ASIA CENTRAL EN EL ESCENARIO GLOBAL

Kazajistán, el nuevo puente euroasiático: diplomacia activa y apuesta económica en la cumbre de la SCO

El protagonismo de Kazajistán en la SCO revela su papel clave entre Rusia, China y Occidente, impulsando cooperación y sostenibilidad en un entorno internacional polarizado

Vladimir Putin, Kassym-Jomart Tokayev, Xi Jinping y el uzbeko Shavkat Mirziyoyev
Vladimir Putin, Kassym-Jomart Tokayev, Xi Jinping y el uzbeko Shavkat Mirziyoyev. PD

Kazajistán, enclavado entre Rusia y China, se ha convertido este año en el centro de atención internacional tras acoger la última cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), celebrada el 1 de septiembre de 2025 en Tianjin.

La presencia del presidente Kassym-Jomart Tokayev junto a líderes como Xi Jinping, Vladimir Putin y Narendra Modi, subraya el peso geopolítico que el país ha adquirido como mediador y catalizador de diálogo entre potencias enfrentadas.

Las palabras del presidente Tokayev durante la cumbre SCO resumen este momento: “La crisis del sistema internacional exige actores responsables capaces de tender puentes entre polos enfrentados”.

A día de hoy, 9 de septiembre del 2025, pocos países medianos están tan bien posicionados para jugar ese papel como Kazajistán.

La narrativa kazaja —equilibrio geopolítico, modernización económica y gestión sostenible— seguirá marcando titulares internacionales. Su evolución será seguida muy de cerca por quienes buscan alternativas viables al actual orden mundial fragmentado.

La declaración final del encuentro fue contundente: los Estados miembros rechazaron “injerencias en asuntos internos” y condenaron las “conmociones al comercio internacional”, en clara referencia a las tensiones comerciales y sanciones ligadas al conflicto entre Rusia y Ucrania.

El documento abogó por “construir un mundo multipolar más representativo, democrático y justo”, definiendo una agenda que desafía el predominio occidental sin replicar los mecanismos defensivos de alianzas como la OTAN.

El formato multilateral de la SCO facilita el acercamiento entre países con intereses diversos —desde Irán hasta India o Turquía—, mientras Kazajistán aprovecha su posición para promover cooperación económica y seguridad regional, reforzando su perfil como puente euroasiático.

Diversificación económica y liderazgo sostenible

El crecimiento económico de Kazajistán ha dejado atrás el tradicional modelo basado en hidrocarburos. A día de hoy, 9 de septiembre del 2025, los esfuerzos por diversificar sectores como la minería sostenible, las energías renovables y la digitalización han captado la atención de medios internacionales. Proyectos vinculados a la transición energética posicionan al país como líder regional, con inversiones dirigidas a reducir emisiones y proteger ecosistemas vulnerables.

La colaboración con actores globales —especialmente con la Unión Europea, gracias al Acuerdo de Asociación Reforzada firmado en 2015— ha sido clave para modernizar infraestructuras y captar capital extranjero. El bloque comunitario es ya el principal socio comercial e inversor del país, mientras Kazajistán mantiene vínculos sólidos con Estados Unidos, Turquía y China, evitando alineamientos rígidos y apostando por una política exterior “multivectorial”.

La estrategia kazaja se apoya en una narrativa de equilibrio: un Estado postsoviético que navega las turbulentas aguas del sistema internacional sin caer en dependencias absolutas ni confrontaciones directas. Este enfoque resulta atractivo para analistas que ven en Kazajistán un modelo para otros países medianos que buscan autonomía.

El impacto ambiental: el Mar Caspio como termómetro

El cambio climático es un desafío ineludible para Kazajistán. La reducción del Mar Caspio —visible “a simple vista”— amenaza no solo la economía local, dependiente de recursos pesqueros e industriales, sino también el equilibrio ecológico regional. Informes recientes alertan sobre pérdidas en biodiversidad y riesgos para comunidades costeras, lo que obliga a redoblar esfuerzos diplomáticos para coordinar políticas ambientales con sus vecinos.

Este reto refuerza la relevancia internacional del país: su capacidad para gestionar crisis medioambientales es observada con interés por organismos multilaterales y socios comerciales preocupados por la sostenibilidad. La situación del Caspio se convierte así en un argumento más a favor de una transición energética acelerada.

El atractivo internacional: neutralidad estratégica y recursos naturales

La ubicación geográfica privilegiada —entre Asia Central, Rusia y China— convierte a Kazajistán en punto focal de rutas comerciales clave, incluidas las vinculadas a la Nueva Ruta de la Seda impulsada por Beijing. Su riqueza mineral y energética sigue siendo un imán para inversiones extranjeras, pero es su política exterior basada en neutralidad activa lo que le permite sortear sanciones internacionales y mantener canales abiertos tanto con Occidente como con sus vecinos orientales.

Esta capacidad para equilibrar relaciones —sin tomar partido claro en conflictos globales— ha fortalecido su imagen como mediador confiable. En tiempos de polarización mundial, Kazajistán emerge como ejemplo de pragmatismo: capaz de atraer titulares por su rol estabilizador sin perder autonomía.

Claves del futuro: ¿hacia dónde evoluciona Kazajistán?

El escenario actual sugiere que Kazajistán seguirá apostando por:

  • Fortalecer su economía mediante diversificación e innovación.
  • Consolidar vínculos estratégicos con grandes potencias sin perder margen de maniobra.
  • Impulsar políticas medioambientales ante riesgos crecientes por el cambio climático.
  • Ofrecer fórmulas de mediación que rebajen tensiones regionales.

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