Baltasar Garzón ha vuelto a la primera línea mediática con polémico artículo en El País donde califica sin ningún tipo de ambages que la decisión de la Fiscalía de pedir 375 años de prisión a los agresores de dos guardias civiles en Alsasua es una barbaridad–Repaso de Inda a Sardá: «Lo de Londres, como lo de Alsasua, es terrorismo, no delincuencia»–.
Al otrora ‘juez estrella’ le han caído hostias como panes en una semana donde la sociedad vuelve a estar muy sensibilizada con todo lo referente al terrorismo etarra tras las conmemoraciones del 20 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco y donde la paliza de Alsasua vuelve a retrotraernos a los tiempos más oscuros de la opresión terrorista–Alsina descubre que Iglesias no tiene ni pajolera idea de lo que habla: «No conoce el auto de procesamiento pero opina todo el rato sobre lo de Alsasua»–.
Así reciben los proetarras a ‘La Marimorena’ de 13TV en Alsasua
Este es un extracto del escrito de Garzón, que puede leerse entero aquí:
Hace unos días, un amigo norteamericano me dijo: «Es impresionante cómo castigáis aquí a los terroristas». En principio pensé que se refería al terrorismo yihadista. Le vi que ponía cara rara y me respondió: «No, es que he visto la petición del fiscal Perals de la Audiencia Nacional de 375 años de cárcel para unos jóvenes de Alsasua y te quería preguntar qué crímenes habían cometido»–Estacazo de Rosa Díez al asqueroso apoyo de Podemos a los agresores de Alsasua–.
Me quedé estupefacto. Le expliqué que se trataba de ocho jóvenes que el 15 de octubre de 2016 agredieron en un bar de aquella localidad navarra a un teniente de la guardia civil y un agente del cuerpo que, en ese momento, estaban en el local con sus parejas y libres de servicio. […]–‘Yoko Ono’, que arropó a los proetarras de Alsasua, aplaude a la Guardia Civil por perseguir al PP—
Calificar esto como conducta terrorista es una inconsistencia jurídica de gran envergadura y demuestra la debilidad de los argumentos de la magistrada–Las vergonzosas fotos que se hicieron Iglesias y Rufián con los proetarras de Alsasua ¡y escondieron!–.
Pero lo más grave de todo es que el Tribunal Supremo, al resolver la competencia entre los jueces de Pamplona y Audiencia Nacional, no haya frenado este disparate jurídico, alimentado, ahora, por una calificación fiscal fuera de toda mesura jurídica y lógica político criminal.
Por tanto, solo existe la nada terrorista en el caso Alsasua y la decisión de la fiscalía de iniciarlo, bajo la anterior jefatura, con el regocijo del ministro Fernández Díaz, no se enmarcó en el contexto de la actividad terrorista de ETA, sino en el de la desnaturalización del concepto de terrorismo de los titiriteros, tuiteros, anarquistas, antisistema, okupas, personas que silbaban al himno nacional, que quemaban alguna bandera o algunas fotos del Rey.
En esa línea, el escorzo del fiscal puede tener imprevisibles consecuencias. Por mucho que se afirme su presencia, ETA y sus proyectos desaparecieron y su desarrollo al servicio del terrorismo, también. Todos fueron vencidos por el esfuerzo de una ciudadanía comprometida con la democracia.
Un periodista de Ana Rosa llega a Alsasua y sale pitando ante las amenazas
Ha costado mucho dolor llegar a la paz; hacerla sostenible es nuestra obligación y no arriesgarla con este tipo de ensayos que, al final, desempoderan a las víctimas y desmerecen la seria y contundente labor previa en el combate contra el terrorismo de ETA.
Algunas reacciones han sido furibundas–Pablo Iglesias se juega la coleta en defensa de los proetarras de Alsasua–:
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