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La política exterior de Pedro Sánchez ha alcanzado un punto de inflexión.
La publicación de The Economist esta semana pone el foco en la creciente marginalidad internacional del presidente español, tras su buscado y suicida enfrentamiento directo con Donald Trump y una estrategia diplomática marcada por gestos solitarios y decisiones polémicas.
El marido de Begoña continúa defendiendo sus posiciones ante un entorno cada vez más hostil y escéptico.
La soledad diplomática es palpable y parece aumentar con cada decisión polémica.
El pulso anti-Trump puede tener sentido ideológico pero, sin respaldo colectivo, España queda aislada.
Como concluye The Economist: “La defensa de principios exige construir alianzas; hacerlo solo convierte ese esfuerzo en fútil”.
La pregunta es cuánto tiempo podrá sostenerse este aislamiento antes de que sus consecuencias sean irreversibles.
La imagen internacional del país, en los últimos años colgada del hilo fino que separa la convicción ética del pragmatismo político, se desmorona.
Y mientras se decide ese equilibrio, España se ve obligada por culpa del amo del PSOE a mirar desde fuera cómo otros toman las decisiones clave que marcarán su futuro.
A día de hoy, 12 de septiembre de 2025, el escenario es claro: España ha perdido peso en los foros internacionales y su líder se hunde en una inédita soledad política.
Un aislamiento cada vez más visible
La exclusión de España en la reciente cumbre celebrada en Washington para abordar la guerra en Ucrania es solo el último capítulo de una secuencia preocupante. Mientras líderes como Rishi Sunak, Emmanuel Macron, Olaf Scholz o Ursula von der Leyen participaban activamente, la ausencia de Sánchez fue interpretada en Madrid como un revés diplomático y, según The Economist, evidencia el deterioro del vínculo con Estados Unidos.
- El motivo principal: la animadversión personal de Trump hacia Sánchez.
- España fue el único país de la OTAN que rechazó frontalmente el aumento del gasto militar al 5% del PIB, incumpliendo acuerdos previos.
- La exclusión se extiende a otras reuniones clave sobre seguridad, defensa y el futuro europeo, donde España ya no forma parte del núcleo duro.
La cruzada personal y sus costes
El semanario británico señala que la postura combativa contra Trump responde menos a intereses nacionales que a una táctica para reforzar alianzas internas y consolidar la posición de Sánchez frente a sus socios de gobierno. Esta «cruzada» busca mostrar liderazgo progresista en Europa pero, según The Economist, se ha traducido en pérdida de influencia real:
- La estrategia anti-Trump ha restado capacidad negociadora a Madrid en temas cruciales como Ucrania y seguridad colectiva.
- El alineamiento con líderes de izquierda latinoamericana y las críticas al marco digital estadounidense han generado simpatías puntuales pero también recelos crecientes en Bruselas y otras capitales europeas.
- La defensa solitaria frente al trumpismo convierte los esfuerzos diplomáticos españoles en «fútiles» si no van acompañados por la construcción de coaliciones.
De socio fiable a país problemático
Los efectos trascienden las relaciones bilaterales. España ha dejado de ser vista como un interlocutor estable para sus aliados tradicionales. El acercamiento estratégico a China, como demuestra el contrato con Huawei para gestionar escuchas judiciales, ha generado inquietud tanto en Washington como en la UE. Estados Unidos llegó a calificar la decisión como «jugar con fuego», y congresistas estadounidenses pidieron formalmente a Trump revisar los acuerdos de intercambio de inteligencia con España.
A esto se suma:
- La negativa a incrementar el presupuesto militar según lo pactado en la cumbre OTAN.
- El fracaso legislativo para aprobar presupuestos propios.
- Las reprimendas públicas desde Bruselas por corrupción y falta de estrategia anticorrupción.
- El recorte multimillonario de fondos europeos NextGeneration por incumplimientos reiterados.
España aparece ahora como un socio poco fiable, incapaz de cumplir compromisos y afectado por escándalos que erosionan su prestigio internacional.
Impacto institucional y percepción global
Medios internacionales como Financial Times, The Times, The Guardian e incluso Der Spiegel han retratado recientemente a Sánchez como un líder desgastado por casos judiciales y luchas internas. El deterioro institucional se refleja en los datos: según el Banco Mundial, España ha registrado la mayor caída en Estado de derecho entre las democracias avanzadas desde 2000 hasta 2023. La confianza internacional construida durante décadas se está desmoronando.
- Los escándalos del PSOE, desde el ‘caso Koldo’ hasta investigaciones a colaboradores cercanos, completan este cuadro negativo.
- La ley de amnistía para los implicados en el intento secesionista catalán ha dañado la credibilidad democrática nacional e internacionalmente.
¿Una salida posible?
The Economist no duda en calificar al presidente socialista como «pato cojo» y recomienda abiertamente su dimisión para restaurar la confianza democrática española. Las encuestas reflejan un desencanto creciente entre los ciudadanos, solo superado por Bulgaria, Grecia y Eslovenia. Los aliados parlamentarios marcan ahora la agenda política nacional, dejando al partido socialista sin control real sobre las decisiones estratégicas.
En este contexto, España queda relegada a un papel secundario:
- Excluida del club central europeo.
- Marginada en decisiones cruciales sobre Ucrania y seguridad continental.
- Visto como país alineado con regímenes autoritarios por algunos actores occidentales.
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