El coste de la vivienda en España crece más del doble que la media europea. Así, frente a una subida del 5,4% en la UE, en España el metro cuadrado se ha disparado un 12,8% en el segundo trimestre de 2025. Además, en lo que va de año, los precios se han disparado un 17%.
Las causas de este encarecimiento inasumible del coste de la vivienda se debe al bajísimo volumen de obra nueva que se construye en España por razones fundamentalmente políticas:
- Escasa recalificación de suelo para edificar. En España se crean anualmente entorno a 330.00 nuevos hogares, mientras que apenas se construyen 120.000 viviendas al año. Se necesitarían no menos de 700.000 casas para cuadrar el desfase entre oferta y demanda.
- Plazos de hasta 14 años en el desarrollo de nuevas zonas urbanas. Desde que comienza el desarrollo de una nueva área residencial hasta que se entregan las viviendas a sus compradores es necesaria más de una década de trabajo.
- Expolio fiscal a los promotores con el abono de 16 figuras tributarias. Desde que se compran los terrenos hasta que entregan los inmuebles, las empresas que promueven obra nueva deben afrontar una cadena fiscal de 16 figuras tributarias entre impuestos y tasas.
- Exceso de normativa medioambiental en todos los procesos de construcción y en la elección de materiales de obra. Desde el tratamiento de los árboles presentes en el terreno a edificar, pasando por métodos de excavación hasta la elección de materiales de obra.
- Limitación de alturas a 3 o 4 plantas que impide obtener más viviendas por bloque construido. No poder edificar 10 o 15 plantas de edificios residenciales en muchas áreas de España hace que el coste unitario de las viviendas sea más alto al tener que repartir entre menos pisos los gastos que genera la construcción del inmueble.
- Reserva del 30% de las viviendas de cada promoción para venta a precio tasado. La Ley de Vivienda de Ione Belarra obliga a que en cada promoción de obra nueva, el 30% de las viviendas se vendan a precios inferiores a los del mercado. Esto provoca que el 70% de las viviendas de precio libre tengan que venderse a mayor precio.
- Inexistencia de legislación nacional que unifique criterios de edificación. Cada autonomía tiene sus propias normativas urbanísticas y de construcción, por lo que el proyecto de un mismo edificio no puede repetirse en ninguna otra parte de España sin realizar numerosas adaptaciones. Esto impide conseguir economías de escala que abaraten los precios.
La vivienda en alquiler está áun peor
Cuando Pedro Sánchez llega a La Moncloa en junio de 2018, el precio medio del metro cuadrado de vivienda en alquiler estaba en 9,9€, según datos de Idealista. En septiembre de 2025 -último mes con datos disponibles en el portal inmobiliario- el precio está en nada menos que 14,5 euros. Son 4,6€ de subida en 7 años. Expresando esta subida en euros por metro cuadrado puede que este incremento no parezca mucho, pero si multiplicamos por los metros cuadrados de una vivida, veremos cómo se ha disparado el coste de alquilarla. Así, si en junio de 2018 una vivienda de 80 metros costaba 792 euros mensuales, en septiembre de 2025 pasamos a un alquiler de 1.160, lo que equivale a 368 euros de incremento desde que Sánchez gobierna.
Esta escalada ha sido provocada por las diferentes leyes aprobadas en materia de vivienda cuyo resultado ha sido una caída sin precedentes en la oferta de inmuebles disponibles para alquiler de primera vivienda de más de 400.000 unidades.
Y es que ante disposiciones legales que dejan prácticamente sin garantías a los propietarios que alquilan para vivienda permanente, los dueños de las casas optan por destinarlas a alquiler por habitaciones, turístico o por no alquilar.
Las tres grandes medidas adoptadas por el Gobierno socialcomunista que han provocado la huida de los propietarios son el alargamiento de los contratos de alquiler en 2018, el decreto antidesahucios de 2020 que sigue todavía en vigor y la Ley de Vivienda de mayo de 2023.
