El epicentro se ubicó a escasos 10 kilómetros de profundidad, amplificando su poder destructivo.
En las primeras horas, el silencio reinaba sobre las consecuencias. Pero conforme avanzaba el día, la magnitud de la tragedia se fue revelando. Lo que inicialmente parecía un susto sin víctimas, se transformó en una pesadilla. Al caer la noche, el recuento oficial arrojaba una cifra estremecedora: al menos 95 vidas segadas y centenares de heridos.
El condado de Tingri, a los pies del imponente Himalaya, fue el más golpeado. Más de 1.000 viviendas se desplomaron como castillos de naipes, sepultando sueños y esperanzas.
En este rincón del mundo, donde la altitud promedio supera los 5.000 metros y la población es escasa, cada vida perdida deja un vacío inconmensurable.El rugido de la tierra no conoció fronteras.
En la vecina Nepal, a pesar de no reportar daños significativos, el temblor sembró el pánico. En Katmandú, a más de 200 kilómetros del epicentro, los edificios se estremecieron y la población despertó sobresaltada.
El distrito de Solukhumbu, hogar del mítico Everest, sintió con especial intensidad las ondas sísmicas
Incluso la lejana India no quedó inmune. En los estados norteños de Bihar y Assam, la tierra se agitó lo suficiente para que sus habitantes buscaran refugio en las calles.
Las redes sociales se inundaron de imágenes que atestiguaban el momento de zozobra.Mientras tanto, en el epicentro de la tragedia, una carrera contra el tiempo se desataba. Más de 1.500 efectivos de bomberos y rescate se desplegaron en la zona, escarbando entre los escombros en busca de sobrevivientes
El presidente Xi Jinping, consciente de la gravedad de la situación, exhortó a «esfuerzos exhaustivos para salvar vidas».
A medida que la noche caía sobre el Tíbet, el termómetro descendía implacablemente. Con temperaturas que rozaban los 16 grados bajo cero, el frío se convertía en un enemigo más para rescatistas y sobrevivientes.
La tragedia, lejos de terminar, apenas comenzaba a escribir sus páginas más oscuras en las alturas del techo del mundo.