La confirmación del presidente electo Donald Trump sobre su intención de declarar una «emergencia nacional» para utilizar al ejército en deportaciones masivas es un claro indicio de su enfoque radical en temas de migración. Al calificar el cruce de migrantes como una «invasión» y proponer medidas militares para gestionarla, la administración entrante marca un
La migración, un fenómeno de causas complejas, es cada vez más tratada como una amenaza de seguridad nacional en lugar de un asunto humanitario o de política social. Este enfoque olvida, o quizás ignora deliberadamente, la raíz del problema: muchos migrantes huyen de la violencia, la pobreza y los conflictos en sus países de origen. En lugar de entender estas razones, la narrativa de «invasión» reduce la migración a una amenaza abstracta y refuerza los estereotipos dañinos.
El uso del ejército en este contexto no solo plantea preocupaciones éticas, sino también legales y prácticas. Las fuerzas armadas están entrenadas para defender al país de amenazas externas, no para actuar en operativos civiles que exigen sensibilidad y conocimientos en derechos humanos. ¿Es el ejército la herramienta adecuada para abordar un tema tan intrincado como la migración? La respuesta parece clara: no.
La estrategia de Trump de militarizar las deportaciones es también una táctica de polarización, diseñada para fortalecer su base política al dividir aún más a la sociedad estadounidense. Esta visión en blanco y negro simplifica el debate y aleja el temor, apelando a aquellos que creen que las políticas migratorias más duras representan el camino hacia la «seguridad nacional».
Utilizar el término «emergencia nacional» para justificar estas medidas puede sentar un precedente peligroso. Con este enfoque, cualquier situación que incomode al gobierno podría ser tratada como una emergencia, permitiendo así el uso de recursos militares y la concentración de poderes ejecutivos.
¿Qué le impide a una futura administración declarar una emergencia para otros temas que no se consideran urgentes, pero que sirven a sus objetivos políticos?