostarán en el medio plazo por implantar la inteligencia artificial en sus organizaciones, además de continuar trabajando en los modelos de suscripciones con el objetivo de aumentar los ingresos.
Las principales estrategias que los medios planean implementar incluyen:
- Medidas de implantación de IA (78%)
- Incremento de ingresos generados por el modelo de suscripciones (65%)
- Foco en el crecimiento de audiencias (57%)
- Medidas de eficiencia y reducción de costes (38%)
- Medidas para fortalecer el reconocimiento como Medio de Información Socialmente Responsable (42%)
La personalización del contenido se perfila como una de las tendencias más importantes para 2025, aprovechando el auge de la IA y el aprendizaje automático para ofrecer experiencias más adaptadas a cada usuario.
¿El fin definitivo de los periódicos en papel?
Los datos son contundentes: casi la mitad de la población española (48%) no lee prensa en absoluto, según las estadísticas más recientes. Esta realidad, sumada al continuo descenso en las ventas, plantea serias dudas sobre la viabilidad futura del formato impreso.
Los hábitos de consumo han cambiado radicalmente. Los lectores de hoy prefieren acceder a la información a través de dispositivos móviles, como teléfonos celulares o computadoras. Esta tendencia ha relegado al formato impreso a un consumo marginal, principalmente entre los adultos mayores.
A pesar de los esfuerzos por mantener vivo el formato tradicional, la realidad es que los periódicos en papel parecen encaminarse hacia una presencia cada vez más residual en el panorama mediático. Las nuevas generaciones, nativas digitales, apenas tienen contacto con este formato, lo que augura un futuro incierto para un medio que durante siglos fue el principal vehículo de información de la sociedad.
La transformación digital no solo ha cambiado el soporte, sino también la forma de consumir noticias, con contenidos más breves, visuales e interactivos. Los medios que sobrevivan serán aquellos capaces de adaptarse a estas nuevas realidades, ofreciendo contenidos de calidad en formatos acordes a las preferencias actuales de los lectores, mientras encuentran modelos de negocio sostenibles en el entorno digital.
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