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Parece claro quién va a gobernar. La duda reside en cómo lo hará.
Quedan poco más de dos de días para las elecciones autonómicas que se celebran este domingo 21 de diciembre en Extremadura y está claro que la derecha va a arrasar a la izquierda y la incertidumbre es si el Partido Popular alcanzará una mayoría absoluta o tendrá que gobernar con VOX.
Los resultados del escrutinio, además de conformar el parlamento extremeño, serán fundamentales para hacer una radiografía de la política nacional.
Los resultados vendrán marcados, en Cáceres, por la comarca que rodea Almaraz, lugar donde se encuentra la central nuclear, abocada a su desaparición con el Gobierno Sanchez. Y en Badajoz por un incremento notable de la abstención, que castigará al corrupto PSOE.
A tan solo tres días de las elecciones autonómicas, las encuestas revelan un consenso innegable: el PP de María Guardiola se perfila como el claro favorito, aunque probablemente no alcanzará la mayoría absoluta para gobernar sin aliados. Por su parte, VOX se posiciona como el jugador clave y el PSOE se enfrenta a la posibilidad de obtener su peor resultado histórico en la comunidad.
El próximo domingo no solo se decidirá quién tomará las riendas de la Junta de Extremadura.
También comienza un nuevo capítulo en un ciclo electoral que se extenderá hasta 2027 -o antes, si Pedro Sánchez adelanta las elecciones-, afectando directamente las estrategias de Alberto Núñez Feijóo, el margen de acción de Santiago Abascal y la capacidad del socialismo para conservar su influencia territorial.
En medio de todo, se ha conocido el robo en las oficinas de Correos, ubicadas en distintas localidades de la comunidad.
Lo que dicen las encuestas: PP arriba, pero atado a VOX
Las principales proyecciones publicadas recientemente muestran un patrón claro: un cambio evidente hacia la derecha, una caída del PSOE y un crecimiento sostenido de Vox.
Algunos datos relevantes:
- El promedio elaborado por DatosRTVE coloca al PP cerca de 30 escaños y un 43% del voto; el PSOE descendería a 21 diputados con un 29%, mientras que Vox aumentaría hasta 9 escaños con cerca del 14%, y Unidas por Extremadura rondaría los 5.
- Un análisis agregado de sondeos realizado por un medio nacional refleja resultados similares: PP en el 43%, PSOE en el 29,2%, Vox en el 13,5% y UxE en el 8,9%.
- La encuesta de GAD3 para ABC apoya este escenario: estima al PP entre 31 y 32 diputados, al PSOE entre 19 y 20, a Vox entre 7 y 9, y a la izquierda alternativa con 6 escaños.
- El último sondeo de Sigma Dos para otro diario nacional reafirma esta idea: PP líder con el 41,9% y entre 28 y 30 escaños; PSOE hundido en el 28,7% con entre 19 y 21; Vox disparado al 15,7% con entre 9 y 11; Unidas por Extremadura entre 5 y 6.
La mayoría absoluta está fijada en 33 escaños dentro de una Asamblea compuesta por 65 diputados. Ningún estudio serio otorga a Guardiola esa cifra para gobernar sin apoyo: todos coinciden en que necesitará a Vox para lograr la investidura.
En términos de bloques políticos, el diagnóstico es contundente:
- La derecha (PP + Vox) podría alcanzar entre el 55% y casi el 58% del voto total.
- La izquierda (PSOE + Unidas por Extremadura) quedaría alrededor del 38‑40%.
Lo significativo no es solo quién resultará vencedor, sino también cómo lo hará. En las elecciones de hace tres años, el PSOE obtuvo más votos por apenas una diferencia de siete mil papeletas; ahora las encuestas indican una brecha superior a los trece puntos que favorece al PP, además de una caída socialista superior a diez puntos en la estimación del voto. Para una comunidad donde el PSOE ha gobernado durante más de tres décadas, este cambio tiene implicaciones profundas.
Abstención, fin de ciclo socialista y lecciones para 2027
Más allá del ganador del próximo domingo, las elecciones extremeñas ofrecen pistas sobre lo que podría suceder también en otras elecciones autonómicas o generales hasta el año indicado.
Se prevé una abstención mayor en comparación con los comicios anteriores: se estima que unos 25.000 votantes menos acudirán a las urnas, destacando especialmente una caída significativa en los votos emitidos por correo. Esta falta de participación afecta principalmente a antiguos votantes del PSOE, quienes concentran gran parte tanto del electorado indeciso como del desmovilizado.
La erosión sufrida por los socialistas coincide con un aumento notable del apoyo a partidos situados a la izquierda del PSOE, representados por Unidas por Extremadura; estos podrían sumar uno o dos escaños adicionales respecto al año anterior, lo cual representa solo un alivio parcial frente al desplome del bloque central.
El domingo servirá también como indicador sobre tres debates cruciales que marcarán la política española durante los próximos años:
Si este “voto joven” consolida su giro hacia opciones rupturistas dentro de la derecha, representadas principalmente por Vox, o si simplemente constituye una respuesta temporal susceptible de ser absorbida nuevamente por mensajes pragmáticos provenientes del PP.
Si finalmente agricultores y ganaderos desilusionados encuentran en Vox un vehículo confiable para expresar sus protestas contra Europa o si, por el contrario, logran recomponer vínculos tradicionales gracias a una gestión eficaz de los fondos europeos ofrecidos desde dicho partido.
Si el PSOE logra reconstruir suelo electoral en territorios clave donde antes fue columna vertebral, como Extremadura, o si entra en una fase prolongada de repliegue territorial.
Todo ello bajo un claro telón de fondo: estos comicios marcan el inicio de un ciclo largo que, hasta el año mencionado, decidirá no solo gobiernos autonómicos, sino también el equilibrio de fuerzas generales en el ámbito nacional.
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