Koldo grabó a Cerdán, hablando de comisiones ilegales y hay temblor en Ferraz

El escándalo de las comisiones ilegales que salpica al PSOE ha vuelto a detonar con fuerza. Koldo García Izaguirre, exasesor de José Luis Ábalos y conocido como el «sicario» de este último, se ha convertido en una pieza clave al desvelarse que habría grabado al número tres del partido, Santos Cerdán, hablando sobre presuntos pagos irregulares vinculados a contratos públicos. A medida que avanza la investigación judicial, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil acumula pruebas que sitúan a Cerdán —mano derecha de Pedro Sánchez— en el epicentro de la trama Koldo, generando una inquietud sin precedentes en Ferraz.

Las grabaciones no son un asunto menor. Según fuentes próximas al caso, los audios y mensajes hallados en dispositivos incautados a Koldo reflejarían maniobras para manipular concursos públicos a cambio de comisiones ilegales. La sombra de una posible imputación se cierne sobre Cerdán, lo que podría provocar un terremoto político capaz de poner en jaque tanto al PSOE como al propio presidente del Gobierno.

Claves del escándalo: grabaciones, patrimonios y nerviosismo en Ferraz

El material encontrado por la UCO no se limita a simples conversaciones. Se han localizado chats y grabaciones almacenadas en dispositivos electrónicos encriptados —incautados durante los registros realizados a Koldo García— donde se menciona directamente a Santos Cerdán. Estos documentos implicarían al secretario de Organización socialista en una operativa para amañar adjudicaciones públicas, favoreciendo así a empresas afines mediante el cobro de mordidas.

• Chats y audios: Los expertos forenses lograron acceder a memorias protegidas donde aparecen mensajes entre Koldo y Cerdán sobre concursos públicos y adjudicaciones.
• Investigación patrimonial: La UCO también sigue el rastro de un incremento patrimonial sospechoso en torno a Cerdán, incluyendo la compra de propiedades y vehículos supuestamente financiados con dinero procedente de sobornos.
• Silencio tenso: Desde que trascendieron estas pesquisas, ni Cerdán ni el PSOE han hecho declaraciones públicas relevantes. El diputado por Navarra guarda un perfil bajo mientras los agentes examinan movimientos financieros suyos y de su entorno familiar.

Uno de los episodios más llamativos es la declaración judicial del empresario Víctor de Aldama —considerado uno de los principales comisionistas— quien aseguró haber entregado personalmente 15.000 euros en efectivo a Santos Cerdán como parte del sistema organizado para repartirse mordidas derivadas de contratos públicos. Este extremo ha sido negado rotundamente por el propio Cerdán, aunque su nerviosismo ante las preguntas parlamentarias es cada vez más palpable.

Si cae Cerdán… ¿se tambalea Sánchez?

El efecto dominó es innegable. Una eventual imputación formal contra Santos Cerdán supondría una crisis interna sin precedentes para el PSOE. No solo porque pondría bajo sospecha ocho años de liderazgo orgánico en la formación, sino porque afectaría directamente al círculo más próximo de Pedro Sánchez. El presidente ha respaldado repetidamente a su secretario de Organización, incluso tras destituir a Ábalos en 2021 por presiones internas tras los primeros indicios del caso Koldo.

En círculos socialistas ya se habla abiertamente del «fin político» para Sánchez si la UCO señala sin ambages a Cerdán como pieza clave del engranaje corrupto. El secretario general tendría muy difícil explicar ante la opinión pública y sus bases cómo su mano derecha pudo estar involucrada —y durante tanto tiempo— en una red para amañar contratos públicos. Además, cualquier decisión judicial contra Cerdán tendría que pasar por el Tribunal Supremo debido a su condición de aforado; aun así, el daño mediático sería inmediato.

No es solo cuestión interna: la oposición ya prepara una ofensiva parlamentaria y mediática para exigir responsabilidades políticas al máximo nivel si se confirman las sospechas sobre Cerdán. Un escenario que recuerda a otras crisis históricas —como Filesa o los ERE andaluces— pero con un añadido explosivo: ocurre con Pedro Sánchez aún en Moncloa y tras haberse presentado como adalid de la regeneración democrática.

El testimonio (y las heridas) de Ábalos

En este contexto aparece el testimonio incendiario de José Luis Ábalos, exministro defenestrado por Sánchez tras los primeros coletazos del caso Koldo. Ábalos sostiene que su cese fue fruto «de una operación de intriga», asegurando que «le dieron al presidente información sobre mí» para justificar su destitución. Este relato añade capas al drama interno socialista:

• Ábalos insinúa traiciones internas y luchas intestinas entre facciones socialistas.
• La versión del exministro apunta directamente a maniobras desde Ferraz para protegerse ante las primeras filtraciones judiciales.
• Todo ello mientras crece el rumor sobre si otros dirigentes también fueron grabados o vigilados por Koldo García.

En definitiva, lo que comenzó como una investigación sobre mascarillas durante la pandemia ha derivado en una auténtica guerra fría dentro del socialismo español. Con cada filtración, aumenta la sensación de desconfianza entre los dirigentes históricos del partido.

Curiosidades (y algún apunte casi novelesco)

• El teléfono móvil incautado a Koldo García era tan sofisticado que necesitó semanas para ser desencriptado por expertos informáticos.
• El supuesto pago a Cerdán —según Aldama— tuvo lugar nada menos que frente a la sede central del PSOE en Madrid; un acto tan osado como simbólico.
• Los investigadores han localizado fincas compradas por familiares próximos a Cerdán cerca del parque natural de Las Bardenas Reales, lo que añade un toque casi literario al caso.
• En paralelo al caso Koldo, se investiga otra trama relacionada con hidrocarburos donde vuelven a aparecer nombres clave vinculados al Gobierno central.

El escándalo sigue creciendo mientras las miradas se fijan en Ferraz… porque si cae el número tres socialista señalado por la UCO —y con él todo el entramado descrito— puede que no haya cortafuegos suficiente para evitar un incendio político histórico.