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La política española no deja de ofrecer giros de guion dignos de una serie de suspense, y el caso Koldo-Ábalos se ha convertido en la trama estrella del momento.
A solo unos días de declarar ante el Tribunal Supremo, Koldo García Izaguirre, antaño fiel escudero de José Luis Ábalos, ha formalizado su ruptura con el PSOE y ha cambiado de estrategia legal: dice adiós al abogado Ismael Oliver y deposita ahora su confianza en Leticia de la Hoz, letrada que ya lleva la defensa de su exmujer y su hermano.
Un movimiento tan simbólico como pragmático, que pone de relieve la soledad política en la que se encuentra el exasesor y el clima enrarecido que se respira en el entorno socialista.
De aliado a “chivo expiatorio”: la caída de Koldo
El distanciamiento de Koldo con el PSOE no es cuestión de un arrebato puntual. Según los audios publicados recientemente, la ruptura se fue fraguando a fuego lento durante meses, acelerada por la caída en desgracia del exsecretario de Organización, Santos Cerdán, tras las grabaciones que el propio Koldo dejó convenientemente preparadas para la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. En ellas, no se corta: “Me van a dar cera hasta las elecciones para tapar lo de Begoña”, suelta sin tapujos refiriéndose a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, como si todo fuera una estrategia para desviar la atención mediática.
El relato victimista no es casual. Koldo se siente abandonado por un partido al que sirvió con lealtad —y comisiones, según las investigaciones— y ahora sospecha que su linchamiento mediático sirve para proteger otras cabezas más relevantes. En las conversaciones interceptadas, llega a sugerir que sería mejor para todos que Pedro Sánchez diera un paso al lado. El clima interno es tóxico y la confianza, definitivamente rota.
El “triángulo” Koldo-Ábalos-Cerdán: traiciones cruzadas
La tormenta perfecta se completa con las declaraciones recientes de Ábalos, quien ha roto su silencio para cargar contra sus antiguos compañeros. “Me han utilizado”, asegura el exministro, refiriéndose tanto a Koldo como a Cerdán, a quienes acusa de traer una “dinámica corrupta” desde Navarra e infiltrarla en el Ministerio. “Soy un gilipollas, el imbécil de todo esto”, reconoce sin pudor ante los micrófonos, mientras insiste en que fue presionado para influir en adjudicaciones públicas.
En este culebrón político no faltan elementos propios del género negro: discos duros ocultos (uno de ellos intentó esconderlo una actriz porno durante un registro), diálogos con Sánchez registrados desde 2021 y diferencias notables en el trato recibido por parte del presidente del Gobierno. Ábalos lamenta haber sido tratado como cabeza de turco mientras Sánchez defendía hasta el último minuto la inocencia de Cerdán.
El papelón de Aldama: comisiones millonarias y reparto desigual
La figura del empresario Víctor de Aldama añade más picante al escándalo. Según su declaración ante el Supremo, existía un sofisticado sistema para repartir comisiones ilegales procedentes de adjudicaciones públicas —de entre 3,5 y 4 millones de euros— entre él mismo, Ábalos y Koldo. Una parte —según Aldama— iba destinada al propio PSOE, aunque reconoce que no vio nunca una entrega directa al partido; todo era cuestión de fe… o de confianza entre comisionistas.
El esquema era claro:
- Por cada contrato público adjudicado: comisión del 1% al 1,5%.
- El reparto: Aldama recaudaba y distribuía entre los implicados.
- Comisiones pagadas incluso por hitos parciales (adjudicación, ejecución o modificación).
Este entramado, según las pesquisas judiciales y los informes policiales recientes, funcionó durante años bajo la cobertura ministerial.
Cambios legales y pactos bajo presión
El cambio repentino de abogado por parte de Koldo —que ahora comparte defensa con familiares directos— se interpreta como un intento desesperado por coordinar estrategias judiciales ante lo que se prevé será una declaración clave en el Supremo. Mientras tanto, Ábalos deja caer que no descarta alcanzar un acuerdo con la Fiscalía para evitar males mayores. La presión es máxima y los movimientos legales se suceden vertiginosamente.
En paralelo, ambos protagonistas intentan salvar lo poco que queda de sus trayectorias políticas: Koldo apostando por una defensa férrea fuera del paraguas socialista; Ábalos admitiendo errores garrafales pero negando financiación ilegal o cobro directo de mordidas.
Curiosidades y detalles llamativos del caso
- La defensa elegida por Koldo (Leticia de la Hoz) ya representa a su entorno familiar más íntimo.
- Los audios filtrados muestran cómo los protagonistas asumen ya abiertamente estar siendo sacrificados para proteger otras figuras socialistas.
- El famoso pendrive oculto durante el registro contenía supuestamente conversaciones sensibles con Sánchez y otros ministros.
- El término “me van a dar cera” amenaza con convertirse en frase célebre para describir linchamientos políticos preelectorales.
- Tanto Koldo como Ábalos han pasado en meses del círculo más cercano al poder socialista a ser señalados como ejemplos paradigmáticos de corrupción y traición interna.
Mientras tanto, España asiste atónita al espectáculo judicial-político más mediático del año. Y lo peor —o lo mejor para quienes disfrutan del drama ajeno— es que esto aún no ha terminado.
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