El monasterio de la Santa Faz, de la Hermanas Clarisas, conserva uno de los pliegues del sudario con el que la Verónica secó el rostro de Cristo en su camino al monte Calvario
Alrededor de 250.000 alicantinos han peregrinado este jueves al monasterio de la Santa Faz en una romería que se repite desde hace 534 años y que este año tiene carácter de «Año Jubilar», merced a una concesión otorgada por Benedicto XVI pocas fechas antes de presentar su renuncia.
Posiblemente esta cirunstancia y el buen tiempo que ha acompañado la jornada ha hecho que esta edición haya sido una de las más concurridads de los últimos tiempos. Según el concejal de Seguridad, Juan Seva, se han contabilizado entre 260.000 y 270.000 personas, unas 10.000 más que en la anterior edición.
Pese a esta circunstancia, apenas se han producido incidencias. Los servicios de emergencia habían atendido a mediodía a una veintena de personas por lipotimias y rozaduras. El caso más grave, el de una mujer que ha sufrido una caída al inicio de la romería y ha tenido que ser atendida por traumatismo craneoencefálico, según ha informado Seva.
Los más madrugadores
También ha sido una de las romerías a Santa Faz más madrugadoras. A las seis de la mañana, mucha gente se agolpaba ya en la plaza de la Concatedral de San Nicolás, a pesar de que la romería no se inicia hasta las ocho de la mañana. De hecho, ha habido cierto retraso y ha partido a las ocho y cuarto para llegar sobre las diez a la ermita. Se trata de la primera romería presidida por el obispo Jesús Murgui, quien ha explicado que, tanto él como la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, remitirán una solicitud al Vaticano para que el Papa Francisco pueda asistir a alguna próxima edición de este tradicional evento.
También se ha caracterizado por la poca presencia de políticos. En la romería de este año, ha estado presente el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, flanqueado por la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo y el vicealcalde, Agustín Llorens. También han asistido los consellers Máximo Buch, Isabel Bonig, Asunción Sánchez Zaplana y José Císcar. Junto a ellos, representación de la corporación municipal y los alcaldes de Bussot, Sant Joan o Mutxamel, entre otros. La alcaldesa de la Diputación, Luisa Pastor y el presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino, no han recorrido los kilómetros que separan Alicante de Santa Faz pero han asistido a la homilía, en la que el obispo Murgui ha dedicado parte de sus palabras a la situación de crisis.
Anécdotas
Durante el transcurso de la Romería se han visto pocas protestas, a diferencia de otras ocasiones en las que colectivos de distinta índole han aprovechado para reivindicar variedad de asuntos. Únicamente se ha descolgado una pancarta de la pasarela de la Avenida de Dénia y han participado algunos profesores interinos vestidos con camisetas verdes y motivos referentes a la decisión de Conselleria de rebaremar las listas en función de las notas de la oposición.
Aparte de esto, uno de los curas que participaban en el recorrido, Manuel Marco, ha padecido un golpe de calor y se ha parado un momento, siendo atendido por Sonia Castedo. Finalmente, se ha solicitado un vehículo para que Marco pudiera realizar el resto del trayecto.
Uno de los momentos más singulares se ha vivido cuando ha saltado la alarma del camarín que custodia la imagen de Santa Faz en el moemnto en el que estaba abriéndola el concejal de Seguridad, que este año ostenta la función de concejal síndico (encargado de este acto). Lo curioso es que, en la prueba realizada el pasado lunes, cuando Seva abría el camarín, la cerradura se rompió y el edil se quedó con el bombín en la mano.
Tradición centenaria
«La Peregrina», como así es denominada, combina el ambiente festivo -día no laborable en Alicante- con el fervor religioso, ya que el origen y el sentido de esta romería está ligado a la tradición cristiana.
Según ésta, el monasterio de la Santa Faz, de la Hermanas Clarisas, conserva uno de los pliegues del sudario con el que la Verónica secó el rostro de Cristo en su camino al monte Calvario.
Desde que en 1490, el Papa Inocencio VIII, concedió gracias espirituales a quienes visitaran el templo de la Santa Faz, son muchos los Pontífices que han reconocido su importancia (Clemente VII, Urbano VII, Gregorio XIII, Inocencio XII, Inocencio XIII, Benedicto XIV, Pío VI y Benedicto XVI).
Este último declaró 2013 como «Año Jubilar» de la Santa Faz y hace un año concedió indulgencia plenaria a todos los que peregrinen al monasterio de la Santa Faz hasta 2019.
El milagro de la lágrima
Fue en 1489 cuando, según las crónicas, se produjo el primer milagro conocido.
Por aquel entonces, un sacerdote del municipio alicantino de Sant Joan d’Alacant, Pedro Mena, en un viaje a Roma, recibió un regalo de un cardenal: «una gasa de hilo o de finísimo algodón, en la que estaba empapado el rostro de Jesús», según narró el cronista alicantino Viravens en 1876.
A su regreso, el religioso encontró la tela desplegada sobre el resto de sus pertenencias guardadas en un arca cuando había sido colocada en el fondo del mismo; años después, una lágrima caída del rostro y una levitación en dos procesiones dieron cuerpo a este culto, según recogen los cronistas.
De San Nicolás a Santa Faz
La romería al monasterio, situado a ocho kilómetros de la capital alicantina, ha partido a las ocho y cuarto de las mañana desde la concatedral de San Nicolás, en pleno casco antiguo de la ciudad y a escasos metros de la plaza consistorial, desde donde habitualmente parte a la misma hora una «comitiva» cívica integrada por representantes de partidos políticos de izquierda.
Minutos antes de su inicio se han repartido unas 15.000 cañas entre los romeros, muchos de ellos con el clásico blusón negro de labrador y el pañuelo blanquiazul.
Durante el camino ha habido ocasión de reponer fuerzas en una «paraeta» a mitad de trayecto, donde se repartirán 1.000 litros de dulce mistela y una tonelada de rollitos de anís.
Una vez en el caserío de las monjas Clarisas la comitiva oficial, se ha procedido a la apertura del camarín donde se conserva la reliquia de la Santa Faz bajo tres llaves.
El ayuntamiento ha diseñado un dispositivo extraordinario de seguridad integrado por 220 policías locales, 120 voluntarios de Protección Civil y 12 bomberos, a los que se suma la colaboración de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
(Rd/Agencias)
