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7 de noviembre de 2025, Palau Blaugrana. La atmósfera era la de esas noches memorables en Europa, pero el desenlace resultó ser un déjà vu conocido: el Real Madrid volvió a someter al Barça (92-101) en su propia casa.
Ya son nueve los encuentros consecutivos en los que los blancos se llevan la victoria.
Esto no es solo una cifra, es una condena.
El Palau, que alguna vez fue un bastión para los culés, se llenó de pañuelos blancos al término del encuentro: no eran para celebrar, sino para exigir cambios en la directiva y señalar a los responsables de un equipo que no encuentra solución ante el coloso blanco.
Mientras la afición clamaba por la cabeza de Laporta, y el palco se convertía en diana de la frustración colectiva, sobre el parqué el Madrid ofrecía una de las mejores exhibiciones ofensivas bajo el mando de Scariolo.
Con 34 puntos en el primer cuarto y 58 al descanso, controlaron cada momento del partido.
El Barça, a pesar de su empeño, solo pudo resistir durante lapsos cortos, dependiendo de las destrezas aisladas de sus jugadores exteriores y las rachas de Clyburn y Punter.
Una noche intensa de baloncesto donde no solo ganó el Real Madrid; dejaron también una herida profunda que tardará tiempo en sanar dentro del corazón azulgrana.

Pañolada en el Palau contra Laporta
Trey Lyles, el nuevo villano del Palau
Si hay algo cierto en la Euroliga es que Trey Lyles ha llegado para brillar con luz propia. El canadiense, estrella del fichaje veraniego, fue un auténtico huracán: 29 puntos, 4 de 6 en triples, 32 de valoración y una facilidad asombrosa para anotar desde cualquier posición. No solo fue el máximo anotador del partido; también marcó el ritmo y aprovechó cada emparejamiento favorable. Scariolo lo describió tras el partido diciendo: «Ha seleccionado muy bien sus tiros. Posee mucha calidad y un alto conocimiento del juego».
No es casualidad que ningún jugador visitante haya conseguido anotar 58 puntos en una primera parte del Palau antes. El Madrid lo logró con Lyles como figura central, castigando cada despiste defensivo culé y logrando su mejor marca anotadora personal. Ni en la NBA ni en la NCAA había alcanzado semejante altura. En palabras del propio Lyles, lo más significativo era el triunfo colectivo: “Me alegro por la victoria; eso es lo más importante. Mis compañeros supieron encontrarme”.
Una superioridad preocupante y un Barça en crisis
La diferencia no solo se notó en los puntos anotados. El Madrid dominó también el rebote (36-21), limitó las pérdidas y mostró una profundidad notable en sus rotaciones. Campazzo (15 puntos), Hezonja (15) y un Maledon decisivo en los momentos finales apoyaron a Lyles, mientras que Tavares, tras haber pasado una noche con fiebre y un viaje improvisado desde Madrid, se convirtió en una muralla bajo los aros.
Por otro lado, el Barça dejó entrever una alarmante falta de recursos. Solo Clyburn (19 puntos), Punter (18) y Vesely (15) mantuvieron viva la resistencia. La diferencia entre titulares y suplentes fue abrumadora; así, el equipo dirigido por Peñarroya dio la impresión de estar muy lejos del nivel físico, confianza y variantes tácticas que exhibe el Madrid. Ni siquiera el regreso de Laprovíttola ni la presencia de Shengelia lograron cambiar esta tendencia.
Un dato contundente: desde abril de 2024, el Barça no ha logrado ganar un Clásico. Desde entonces han acumulado nueve derrotas seguidas, incluyendo finales de Liga Endesa y enfrentamientos en Supercopa, ACB y Euroliga. El Palau, acostumbrado a noches épicas, estalló esta vez con pañoladas contra la directiva exigiendo explicaciones a Laporta, mientras señalaban la gestión deportiva tras otra humillación frente al eterno rival.
El partido, clave a clave
- Inicio arrollador del Madrid: Parcial inicial de 0-8 con máxima confianza desde más allá del arco.
- Lyles imparable: Siete puntos consecutivos durante el segundo cuarto mostrando todos sus recursos ofensivos.
- Chuma Okeke silencia al Palau: Un triple desde su campo sobre la bocina cerrando el primer cuarto dejó atónito al público local.
- Barça a remolque: Solo pudo acercarse a diez puntos al descanso sin opciones reales.
- Rotación blanca efectiva: Scariolo manejó bien sus recursos y la profundidad del banquillo fue clave.
- Pañolada final: La afición azulgrana pide cambios urgentes después de acumular nueve derrotas seguidas en Clásicos.
Pronóstico y contexto: ¿se puede romper la racha?
Con este triunfo, el Madrid iguala al Barça con cinco victorias cada uno en la clasificación de la Euroliga. Sin embargo, ambos equipos parecen seguir caminos opuestos. Los blancos cuentan con un proyecto sólido y una plantilla extensa que les hace aspirantes a todo en Europa. En cambio, lo que se observa en el Barça es una crisis tanto institucional como deportiva; su técnico está bajo presión mientras que la directiva se encuentra bajo escrutinio constante.
Las casas de apuestas ya daban como favorito al Real Madrid antes del choque debido a su buena racha reciente en Clásicos; ahora esa percepción parece reforzarse aún más. El futuro inmediato para los culés exige una reacción rápida tanto en Liga Endesa como en Europa. Pero hoy por hoy, lo que resuena en el Palau no es cuándo volverán a ganar un Clásico sino cuánto tiempo más durará esta travesía por desiertos.
- Trey Lyles ha establecido su récord anotador profesionalmente hablando en el Palau Blaugrana.
- Hasta este partido, el Madrid no había logrado vencer fuera de casa esta temporada en Euroliga.
- De los últimos diez Clásicos disputados por el Barça solo han salido victoriosos una vez.
- Walter Tavares, tras sufrir fiebre durante la noche anterior hizo un viaje exprés desde Madrid para jugar.
- La pañolada que resonó en el Palau fue tan intensa que hasta se escucharon gritos pidiendo dimisiones durante las retransmisiones televisivas.
- Chuma Okeke encestó un triple desde su propio campo sobre la bocina del primer cuarto dejando helado al público local.
- No se recordaba una bronca así contra la directiva desde tiempos posteriores a Pascual.
- Este Clásico marcó también el debut oficial de Alex Len con la camiseta blanca aunque tuvo pocos minutos sobre la cancha.
- Tras finalizar el encuentro, Scariolo, bromeando comentó: “No sé si podré volver a entrar al Palau sin escolta”.

