No se para en barras.
Juan Luis Cebrián sacude de lo lindo este 4 de noviembre de 2024 a Pedro Sánchez por su gestión y su actitud ante los devastadores efectos de la DANA en la provincia de Valencia.
En su tribuna en ‘The Objective‘ resalta su falta de ganas por visitar los lugares de la catástrofe:
El caballero Sánchez llegó a España, procedente de un triunfal paseo por la India, la mañana siguiente a la noche del apocalipsis sucedido en Valencia. Cansado como estaba de atenciones y elogios, no tuvo prisa en viajar al lugar del desastre, a fin de enterarse de la magnitud del problema, limitándose a convocar un comité de crisis de cuya efectividad nada sabemos.
Critica que, a pesar de lo que estaba sucediendo en la provincia levantina, priorizó el asalto a RTVE:
Mientras tanto el Congreso de los Diputados, en nombre del luto por las víctimas, guardaba un minuto de silencio y suspendía la sesión de insultos entre el poder y la oposición habitual de todos los miércoles. Pero no hizo así con el último ataque a la libertad de expresión, junto con el más reciente reparto de favores a militantes adictos y amiguetes, procurándose un consejo de la televisión pública que garantice la obediencia debida al mando.
Juan Luis Cebrián subraya lo sucedido con la visita institucional a Paiporta y las palabras de Pedro Sánchez para intentar quitarle hierro a las protestas:
Para terminar empeorando las cosas el jefe del Gobierno después de su desastrosa visita de ayer a un pueblo destruido por la catástrofe, en la que fue víctima de insultos y agresiones, acusó a los revoltosos de ser minorías políticas violentas. Ignoraba que ante lo que se enfrentó era un pueblo desesperado, y con razón, porque nadie le ayudó cuando lo necesitaba salvo el esfuerzo de los voluntarios y el testimonio de los reporteros que daban fe de que a ningún representante del Estado había acudido a ayudar a hombres y mujeres, desde ancianos a menores de edad, que defendían sus vidas y sus propiedades victimas ahora de la imprevisión y la especulación de muchos años.
Y deja bien claro que la figura de Pedro Sánchez en esa jornada del 3 de noviembre de 2024 en la localidad valenciana se asemejó más a la de un monigote que a la de un gobernante de talla:
Todos vimos que el rey de España, Jefe del Estado, y la reina Letizia dieron una lección de ciudadanía y saber hacer a un jefe del Ejecutivo que huyó de la plebe porque la plebe no le aplaudía. Su declaración, como siempre impermeable a las preguntas de los periodistas, puso de relieve la falta de empatía que este gobernante tiene con su pueblo, su arrogancia y su desvergüenza que están aniquilando la historia y el esfuerzo de millones de antiguos electores socialistas. Mirándole a la cara no puede uno menos de exclamar lo que ya dijera de la II República don José Ortega y Gasset: «No es esto, no es esto». Porque esto parece más bien un monigote.