Escándalo en redes por la falsa monja chilena

La caída de “Madre Teresa”: detrás del hábito, un estafador reincidente

La mujer que conquistó TikTok como madre Teresa ha sido desenmascarada como Andrés Alfaro Araya, un estafador con antecedentes de hacerse pasar por sacerdote y nuevos fraudes bajo una identidad religiosa.

La caída de “Madre Teresa”: detrás del hábito, un estafador reincidente

En las últimas horas, la historia de la supuesta monja conocida como Madre Teresa ha sacudido las redes sociales y los medios chilenos. Su presencia en plataformas como TikTok, donde compartía vídeos cantando, bailando y vendiendo objetos religiosos, la convirtió en un fenómeno viral que atraía a numerosos seguidores gracias a su aparente devoción y obras benéficas en hospitales. Sin embargo, detrás de esa imagen piadosa y del hábito blanco se ocultaba un pasado sombrío: la verdadera identidad de la “Madre Teresa” es Andrés Alfaro Araya, un hombre con antecedentes por estafa que ya fue detenido en 2016 por hacerse pasar por sacerdote y engañar a familias vulnerables.

El escándalo estalló cuando medios nacionales y el programa Contigo en la Mañana de Chilevisión confrontaron a la religiosa sobre su oscuro pasado. Alfaro confesó haber cambiado legalmente de nombre y género en 2022, defendiendo su nueva vida como monja y afirmando pertenecer a la congregación Samaritanas del Corazón de Jesús y a la Iglesia Episcopal Anglicana de Chile. Sin embargo, tanto la Iglesia Anglicana como la Conferencia Episcopal han desmentido cualquier vinculación oficial con él.

Del fraude inmobiliario a las redes sociales

El historial de Alfaro Araya se remonta a enero de 2016, cuando fue arrestado por la Policía de Investigaciones en Copiapó, al norte de Chile. En aquel entonces, bajo los alias “Fray Alejandro del Santísimo Trino de los Laicos Dominicanos y de la Beata Teresa de Calcuta”, ofrecía viviendas sociales a familias humildes que jamás llegaron a materializarse, acumulando un fraude cercano a los 20 millones de pesos chilenos (aproximadamente 21.000 euros). Su modus operandi incluía promesas engañosas y documentos falsificados, aprovechándose de la confianza depositada por quienes buscaban mejorar su situación habitacional.

Ocho años después, Alfaro resurgió en redes sociales bajo la identidad de “Madre Teresa”, presentándose como religiosa y dedicándose a vender rosarios y otros artículos religiosos. Además, difundía vídeos sobre obras benéficas y actividades musicales. Su relato sobre una conversión personal atrajo simpatía entre muchos, pero pronto surgieron nuevas denuncias por estafa dirigidas hacia sus seguidores virtuales.

Las nuevas acusaciones: rifas y donaciones bajo sospecha

La controversia actual no se limita al pasado. Alfaro enfrenta acusaciones por solicitar dinero a sus seguidores, alegando necesitar fondos para tratar un supuesto tumor cerebral. Testigos han afirmado haber comprado rifas y realizado donaciones con el deseo de ayudarlo en su enfermedad; sin embargo, el destino real de esos fondos resulta incierto. En entrevistas recientes, Alfaro ha negado haber organizado rifas en TikTok o haber pedido dinero directamente, argumentando que fueron sus seguidoras quienes impulsaron colectas y que todo lo recaudado se destinó a cubrir gastos médicos.

En pantalla mostró documentos médicos que supuestamente confirman su diagnóstico: dislipidemia, diabetes tipo 2, hipertiroidismo y un tumor cerebral mucosele intracelar sólido que sería inoperable. Sin embargo, la falta de claridad sobre cómo se gestionaron las donaciones junto con las contradicciones en su relato han avivado el debate tanto en redes sociales como entre los afectados.

Perfil del personaje: entre el disfraz y la reinvención

La historia de Andrés Alfaro Araya es un claro ejemplo del poder de reinvención que ofrece la era digital. Tras ser descubierto como falso sacerdote y estafador, logró crear una nueva identidad como monja, aprovechando tanto la viralidad como el anonimato que brindan las redes. Su habilidad para conectar emocionalmente con su audiencia le permitió ganar miles de seguidores, a pesar de sus antecedentes penales y las denuncias públicas que lo acechan.

Alfaro asegura haber encontrado su verdadera vocación: “Siempre fui Madre Teresa; ella siempre estuvo golpeando ahí la puerta”, declaró recientemente. No oculta su pasado pero insiste en que su labor actual es auténtica; sostiene que las críticas solo se centran en errores cometidos hace una década. Defiende su pertenencia a una iglesia reconocida y su derecho a ejercer como religiosa tras su cambio legal de género y nombre.

Anécdotas y curiosidades

  • En sus vídeos aparece frecuentemente el llamado “padre Eugenio”, presentado como su hermano religioso; sin embargo, investigaciones periodísticas sugieren que podría ser su pareja sentimental con quien reside en la exclusiva comuna santiaguina de Las Condes.
  • Su antiguo alias “Fray Alejandro del Santísimo Trino” le permitió engañar durante años a varias comunidades camuflándose entre ambientes religiosos y sociales.
  • La defensa más repetida por Alfaro ante las cámaras es que “jamás he lucrado con el hábito. Ese fue el pasado”.
  • Documentos exhibidos en televisión detallan una serie de enfermedades crónicas que justificarían sus pedidos de ayuda; no obstante, sigue habiendo dudas sobre la veracidad del destino final de los fondos recaudados.

El impacto social y el debate sobre la fe en la era digital

El caso de la falsa “Madre Teresa” pone en evidencia lo vulnerable que puede ser muchas personas ante figuras carismáticas que utilizan religión y caridad como fachada. La combinación entre redes sociales, anonimato y viralidad facilita historias que pueden culminar en fraudes económicos o emocionales. La Conferencia Episcopal lamenta que “algunas personas puedan aprovecharse de la buena fe ajena causando confusión y posibles perjuicios económicos”.

La historia de Alfaro Araya es un recordatorio para todos nosotros: vivimos tiempos donde las plataformas digitales amplifican cualquier mensaje; así que verificar lo que vemos se vuelve indispensable. La “Madre Teresa” de TikTok ha demostrado cómo el disfraz puede seducir a miles pero también cómo al final la verdad siempre encuentra maneras para salir a flote.

La comunidad chilena sigue buscando respuestas tras este escándalo; exige claridad. Mientras tanto, Alfaro defiende su nueva vida junto a su labor caritativa convencido de que “lo que se hace actualmente” es lo realmente importante. Sin embargo, las heridas abiertas por sus engaños pasados aún tardarán tiempo en sanar.

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