Por el hombre y el cobre llega abrazo de bronce.

Sobre los hombros curvos
un sol ardiente y rojo
anuda el cable sierpe
de fuego ya dormido
no es oro no ni es plata
es latido del mundo
la fuerza que lo pulsa
y la veta que fundo.

Sus manos son callosas
con su trabajo humilde
sostienen todo el peso
la carga que se cumple
y no busca la gloria
ni ese canto del triunfo
solo la quietud dada
al esfuerzo continuo.

En su mirada un mar
de quietud y fatiga
refleja el sol en piel
es la historia que obliga
y el cobre es el testigo
de su andar tan callado
con peso compartido
en destino sellado.

La tierra que lo espera
con sus sedientos campos
para que el cobre fluya
por los arcenes blancos
y él es el portador
de la fuerza escondida
que un simple mortal vive
con la carga querida.

Cuando el sol se desploma
en cielo anaranjado
y ese hombre y ese cobre
mudos se han abrazado
por lo escrito en el polvo
y sudor del cansancio
con la belleza humilde
de instante de descanso.

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ISBN: 9781008924512
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