Todo parecía indicar que la modelo Kate Moss y el cantante Pete Doherty iban a contraer matrimonio el pasado viernes en una ceremonia civil que se celebraría en Londres, pero de nuevo la pareja vuelve a sorprender, tras la decisión de la modelo de viajar a Tailandia en compañía de su hija, Lila Gracea, para pasar el Fin de Año y poner, de esta manera, tierra de por medio en su relación con el polémico cantante de los Babyshambles.
Cuenta Ana Asensio en ABC, que a Pete parece no haberle hecho mucha gracia el viaje en cuestión y, según relataron amigos del rockero a «The Sun», está pensando seriamente en seguir a su amada hasta el exótico país.
Pero el asunto no es tan fácil como pudiera parecer, ya que Pete sólo tiene permiso judicial para emprender viajes cortos. Además,los amigos del músico reconocen que Tailandia no es precisamente el lugar más indicado para una persona que se encuentra en plena fase de desintoxicación de drogas.
Este rocambolesco capítulo es el último de una serie innumerable protagonizada por esta pareja de famosos que han vivido una larga y tormentosa relación envuelta en escándalos relacionados con drogas y alcohol por parte de ambos, especialmente por la de Doherty, quien ha protagonizado además varios episodios violentos.
La modelo, aunque goza de una mejor imagen, sufrió este año las consecuencias de unas fotografías en las que aparecía consumiendo cocaína y con un semblante más que dudoso. Aunque las instantáneas hicieron tambalearse por un momento su carrera, la estrella de las pasarelas logró remontar el vuelo y resurgir cual ave fénix con la firma de varios contratos multimillonarios.
Kate Moss, que partió del aeropuerto de Heathrow el miércoles por la noche en compañía de su hija y de dos amigas, está invitada a un lujoso resort de la ciudad tailandesa de Phuket, en el que también residirá la duquesa de York, Sarah Ferguson, y sus dos hijas, Beatriz y Eugenia. Todas ellas fueron invitadas a pasar la Nochevieja por un amigo común, David Tang, y su esposa, Lucy, según publica una web.
De cualquier manera, los planes de esta pareja son a todas luces imprevisibles. Tal vez, y a pesar de la justicia, el rockero y la modelo hayan decidido despedir juntos el año en las paradisíacas playas del Índico, o incluso cambiar el escenario de su boda, del frío Londres a las cálidas playas tailandesas.
Quizás las sorpresas no han hecho nada más que comenzar.
