Dicen que la cara es el reflejo del alma.
Y la faz que iba poniendo Xavier Sardá en el programa ‘TardeAR‘ fue demasiado elocuente como para que la presentadora, Ana Rosa Quintana, ignorase la misma.
La periodista del espacio vespertino de Telecinco, viendo que a su tertuliano no le estaba gustando el nivel de críticas contra Pedro Sánchez por la gestión nefasta de la DANA, le tuvo que recordar lo obvio, que en su plató se criticaba a partes iguales a unos y a otros, que lo de quedarse solo en poner a caldo a Carlos Mazón, el presidente de la Generalitat Valenciana, era algo de otras cadenas.
Sardá ya empezó por cuantificar el nivel de culpabilidad para darle el mayor grado al presidente valenciano:
Decir ahora que es una pelea entre dos, que los dos están al mismo nivel, perdonadme, no olvidemos que el señor Mazón aquel día no se sabía dónde estaba, ni con quién estaba, ni qué estaba haciendo. Era el día más importante de su trayectoria. No, sabemos dónde estaba y con quién estaba y lo que estaba haciendo.
Carlos Cuesta, de manera irónica, se adhirió a la crítica de Sardá para acto seguido poner las cosas negro sobre blanco:
Mira, te voy a dar la razón. Y precisamente por eso el otro organismo que estaba a través de la delegada del gobierno en todas las reuniones tendría que haber cogido las riendas. Mira, esto es literalmente como si me planteas un ejemplo. Va una abuela y una madre y van con un cochecito de niño. Y ve la abuela que a la madre se le escapa el cochecito de niño. Bueno, pues decide la abuela enviarle un mail a la madre. Pues no, evidentemente actúas, evidentemente declaras la emergencia nacional y coges el toro por los perros para salvar vidas. ¿Qué es lo importante, Javier? ¿Qué es lo importante, salvar vidas o salvar cargos políticos?
Sardá siguió erre que erre:
El gobierno español el primer día hace esto y se arma una zapatiesta. No podía hacerlo.
La presentadora no estaba conforme:
No se puede tardar cinco días en mandar al Ejército. No se puede tardar cinco días. Y con 500 de la UME. Y hay un problema, que hay otro señor que tiene que dimitir. Hay un señor que tiene que dimitir. Porque no se ocuparon en absoluto del barranco del Poyo. Ni lo miraron. No, no, no. Estaban preocupados por el Magro y por la presa que era la que iba a estallar, no iba a estallar. Y nadie miró el barranco del Poyo. Y el barranco del Poyo tiene un estudio hace 15 años para arreglarlo. Y además no se pueden tocar las cañas. Y además los agricultores han protestado porque eso había que limpiarlo. Y además es que antes de que meta la pata Mazón, que la ha metido, y es que vamos a ver…
En ese momento, Ana Rosa se percata de las caras que ponía Sardá y quiso zanjar la polémica.
Perdona, en este programa no es como en otros sitios. Aquí repartimos las culpas. El que la tiene de un lado y el que la tiene de otro. Hay en otros sitios que solamente se mira a Mazón.